jueves, 28 de marzo de 2013

El hombre nuevo y el hombre viejo

El hombre nuevo y el hombre viejo
Miércoles, 27 de Marzo de 2013 00:46
Emilio Carrillo González

Cuba actualidad, La Conchita, Pinar del Rio, (PD) Así como los nazis
trabajaron en la creación del hombre nuevo, los comunistas en nuestro
país hicieron lo mismo.

No trato de establecer similitudes entre los dos sistemas, pero al
parecer ninguno de ellos estuvo de acuerdo con el Creador en ese
sentido, por lo que idearon otra variedad de ser humano, más acorde con
sus objetivos.

Se dieron cuenta de que para desarrollar sus teorías primeramente era
necesario cambiar ciertas conductas y valores propios del ser humano,
porque el hombre normal no les servía para sus fines. Todo parece
indicar que el experimento en nuestro país no arrojó el resultado
previsto pues los medios ya no hablan del hombre nuevo, se refieren a
los jóvenes con otros términos, y se consuelan con hacer esporádicas
críticas al pasado y al hombre viejo.

Los comunistas cubanos en el poder siempre han sabido camuflar sus
horrores ante el pueblo. Por ejemplo, si se trata de escasez o de
miseria, ahí está el embargo que les ha venido como anillo al dedo para
esquivar la responsabilidad. Pero ante la desastrosa ineficiencia en la
creación del hombre nuevo, el problema es tal que a estas alturas no han
podido encontrar un culpable medianamente aceptable.

La inducción de la fracasada teoría en las nuevas generaciones fue tan
deficiente que casi se les ha convertido en un bumerán. A su regreso de
su visita a la isla, un periodista le preguntó al papa Juan Pablo II
sobre su percepción de los cubanos, a lo que este respondió sin vacilar:
"Desarraigo, desaliento, despersonalización". El Santo Padre, como
cualquier ser humano, pudo haberse equivocado, pero estas
características también pudieran ser el fruto del intento de creación
del hombre nuevo en nuestro país.

El hombre nuevo es completamente diferente al viejo. Es cierto que son
épocas distintas, pero sorprende que lo que resultaba un castigo para el
hombre viejo, el hombre nuevo lo recibe con beneplácito. Me refiero al
destierro. El hombre nuevo no es caballeroso, ha desarrollado para su
supervivencia una sofisticada doble moral, admite pasivamente que le
cambien los conceptos y poco le importa que le confundan patria con
ideología.

Si la creación del hombre nuevo era el pilar fundamental para el buen
funcionamiento del comunismo -tarea en la que durante décadas trabajaron
con ahínco, pero en vano-, ¿cómo pueden todavía creer sinceramente en la
eficacia del sistema?

Para Cuba actualidad: primaveradigital2011@gmail.com

http://primaveradigital.org/primavera/politica/54-politica/6924-el-hombre-nuevo-y-el-hombre-viejo.html

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