domingo, 27 de diciembre de 2009

Deplorable el estado de las calles en Cuba

Publicado el sábado, 12.26.09
Deplorable el estado de las calles en Cuba
Por WILFREDO CANCIO ISLA
wcancio@elnuevoherald.com

En el poblado de Cumanayagua, provincia de Cienfuegos, Carlos Luis Reyes
tuvo la extraña sensación de haberse trasladado a las calles
bombardeadas de Kosovo que vio en imágenes por televisión en 1999.

"Las calles están casi sin asfalto, con unos baches que parecen los
cráteres de un volcán y que la gente rellena por su cuenta con escombros
y basura de alguna construcción cercana'', relató Reyes. "El relleno lo
traen en carretones de caballo o carretillas, y lo tiran en los huecos
para que luego los carros vayan aplastando el montículo y nivelando la
vía al pasar por allí. Esa es la respuesta de los vecinos ante la
ineficiencia del gobierno''.

Reyes, un profesor de secundaria en Miami quien visitó a su familia en
Cuba en julio, comentó que el panorama se repite a lo largo de la isla
como consecuencia del deterioro generalizado en las redes de
transportación, tanto en las carreteras nacionales como en las
ramificaciones viales de municipios y barriadas.

Según cifras oficiales, la red pavimentada del país tiene unos 29,600
kilómetros, de los cuales 11,000 son vías de interés nacional bajo la
administración del Ministerio del Transporte (MITRANS) y unos 18,000
forman parte de arterias urbanas a distintos niveles.

Datos de Naciones Unidas señalan a Cuba en 1959 como uno de los países
más avanzados de América Latina en materia de infraestructura. Una parte
significativa de las vías reportadas como pavimentadas en 1996 fueron
construidas antes de la llegada de Fidel Castro al poder. Hasta
entonces, indican los datos, seguían sin recibir el mantenimiento adecuado.

Casi el 60 por ciento de esa superficie está hoy dañada, en estado
regular o malo, y las mayores afectaciones se localizan en las vías de
pueblos, comunidades y barrios, víctimas de un prolongado padecimiento
de la infraestructura socialista: el bache callejero.

"Esta crisis es resultado de muchos años de desidia e irresponsabilidad
en el mantenimiento del sistema vial del país'', declaró a El Nuevo
Herald el ingeniero retirado Alberto Ruiz López, ex colaborador del
Centro Nacional de Vialidad del MITRANS que reside en La Habana. "Y al
punto que se ha llegado, las soluciones, si las hay, serán a muy largo
plazo''.

En el 2007, las autoridades concibieron un plan de inversión de unos $58
millones para reparar anualmente unos 500 kilómetros de carreteras,
según datos del MITRANS. El plan incluyó la adquisición y puesta en
práctica de cuatro plantas de mezcla asfáltica durante el 2008, ubicadas
en Ciudad de La Habana, Las Tunas y Villa Clara. Una quinta planta
funcionaba previamente en Holguín.

El aporte de esas cinco plantas resulta insuficiente. Las estadísticas
de la Dirección Nacional de Obras Viales del Ministerio de la
Construcción (MICONS) indican que la producción de mezcla asfáltica no
se ha recuperado a los niveles de 1989, cuando se alcanzó la cifra
récord (después de 1959) de 2.2 millones de toneladas. Hoy apenas se
llega al millón de toneladas. Según la Oficina Nacional de Estadísticas
en el 2008 se produjeron 61,600 toneladas de asfalto crudo.

De acuerdo con fuentes consultadas por El Nuevo Herald, la urgencia para
el reacondicionamiento de las carreteras nacionales y las calles de La
Habana se debió a la puesta en circulación de unos 2,000 autobuses
chinos Yutong, destinados principalmente a la flotilla de transporte
interprovincial y a las rutas habaneras. Los primeros autobuses
arribaron en el 2006 como parte de un plan de $2,000 millones para
modernizar el transporte de pasajeros.

"Una de las exigencias fundamentales que pusieron los chinos [la
compañía Yutong Group] para ofrecer garantía a los ómnibus vendidos a
Cuba fue la reparación de las carreteras por donde iban a circular'',
confirmó un funcionario del MITRANS relacionado con el proyecto, quien
habló bajo condición de anonimato. "No había guagua que aguantara mucha
rueda en las condiciones que estaba el pavimento cubano''.

Pero las reparaciones concluidas a marcha forzada en el 2008 para hacer
transitables las rutas de los Yutong tuvieron corta vida.

"Esas avenidas hoy están de nuevo muy deterioradas, porque los trabajos
se hicieron a la carrera y la capa de asfalto se ha desgastado en poco
tiempo'', observó Lázaro Manresa, ex jefe de una brigada de
pavimentación en La Habana.

El reto más candente sobre el mapa vial cubano sigue siendo La Habana,
el mayor núcleo de población del país con 2.2 millones de habitantes.

"Manejar por las calles de La Habana es una tarea de valientes'',
comentó Luis Manuel Ramos, un taxista por cuenta propia. "Hay que ser un
artista para ir bordeando los baches, que son como pozos y te pueden
sacar el carro de circulación si te equivocas y metes la rueda en uno de
esos huecos sin fondo''.

Ramos mencionó un tramo de la calle Poey entre Santa Catalina y
Milagros, en la barriada de Santos Suárez, donde existe un bache tan
extendido que impide actualmente cualquier tráfico que no sea peatonal.

