La fruta podrida
El desenlace histórico del acontecer cubano desde la colonia hasta el
presente no parece que vaya a conducir felizmente a la fruta madura,
sino a la decepcionante conclusión de la fruta podrida.
Jorge Riopedre/ Especial para martinoticias.com
junio 12, 2014
Como el pastor en la fábula de Esopo que gritaba "Ahí viene el lobo" y
un buen día nadie le hizo caso, el mentiroso pastorcillo criollo ya
empalaga con su sonsonete de la "fruta madura". Una antigua psicosis
nacional traducida en una distorsión de la realidad que exagera el
interés de Estados Unidos por Cuba como si la isla fuera el ombligo del
mundo.
En primer lugar, las circunstancias geopolíticas actuales no son las
mismas de las existentes en 1823, cuando el presidente norteamericano
John Quincy Adams formuló su conocida directriz: "Hay leyes de
gravitación política, como leyes de gravitación física, y Cuba, separada
de España, tiene que gravitar hacia la Unión". En segundo lugar, el
desenlace histórico del acontecer cubano desde la colonia hasta el
presente no parece que vaya a conducir felizmente a la fruta madura,
sino a la decepcionante conclusión de la fruta podrida.
Un pueblo juicioso como el de Japón, por ejemplo, en lugar de adoptar la
retórica estridente y demagógica de una inconsolable víctima, la llamada
"cultura de la queja", se sobrepuso a la amargura de la derrota y la
terrible experiencia de dos ataques nucleares, convirtiendo a su enemigo
del pasado en su aliado del futuro.
Así mismo, concluida la dictadura franquista, España optó por un sistema
democrático que abrió las puertas a todos los sectores políticos,
incluido el Partido Comunista, con plenas garantías para ejercer en la
vida nacional. Los antiguos enemigos de la guerra civil española, desde
Santiago Carrillo hasta Dolores Ibárruri, La Pasionaria, volvieron al
país para permanecer en él o visitarlo, como si nada hubiera pasado.
Mientras tanto, un trastorno obsesivo-compulsivo parece comprometer cada
vez más el comportamiento del pueblo de Cuba. Atrapado en un callejón
sin salida, impelido por la consigna de abandonar el país o escapar de
la realidad interna sumergiéndose en el vicio y la corrupción, se va
difuminando la identidad nacional sobre todo entre la juventud.
Paradójicamente, ningún partido o dirigente político ha fomentado tanto
como la presente cúpula gobernante cubana el concepto de la fruta
madura, provocando consciente o inconscientemente una inmigración masiva
hacia Estados Unidos. Quién sabe si después de todo John Quincy Adams
tenía razón cuando invocó la ley de gravitación universal descubierta
por Isaac Newton.
Source: La fruta podrida -
http://www.martinoticias.com/content/la-fruta-podrida/36801.html
viernes, 13 de junio de 2014
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