La solidaridad popular burla a un policía en la calle
[30-10-2015 02:55:39]
Mario Hechavarría Driggs
(www.miscelaneasdecuba.net).- Una especie de Omerta a la cubana impera,
imitando los tres monos sabios: No veo, no oigo, no hablo.
Sucedió en la tarde del martes en la populosa calle Galiano del
municipio Centro Habana. Un policía le pidió los documentos a un viejo
carretillero cargado de aguacates, a su lado quedó, abandonada de
súbito, otra carretilla, repleta galletas con sabor a mantequilla.
No hay licencia, tampoco aparece el otro vendedor, la decisión es
conducir al hombre hacia la unidad policial de Dragones, donde le
impondrán una multa de 1500 pesos y la confiscación de las mercancías.
Lo interesante viene entonces, porque andan cerca otros competidores en
el esfuerzo por vender los codiciados paquetes de galletas, panes y
dulces finos. El guardia está a punto de "hacer la tarde".
No hay mucho que discutir, pero aquel carretillero llamado Ignacio, se
defiende, viene una chica y le hace algunas preguntas al agente, otro
expendedor de frutas, seguro porque tiene su licencia, intercede
también, de hecho están entreteniendo al joven uniformado, mientras los
demás vendedores tratarán de salvarse.
Alguien señala un pasillo largo y oscuro porque estamos de apagón, abren
la reja, rápido, silenciosas, van entrando las carretillas, venidas
desde ambos lados de la vía pública. Dentro ayudan a esconderlas, en
tanto cierran de nuevo la verja.
Policía y pequeño comerciante desafortunado caminan rumbo a la estación,
limpia ahora la calle de vendedores ambulantes. Corrió la voz a tiempo,
inclusive para salvar a uno que viene pregonando sin percatarse del
peligro, el alertado giró 90 grados bajando por un pasadizo aledaño.
Desde la otra esquina informan que no hay peligro, entonces abren de
nuevo las rejas del pasillo, de una en una salen cinco carretillas,
felizmente salvadas esta vez. Los dueños, mayormente jóvenes, buscarán
otros barrios donde al menos hoy no esté esperándoles un agente para
exigirles los documentos inexistentes.
El hombre de la mala hora regresa, habla sin que le pregunten,
dirigiéndose a todos, la gente quiere acompañarle en el infortunio de
aquella tarde:
"Nada, una multa, el dueño de la otra carretilla tuvo que ir por ella,
si no la pérdida es mayor. Me dieron un chance con la mercancía pero al
otro se la quitaron toda. Figúrense, al menos yo puedo justificar los
aguacates, pero la licencia no le valdría de mucho con las galletas, si
dices de dónde salieron, explotan otros, tienes que enfrentar tu
problema y seguir adelante."
De regreso a casa, el reportero tropieza con los imperturbables chicos,
pregonando sus mercancías: "Vamos que se acaban, se acaban las ricas
galleticas con mantequilla, ¡a sólo un peso el paquete!"
Source: La solidaridad popular burla a un policía en la calle -
Misceláneas de Cuba -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/5632ce1b3a682e12f02b47e0#.VjS4wPmrTjY
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