viernes, 27 de junio de 2014

El Sexto o el rey del spray

El Sexto o el rey del spray
Hablamos con El Sexto, el joven que ha hecho del grafiti un camino más
para la denuncia
YOANI SÁNCHEZ, La Habana | Junio 26, 2014

Guiño al arte, decoración no autorizada sobre los muros, el grafiti
conserva ese aire irreverente y clandestino que lo aleja de las galerías
y lo acerca a nuestros ojos.

Si un día se hace una ruta del grafiti cubano habrá que incluir a este
muchacho desgarbado que es El Sexto. Personaje nocturno, de dedos
ágiles, ha marcado con su arte las fachadas, puentes y señales de
tránsito de casi toda La Habana.

Muchos lo consideran un artista, otros lo acusan de vandalizar la ciudad
y marcar lugares emblemáticos, pero ¿cómo se ve y construye a sí mismo
El Sexto?

Pregunta. Grafitis, performances, lienzos, dibujos al carbón... trabajas
muchas técnicas.
Respuesta. He tratado de insertar también las nuevas tecnologías en mi
trabajo. Por ejemplo, desarrollé una línea de colocar en códigos QR
(quick response code) mensajes sobre la sociedad y la política en Cuba.
Después los dejaba pegados en paredes, en productos del mercado, en la
pared de una celda en una estación de policía... La gente tenía mucha
curiosidad por saber qué decía aquel cuadradito lleno de píxeles, así
que buscaban a alguien que pudiera tener un teléfono inteligente con una
aplicación de lectura de QR para enterarse. Entonces leían el mensaje:
"El Sexto", "¡Abajo los Castros!" o la difusión de algún evento de la
escena alternativa. Era una forma de burlar la censura a través de las
nuevas tecnologías.

P. Muchos artistas plásticos cubanos optan por la metáfora, quizás para
no meterse en problemas o para no ser censurados. Tú vas hacia un
lenguaje cada vez más directo. ¿Ninguna institución se ha acercado para
organizarte una exposición?

R. Hasta ahora no se me han acercado para presentar mi obra en ninguna
galería institucional. Soy un artista fuera de los límites permitidos.
Aunque el mundo oficial no me acepta, otros artistas cubanos me han
brindado su solidaridad y sus palabras de ánimo. Al principio pensé que
esa escena artística no me estaba mirando, que no sabían de mi trabajo.
Sin embargo, he tenido contacto con algunas de estas figuras insignes
como Ezequiel Suárez, Garaicoa, Los Carpinteros, y para mi sorpresa
valoran mi arte y están al tanto de lo que estoy haciendo. Eso me ha
dado mayor grado de compromiso con mi trabajo y me lleva a mejorar cada
proyecto que me planteo.

"Tuve que vigilar a los custodios del Museo de la Revolución para poder
pintar sobre la fachada del Museo de Bellas Artes"
P. ¿Se puede hablar de un movimiento grafitero en Cuba?

R. Sí, hay gente joven que se está sumando a este fenómeno. Ahora mismo,
trabajo con un grupo que ve en el tema de pintar los muros también una
forma de promocionar fenómenos sociales. Ayudar a darle rostro y forma a
figuras de la escena alternativa y también a proyectos artísticos,
tecnológicos y hasta periodísticos. Creamos grafitis, flyers,
sombrillas, pullovers... con los símbolos que distinguen estos proyectos
y nos vamos a los lugares públicos para que la gente se pregunte, "¿y
eso, qué cosa es?". Una forma de despertar la curiosidad y difundir
estos fenómenos.

P. En el último año saliste por primera vez del país y estuviste en
Miami. ¿Cómo fue esa primera salida?

R. Ha sido un momento muy importante en mi vida. Sobre todo la estancia
en Miami donde pude conocer a tantos cubanos y ver lo que han logrado
hacer. Eso me dio mucha felicidad pero también me generó bastante
tristeza pensar en todas las vidas que se han tronchado del lado de acá
por no tener libertad para realizarse. Aprendí mucho sobre publicidad,
me nutrí de esas formas en que la gente quiere hacer llegar una idea a
la mayor cantidad de personas posibles. Pero también comprendí en esos
viajes que yo soy de aquí, de la calle, necesito la calle cubana para
realizar mi arte y para inspirarme. Así que regresé.

P. También estuviste en La Haya, Holanda ¿qué hiciste allí?

R. Mi arte intenta llamar la atención sobre lo que nos está ocurriendo.
De ahí que en La Haya hiciera una performance pública –que coincidió con
la llamada Noche de los Museos en esa ciudad– en la que utilicé 24
metros de cadena para transmitir la sensación de encierro y falta de
libertades que vivimos en Cuba. Hacía mucho frío y todo ese temblor de
mi cuerpo en la calle, mientras la gente aguardaba en largas colas para
entrar a las salas de los museos, se unió también a la pieza y generó un
gran impacto en quienes la miraban.

"En La Haya hice una performance con 24 metros de cadena para transmitir
la sensación de encierro que vivimos en Cuba"
P. Siempre estás viviendo con un pie en la calle y otro en el calabozo.
¿Tienes miedo?

R. Debo muchas multas por pintar fachadas, multas que nunca voy a pagar,
porque ese es mi arte. Este ha sido un camino hacia mi libertad
individual, voy construyéndome hacia una mayor sinceridad. A lo mejor
caigo preso mañana, pero lo seguiré haciendo.

P. De todos tus grafitis, ¿con cuál te quedarías?

R. El que ha llegado más lejos ha sido precisamente mi firma El Sexto, y
aunque me gustan todos, hay uno especialmente que me llevó mucho trabajo
por el lugar donde lo hice. Tuve que vigilar a los custodios del Museo
de la Revolución para poder pintar sobre la fachada del Museo de Bellas
Artes, así que ahí estoy, en ese lugar, a pesar de la censura.

P. ¿Proyectos futuros?

R. Voy a hacer un performance que tiene mucho que ver con la entrega a
mi carrera. Todavía no tengo fecha pero ya estoy trabajando. Será una
pieza en la que me fundiré con mi arte y mi propio cuerpo será el muro
sobre el que pintaré.

Source: El Sexto o el rey del spray -
http://www.14ymedio.com/entrevista/artista-limites-permitidos_0_1585641425.html

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