jueves, 7 de marzo de 2013

Enigmas del poder totalitario: ¿qué esperar del vicepresidente Díaz Canel?

Enigmas del poder totalitario: ¿qué esperar del vicepresidente Díaz Canel?
Publicado el Lunes, 25 Febrero 2013 21:39
Por Café Fuerte

Miguel Díaz Canel (centro), flanqueado por el saliente presidente del
Parlamento, Ricardo Alarcón (izq.), y el Comandante Ramiro Valdés, en la
sesión del pasado domingo en el Palacio de Convenciones.
Por Daniel Benítez

El ingeniero eléctrico Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez, de 52 años,
tiene una muy difícil misión por delante: ser el número dos de un
gobierno que durante más de cinco décadas se ha movido bajo los designos
totalitarios de Fidel y Raúl Castro.

No lo tendrá sencillo si tenemos en cuenta que su actual cargo y su
juventud lo apuntalan como sucesor del actual presidente, aunque cinco
años en política suele resultar mucho tiempo.

El flamante nuevo vicepresidente primero del Consejo de Estado y de
Ministros conoce muy bien las interioridades de un sistema en el que se
ha desenvuelto en diversas responsabilidades, entre ellas 15 años como
primer secretario del Partido Comunista de Cuba en las provincias de
Villa Clara y Holguín, con resultados alentadores según las emulaciones
socialistas, o lo que es lo mismo, el otorgamiento de sedes para la
celebración central del acto por la efeméride del 26 de Julio.

Cada uno de sus ascensos y movimientos han sido en coyunturas
especialmente complejas dentro del entramado de la isla.

En Villa Clara, su provincia natal, comenzó a dirigir el Partido en
1993, en los momentos más críticos que ha vivido la sociedad cubana en
cuanto a carencias materiales desde el triunfo de la revolución de Fidel
Castro. Junto a él fueron ascendidos al mismo cargo Jorge Luis Sierra,
en Holguín, y Yadira García, en Matanzas, ambos defenestrados y
olvidados hoy.

Dos grandes eventos que pusieron las miradas internacionales sobre Villa
Clara, lo ratificaron como un dirigente previsor y capaz de mantener
bajo estricto control los aspectos organizativos en momentos cruciales:
la movilización por el retorno de los restos del Che Guevara para ser
depositados en su mausoleo en tierras villaclareñas, en octubre de 1997,
y la visita del Papa Juan Pablo II a Santa Clara, en enero de 1998.

De aquella prometedora hornada de valerosos e impetuosos jóvenes
seguidores de las ideas y el actuar de Fidel Castro (Felipe Pérez Roque,
Carlos Valenciaga, Juan Carlos Robinson, Carlos Lage, Otto Rivero,
Sierra y García), solo Díaz Canel continúa en el juego político.

Promotor de la cultura

En pleno 2003 llegó a Holguín, una provincia considerada entre las más
complejas del país por abarcar un alto número poblacional, numerosas
industrias, entre ellas el níquel y el turismo, además de tener una
extensión territorial considerable. Lo designaron para sustituir a
Sierra, hasta entonces un niño mimado que iba directo a comandar el
Ministerio del Transporte.

En la provincia holguinera tuvo primero que luchar para ser aceptado,
porque en muchos sectores, fundamentalmente el industrial, provocaba
temores al ser abiertamente partidario de apoyar la cultura y destinar
recursos al fomento de festivales y eventos.

Se embarcó allí en un ambicioso proyecto de rescate de los centros
históricos citadinos y dotarlos de restaurantes y otros sitios de
esparcimiento, de los cuales hoy poco queda, porque su sucesor no
comparte las mismas ideas. Además, su iniciativa levantó en aquel
momento numerosas quejas de la población por cerrar el paso en calles
céntricas e invertir recursos en un programa que denominó Imagen, por
una ciudad distinta.

Como parte de este reconstruyó hoteles y calles, y abrió numerosos
centros nocturnos, entre ellos La Caverna de los Beatles, proyecto
personal si tenemos en cuenta que es amante de la música del cuarteto de
Liverpool.

