miércoles, 4 de enero de 2012

Ciudadanos sin derecho a manifestarse pacíficamente

Ciudadanos sin derecho a manifestarse pacíficamente
Miércoles, 04 de Enero de 2012 03:56
Hugo Araña

Matanzas (PD) Los intentos de algunos cubanos, que ya no son tan pocos,
de llevar a cabo marchas pacíficas para reclamar sus derechos y mostrar
sus inconformidades, como en cualquier punto de nuestro planeta,
constituyen un peligro en nuestro país.

Raro es el día que tengamos noticias de intentos frustrados de
disidentes y opositores, porque cuando las fuerzas policiales no les
prohíben acercarse a los puntos acordados para la marcha, detienen a sus
organizadores durante un buen tiempo.

Ignoramos hasta cuándo los cubanos no tendremos el derecho de salir a la
calle y manifestar nuestras inconformidades, tanto políticas como sociales.

Mientras, en los noticiarios de la TV nacional, vemos que en diversos
países del mundo las manifestaciones populares se suceden
constantemente, aún en países que no pensamos que sucedieran. Verdad que
la lamentable represión se hace presente, y que algunos son heridos y
otros son detenidos. Pero así y todo se llevan a cabo, las protestas.

Pero en Cuba, con un aval histórico de manifestaciones pacíficas desde
principios del Siglo XX -algunas de las cuales desgraciadamente tuvieron
su cuota luctuosa-, ese tipo de actividades han estado prohibidas desde
1959 hasta la actualidad.

En contraposición, el gobierno organiza a bombo y platillo sus
multitudinarias concentraciones, en un intento de demostrar al mundo,
que el pueblo cubano lo apoya incondicionalmente.

Esos con diversas tendencias políticas nada cercanas a las del gobierno
- aunque en algunos hemos detectado cierta rara afinidad-, chocan con el
cartel de PROHIBIDO.

Los que tienen otro punto de vista político no pueden expresarlo y darlo
a conocer en nuestras calles, so pena de sufrir golpizas, detenciones y
encarcelamientos, y por supuesto, ser catalogados con vulgares epítetos,
que en muchos casos, ofenden la dignidad humana.

Cómo se resolverá este derecho público en Cuba de poder opinar en alta
voz donde sea, yace sobre el tapete. Hay un interminable enfrentamiento,
que algún día tendrá que resolverse, no por la vía de la violencia, sino
con la mesura de respetar la otra opinión, en pos de que la democracia
sea compartida, como predijo nuestro Apóstol, "por el bien de todos".

malecun@yahoo.es

http://primaveradigital.org/primavera/component/content/article/117-politica/3053-ciudadanos-sin-derecho-a-manifestarse-pacificamente

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