Cuba y Corea del Norte: el cuentapropismo y la transición democrática
[26-06-2014 12:31:49]
Huber Matos Araluce
(www.miscelaneasdecuba.net).- El tema de cómo ayudar a la
democratización de Cuba ha estado dominado por el simplismo, la política
y los intereses. Con poca frecuencia se plantea el asunto con objetividad.
¿Qué deben hacer Europa y los Estados Unidos para propiciar una
democracia en Cuba?
La respuesta es parte de un debate permanente donde parece que ni
empresarios, ni periodistas, ni algunos políticos europeos y otros
estadounidenses tienen que probar o demostrar nada.
La mayoría proponen lo que les parece o conviene plantear, sin tener en
cuenta la experiencia histórica ni los hechos.
Por ejemplo, lo primero que ignoran o tergiversan es el impacto que han
tenido en Cuba políticas opuestas: La de los Estados Unidos versus la de
Europa y el resto del planeta.
Mientras los Estados Unidos mantuvieron un embargo comercial a la Isla,
prohibiendo originalmente a las empresas norteamericanos comerciar con
Cuba, todas las democracias industrializadas del mundo tomaron la
posición completamente contraria.
Desde Canadá hasta Japón, incluyendo Europa, por más de medio siglo le
dieron préstamos y crédito al gobierno de Cuba. Le han vendido y le han
comprado todo lo que se ha podido comerciar, además de proporcionarle
asistencia y ayudas gratuitas.
El embargo estadounidense no ha impedido que Cuba exporte sus
principales productos: azúcar, tabaco, níquel y servicios médicos a
quien los ha querido pagar en el mundo, excluyendo a los Estados Unidos.
Ni mucho menos ese embargo ha evitado que millones de canadienses,
latinoamericanos, europeos y ciudadanos de otros países hayan viajado
como turistas a Cuba.
El fracaso económico del castrismo se debe a la economía socialista,
fracaso que han experimentado todos los gobiernos que impusieron ese
modelo.
El ejemplo más reciente es el de Venezuela y su "socialismo del siglo
21". El gobierno chavista, anti yanqui y anti imperialista tiene a los
Estados Unidos como uno de sus más importantes socios comerciales.
A pesar de esto, Venezuela, con uno de las reservas energéticas más
grandes del mundo está al borde del precipicio económico.
El embargo de los Estados Unidos
Para quienes señalan que el embargo estadounidense ha fracasado, parten
del supuesto que éste tenía que lograr el colapso del castrismo o
hacerlo cambiar. La conclusión es tan falsa como fácil.
El embargo de los Estados Unidos no tuvo tal propósito y nunca hubiera
podido lograrlo porque el gobierno cubano dependía de un generoso
subsidio de la Unión Soviética. Además Cuba podía comerciar con casi
todo los países del mundo.
Fue hasta que la URSS se desplomó que comenzó una crisis grave en Cuba
que pudo superarse porque Venezuela tomó el papel salvador del bloque
soviético.
Habría que considerar el impacto del mantenimiento o la suspensión del
embargo estadounidense si Venezuela dejara de subvencionar al régimen
castrista.
Aunque sería iluso creer que el fin de esta subvención daría inicio en
forma irreversible a una transición democrática en Cuba.
Quienes se oponen al embargo no han tenido en cuenta que el embargo
puede haber persuadido a elementos dentro del gobierno cubano de que la
transición democrática es un precio que tendrán que pagar –con o sin los
Castro- para normalizar la relación con los Estados Unidos y salvarse
ellos mismos del caos y de la justicia del pueblo.
Desde otra perspectiva los anti embargo callan que la política de
amistad y de comercio que la Unión Europea hacia el régimen castrista
tampoco ha logrado un cambio de sistema en Cuba.
La política del policía malo (Los Estados Unidos) y la del policía bueno
(La Unión Europea) merecen estudio porque esta situación ha hecho más
fácil la vida a la dictadura en Cuba.
Quizás lo que no funcionó ayer como se pretendió o como se alega, puede
estar teniendo resultados ahora o los tendrá en el futuro.
¿Estaría la democracia garantizada?
¿Podría sobrevivir otra dictadura en Cuba? ¿Una que protegiera los
intereses y personajes del castrismo?
Nada está escrito y nada está fuera de las posibilidades. Una estrategia
de apoyo al pueblo cubano no puede rechazar tal escenario y tampoco como
enfrentarlo.
Lo que no se puede argumentar es que cualquier política hacia Cuba puede
por sí sola lograr un cambio.
Este es el principal error del grupo que propone una mayor flexibilidad
hacia el régimen de la Isla, que eventualmente conduciría a un
levantamiento del embargo.
Son varios son los factores que pueden llevar a un que un país sometido
a una dictadura se mueva hacia una democracia y que ésta se consolide.
Uno de ellos es la voluntad del régimen en el poder. En el caso del
castrismo ha sido su convencimiento de que es peligroso ceder y el hecho
de que siempre ha tenido un padrino que lo financie.
Hasta ahora ha sido el castrismo el que no ha permitido que ni la
presión estadounidense ni la amistad y colaboración europea hayan
logrado verdadero progreso en el campo del pluralismo político y el
respeto a los derechos humanos.
Tampoco lo hará con cualquier otro planteamiento que lo considere
desestabilizador.
Por eso cuando alguien propone alguna nueva idea sobre cómo los Estados
Unido o la Unión Europea deben relacionarse con el régimen castrista,
tiene que aceptar que durante medio siglo la dictadura castrista, por
decisión propia, ha sido un muro infranqueable.