El poeta y humorista Ramón Fernández Larrea, que regresó este verano a
La Habana tras 14 años de ausencia, quedó impactado con la destrucción
de las principales arterias capitalinas.

"La Habana recuerda a Varsovia; uno espera ver en cualquier momento las
tropas aliadas o los bolcheviques soviéticos'', ironizó Fernández, quien
vive en Miami Beach. ''Tal vez haya una intención secreta de devolverle
a la ciudad su suelo original: los arrecifes''.

Fernández relató que en su recorrido habanero no solamente lo acecharon
baches y lagunas, sino que lo sorprendió "el paisaje prácticamente
lunar, aunque sea en pleno día''.

"Las aceras se abren como si los españoles hubieran fundado San
Cristóbal de La Habana sobre un inmenso volcán. En Santos Suárez
adentro, a sólo dos cuadras de Lacret, San Bernardino perdió la piel de
asfalto'', contó Fernández. "Es como si un genio quisiera utilizar en
Cuba un nuevo sistema: el sistema Braille, donde debes caminar al tacto.
Lo mismo sucede en el otrora tranquilo reparto Víbora Park, donde sus
calles parecen pedraplenes''.

Las críticas de la población están a la orden del día. El tema de los
baches y la pavimentación de las calles emergió con fuerza en las
reuniones de participación ciudadana que convocó el gobierno de Raúl
Castro a mediados de año para discutir los problemas del país.

Sin embargo, las expectativas de un cambio radical no resultan muy
alentadoras.

"Que nadie piense que hay soluciones milagrosas. Revertir el estado
actual de la red vial en la ciudad es costosísimo, complejo y lleva
tiempo'', advirtió recientemente Héctor Valdés Martínez, director del
grupo empresarial GECAL en declaraciones al diario oficial Granma.

El GECAL es la entidad constructora gubernamental que desde comienzos de
año volcó sus esfuerzos al bacheo y la rehabilitación vial en los
barrios de la capital. Los llamados consejos populares --adscritos al
gobierno provincial-- lanzaron la alarma para paliar la caótica
situación que enfrentan barrios de la periferia como La Güinera, Reparto
Eléctrico, Miraflores, Casablanca, San Francisco de Paula, Guanabo,
Regla, Reparto Guiteras y Tamarindo.

Pero el propósito de acondicionar la red vial en los municipios y
barriadas habaneras enfrenta una montaña de problemas.

La Ciudad de La Habana tiene 20.6 millones de metros cuadrados de vías
pavimentadas, de los cuales un 75 por ciento está en regular o mal
estado. Los expertos calculan que para solucionar el bacheo, aumentar la
pavimentación y lograr el adecuado mantenimiento vial en la ciudad, se
necesitaría reparar al menos 288,000 metros cuadrados anualmente hasta
el 2019.

"Una década es un cálculo optimista, contando con que se pueda disponer
de unas 400,000 toneladas de mezcla asfáltica por año y que existan los
equipos adecuados'', consideró Ruiz.

Además, las reparaciones encaran el corrosivo efecto de las redes
soterradas, cuya antigüedad y deficiente mantenimiento derivan en
salideros y derrames albañales. El agua estancada es el agente más
devastador del asfalto.

En una intervención ante la Asamblea Nacional a mediados de diciembre,
Ramiro Valdés, vicepresidente del Consejo de Ministros, dijo que el 58
por ciento del agua bombeada por los acueductos cubanos se pierde por el
mal estado de las redes de distribución, lo cual cuesta anualmente unos
$500 millones al país.

La situación se extiende a lo largo del país. Reyes dijo que durante
toda la semana que estuvo en Cumanayagua, observó un salidero de agua en
la cuadra donde residen sus familiares.

"Nadie vino a arreglarlo y a nadie parece importarle, es un estado de
total indolencia'', comentó.

Las autoridades del MICONS afirman que a las dificultades provocadas por
los salideros y las carencia de drenaje fluvial por falta de
alcantarillado en muchas áreas pavimentadas, se suman las indisciplinas
sociales.

Durante el presente año, las autoridades policiales en La Habana han
incrementado la vigilancia y la imposición de multas a los vecinos que
vierten agua a la calle, pero los infractores consideran que se trata de
medidas injustas y ajenas a la realidad del país.

"Aquí hay gente que no tiene un vertedero para botar el agua sucia,
porque las condiciones de su vivienda son espantosas; otra gente no
tiene dinero para pagar un plomero o comprar una pieza del baño o una
simple zapatilla para impedir un salidero. ¿Me vas a convencer de que
meterle una multa de 40 pesos es justo?", preguntó Juan Peláez, un
peluquero que reside en una cuartería del municipio Centro Habana.

Los obstáculos para el bacheo y el remplazo del pavimento envejecido no
quedan ahí. Los funcionarios del sector constructivo han señalado en la
prensa oficial que existen violaciones de las normas de trabajo, los
controles de calidad y la capacitación técnica de las brigadas de
reparación, lo que influye en la poca durabilidad de las reparaciones y
obliga con frecuencia a rehacer las obras.

"No pueden pedir mucho con los salarios que pagan, muchas veces sin los
medios de seguridad ni señalización en las vías en reparación'', comentó
Emeterio García, quien trabajó en una brigada de pavimentación de
Matanzas por tres meses en el 2006 y ahora reside en Miami. "Así no van
a llenar ni la mitad de los baches de Cuba''.

Pueden seguir al reportero en Twitter@wcancioisla

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ElNuevoHerald.com (26 December 2009)
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