En Holguín tuvo que enfrentarse a una aguda sequía, aunque la etapa más
difícil como primer secretario partidista fue en el 2008-2009, tras el
azote del huracán Ike. Su inmediata movilización y respuesta consolidó
su misión y a ojos de los hermanos Castro lo catapultó como el dirigente
que ellos esperan: capaz de responder rápidamente ante cualquier
situación o emergencia.

Batallas en el sistema universitario

De este cargo fue promovido con bombo y platillo hacia la capital como
Ministro de Educacion Superior, en un momento de pleno descenso de esta
rama. En el nuevo escenario le tocó implementar una restructuración de
todo el sistema de ingreso a las universidades, además de sustituir a
Juan Vela como ministro de Educación Superior.

Nuevamente tuvo que luchar contra viento y marea para ganarse a los
viejos cuadros académicos, quienes entre otras cosas le exigían un
título de Máster, el cual obtuvo. Sin embargo, siempre dejó muy claro
que su papel al frente del sistema universitario cubano era abrir las
aulas a quienes fueran "verdaderamente revolucionarios". En esta etapa
su bandera fue el afianzamiento de la ideología dentro del claustro y el
estudiantado.

Durante su etapa como Ministro, Diaz Canel estuvo muy ligado a José
Ramón Fernández, el Gallego, por entonces vicepresidente del Consejo de
Estado y actual presidente del Comité Olímpico Cubano, quien lo
adiestró y lo involucró además en las esferas del deporte, la ciencia y
la educación a todos los niveles.

¿Qué habilidades ha puesto en práctica Díaz Canel para lograr sobrevivir
en tiempos tan convulsos? ¿Cómo ha podido sortear con inteligencia cada
batalla en el seno del Partido Comunista, optando siempre por defender
los planteamientos de Fidel y Raúl Castro por encima de toda duda?

Alejado de escándalos y corruptelas

Hombre inteligente y calculador, tampoco ha estado rodeado de escándalos
de corrupción en su entorno más cercano. Una de las anécdotas más
populares en Holguín fue que tras su primer divorcio decidió irse a
vivir a un apartamento con su actual esposa, desechando la casa de
visita y otras instalaciones más cómodas puestas a su disposición.

También fue conocido como el Primer Secretario atleta, pues todas las
tardes hacía caminando el recorrido desde su oficina a la casa, unas dos
millas, lo cual le granjeó cierta popularidad, en contraste con el
actual primer secretario partidista de Holguín, Jorge Cuevas Ramos,
quien desde su llegada al territorio escogió una céntrica casa
perteneciente a una familia que emigró a Estados Unidos.

De Díaz Canel no cabe esperar mucho a corto plazo. Es solo la bandera de
una transición que será lenta pero inminentemente y segura. A pesar del
cargo, pocas libertades tendrá y será estrechamente escrutado a cada paso.

Su posición tiene el espaldarazo de Raúl Castro, que le extendió un aval
de confiabilidad ante la generación histórica, pero no puede permitirse
errores ni dejar margen de dudas como continuador de la herencia
política de sus antecesores al mando. Como la más fuerte apuesta para
guiar las riendas del país a mediano plazo, no estará exento de de las
suspicacias, los recelos y las envidias que permean y enrarecen el
ámbito gubernamental, las esferas militares y los círculos familiares de
los Castro, a los cuales no pertenece.

Hoy Miguelito, como afablemente le dice Raúl Castro en el entorno más
íntimo, es la mejor cara que el sistema puede presentar
internacionalmente a manera de imagen política. Un hombre de buen
vestir, conversador, cauto, conocedor de las interioridades del régimen
y de cierta manera abierto a un diálogo del cual todavía no se han dicho
las primeras palabras.

http://cafefuerte.com/cuba/noticias-de-cuba/politica/2618-enigmas-del-poder-totalitario-que-esperar-de-diaz-canel

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