Si el que propone una nueva política al presidente Obama está convencido
de que de la dictadura quiere ir hacia una transición democrática, tiene
la obligación de demostrarlo y no tomar por cierto lo que puede ser una
cuestión puramente táctica.
Ante crisis severas hay dictaduras que han cedido mientras otras se han
radicalizado. Desde la guerra fría hasta nuestros días los ejemplos no
faltan.
Cuando en el pasado el castrismo se ha encontrado en problemas ha hecho
concesiones y luego de superada la crisis ha vuelto a la rigidez.
A fin de cuentas el regreso de Cuba a la democracia es nada más que una
posibilidad. La defensa o sugerencia de determinadas medidas lograr un
cambio autentico en esa dirección debe considerarse en un contexto del
que no pueden estar ausentes las experiencias de otros países.
El cuentapropismo y la empresa privada
¿Conduciría a la democratización de Corea del Norte que los Estados
Unidos apoyara una mayor autonomía de los habitantes de ese país?
Eso dependería de que el régimen de Corea del Norte aceptara que sus
súbditos tuvieran mayor autonomía. Parece improbable que esto dependa de
lo que hiciera o dejara de hacer los Estados Unidos.
En todo caso, sin cambios políticos fundamentales en Corea, lo que hoy
se pueda permitir, mañana podría convertirse en un delito. Esta ha sido
la experiencia en Cuba.
Sin embargo, uno de los firmantes de la carta a Obama en que le piden
mayor flexibilidad hacia "Cuba", Arturo Valenzuela, ex subsecretario de
Estado para Latinoamérica, afirmó en una entrevista al periódico El
Mundo que:
"No habrá liberalización en Cuba hasta que el pueblo gane autonomía".
Está claro que Corea del Norte como en Cuba, esa autonomía dependerá de
la decisión de cada dictadura, no de la decisión de Barack Obama.
Usar como ejemplo la existencia de cuentapropistas o de empresas
privadas en Cuba para demostrar la certeza o posibilidad de un cambio
hacia la democracia es una ilusión, ignorancia o demagogia.
En Corea del Norte también hay cuentapropistas e inversiones extranjeras
y esto no es indicio ni garantía de que el país se esté encaminando
hacia la democracia.
En Corea del Norte: "…La forma más popular de ganar dinero es con
pequeñas tiendas o restaurantes, o pequeñas industrias haciendo ropa o
zapatos, enseñando en forma privada y brindando servicios médicos
privados…" Recientemente hay un creciente número de personas que están
involucrándose en el negocio de los transportes registrando ilegalmente
vehículos y botes en nombre de compañías o agencias y apropiándose de
las ganancias ya que está prohibido a una persona ser dueño de un vehículo".
En Corea del Norte hay varias zonas francas en la que se han instalado
empresas capitalistas, muchas de ellas de la vecina y enemiga mortal
Corea del Sur. En este sentido Corea del Norte está mucho más avanzada
que Cuba.
Los ilusos no han dejado de hablar y de escribir del proyecto de Mariel
en Cuba como la epifanía del "cambio" del capitalismo a la democracia.
Pero sin garantías de orden constitucional e institucional que incluyan
el respeto a los derechos humanos no habrá una verdadera democratización.
En conclusión, la presencia de cuentapropistas y de empresarios en una
dictadura no es garantía de democracia ni de transición a la democracia.
China, Rusia, Vietnam, Siria e Irán, entre otros, son países donde se
violan sistemáticamente los derechos humanos, sin embargo, en estas
naciones hay muchas más libertades y garantías económicas que las que el
régimen de Raúl Castro ha planteado y permite en Cuba.
Ninguno de ni esos sistemas están evolucionando hacia el multipartidismo
y la democracia verdadera.
El argumento de Arturo Valenzuela de que:
"No habrá liberalización en Cuba hasta que el pueblo gane autonomía"
Es una afirmación muy discutible por otra razón.
Hay países que han pasado de la dictadura a la democracia sin necesidad
de tal "autonomía económica" y hay pueblos que con autonomía económica
aún viven bajo regímenes tiránicos.
¿Hay cambios en Cuba que garanticen un futuro democrático?
Descartado el factor del cuentapropismo o incluso de la empresa privada
como determinante de una transición a la democracia, tendremos que
preguntarnos si el régimen castrista está tomando acciones en esta
dirección para fortalecer su precaria economía y así afianzar la
dictadura o para iniciar una transición democrática.
Las acciones y declaraciones del castrismo en este sentido están bien
documentadas.
Mientras para muchos los cambios en Cuba son parte de una estratagema de
supervivencia ante la crisis venezolana, otros dan por seguro de que
esos cambios son las señales de una nueva era en la que los Estados
Unidos no deben perder la oportunidad.
Las dictaduras se resisten al cambio mientras pueden. Esto depende de
una serie de circunstancias y de factores internos y externos, todos
interactuando.
El deterioro económico actual en Cuba y la debilidad política del
régimen son consecuencia de decisiones de la dictadura y de la
dependencia que el castrismo siempre ha tenido de la subvención externa.
Lo que hace falta no son propuestas aisladas sino una estrategia que
contemple los diferentes escenarios, porque ni el cuentapropismo, ni la
desaparición de Raúl ni de Fidel Castro, ni el fin de la subvención
venezolana, ni una mayor flexibilización del gobierno de Obama hacia el
régimen en la Isla, necesariamente van a conducir a Cuba hacia la
democracia.
El presente y el futuro del pueblo cubano se encuentran en juego y no
hay espacio para la demagogia, la superficialidad y el error.
Source: Cuba y Corea del Norte: el cuentapropismo y la transición
democrática - Misceláneas de Cuba -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/53abf6953a682e110805c8e6#.U6v6AvmSwx4
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