miércoles, 6 de marzo de 2013

Carromero dice que las autoridades cubanas lo amenazaron de muerte para que aceptara la versión del accidente.

Muerte de Oswaldo Payá

Carromero dice que las autoridades cubanas lo amenazaron de muerte para
que aceptara la versión del accidente.
DDC | Madrid | 5 Mar 2013 - 11:50 pm. | 25

'No solo soy inocente, soy otra víctima', declara el español. 'No podía
ocultar más la verdad, no podría vivir siendo cómplice de esto con mi
silencio'.

Más de seis meses después del suceso que costó la vida a los opositores
cubanos Oswaldo Payá y Harold Cepero, el joven político español Ángel
Carromero, conductor del vehículo en que viajaban, ha decidido hablar
para denunciar que las autoridades cubanas lo obligaron a aceptar la
versión del accidente bajo amenazas de muerte y para calificar de
"farsa" el juicio en el que fue condenado a cuatro años de cárcel por
supuesto homicidio imprudente.

"Me dijeron que (…) yo que era muy joven para perder mi vida", dijo
Carromero, que eligió al diario estadounidense The Washington Post para
hacer sus primeras declaraciones sobre el hecho ocurrido el pasado 22 de
julio, cerca de Bayamo.

No obstante, la semana pasada, la hija de Oswaldo Payá, Rosa María Paya,
reveló que el español le había confirmado la versión del auto que golpeó
al de los opositores provocando el incidente y la muerte de los dos cubanos.

"No solo soy inocente, soy otra víctima y podría estar muerto ahora",
dijo Carromero al diario.

Interrogado sobre por qué ha decidido hablar ahora, afirmó que lo más
importante para él es que la familia de Payá "siempre ha defendido" su
inocencia, "cuando son los más perjudicados por la tragedia".

"Es por eso que cuando me reuní con Rosa María Payá (…) no podía ocultar
más la verdad. Sé que esta decisión puede derivar en más ataques contra
mí desde Cuba, pero no merezco ser considerado culpable de homicidio
involuntario y, sobre todo, no podría vivir siendo cómplice de esto con
mi silencio", afirmó.

La persecución

Carromero, miembro de Nuevas Generaciones del Partido Popular (PP)
español, relató al diario lo ocurrido el 22 de julio de 2012. Indicó que
junto al sueco Jens Aron Modig, llevaba a Payá y Cepero a visitar a
amigos en el interior de la Isla.

"Nos estaban siguiendo desde el principio. De hecho, cuando abandonamos
La Habana, un tweet de alguien cercano al Gobierno [el Twitter de la
Seguridad del Estado] anunció nuestra salida: 'Payá va camino de
Varadero'. Oswaldo me dijo que, desafortunadamente, eso era normal", contó.

El español dijo que se sintió realmente "inquieto" durante una parada
para comprar gasolina porque el auto que los seguía también se detuvo,
esperó a que terminaran de repostar y luego continuó tras ellos.

Añadió que durante el viaje el vehículo que los perseguía cambió por un
"Lada rojo viejo".

"Y luego otro coche, más nuevo, apareció y comenzaron a acosarnos,
acercándose mucho", dijo Carromero y especificó que el vehículo llevaba
chapa azul, la utilizada por el Gobierno.

"De vez en cuando miraba por el espejo retrovisor y podía ver a los dos
ocupantes mirándonos agresivamente. Tenía miedo, pero Oswaldo me dijo
que no me detuviera si ellos no lo señalaban o nos forzaban a hacerlo
(…) La última vez que me miré, me di cuenta de que el coche se había
acercado demasiado, y de repente sentí el fuerte impacto por atrás",
detalló.

El español dijo que perdió el control del vehículo. Agregó que cuando
recobró la conciencia estaba dentro de una moderna furgoneta, solo.

"Pensé que era extraño que solo estuviera yo y me imaginé que el resto
no había necesitado ir al hospital", dijo. "Empecé a gritar a las
personas que conducían la furgoneta que quiénes eran, a dónde me
llevaban, qué estaban haciendo con nosotros. Luego, aturdido, volví a
perder el conocimiento".

En el hospital militarizado, bajo "sedación"

Carromero afirmó que cuando despertó estaba siendo trasladado en una
camilla a una habitación del hospital. Aseguró que la primera persona a
la que vio fue una oficial del Ministerio del Interior a la cual
denunció que un vehículo los había golpeado por detrás.

La oficial "tomó notas y, al final, me dio mi declaración para que la
firmara", dijo.

El español afirmó que el hospital fue "repentinamente militarizado".

"Yo estaba rodeado por soldados uniformados. Una enfermera me dijo que
me pondrían una vía intravenosa para sacarme sangre y sedarme. Recuerdo
que estuvieron sacándome sangre y cambiándome la vía todo el tiempo, lo
cual me preocupaba. Todavía tengo marcas de eso. Pasé las siguientes
semanas medio sedado y sin saber exactamente qué me habían puesto", aseguró.

Carromero dijo que las autoridades cubanas le quitaron su teléfono móvil
al sacarlo del auto siniestrado y que solo pudo utilizar el teléfono de
Modig cuando ambos estaban en el hospital.

"No recordé los mensajes hasta que llegué a España y los leí,
[estábamos] pidiendo ayuda y diciendo que nuestro auto había sido
golpeado por detrás", señaló.

Amenazas de muerte

El joven político del PP dijo a The Washington Post que las autoridades
cubanas lo amenazaron de muerte para que cambiara su declaración sobre
los hechos.

"Cuando me preguntaron sobre lo que había pasado, repetí lo que había
dicho a la oficial que originalmente tomó mi declaración", dijo
Carromero. "Ellos se enfadaron. Me advirtieron que yo era su enemigo y
que era muy joven para perder mi vida", aseguró.

"Uno de ellos me dijo que lo que les había dicho no había pasado y que
debía ser cuidadoso, que dependiendo de lo que dijera las cosas podían
ir muy bien o muy mal para mí", amplió.

"Luego vino un señor que se identificó como un experto del Gobierno y me
dio la versión oficial de lo que había ocurrido. Si la seguía, nada me
pasaría", dijo Carromero.

Indicó que en ese momento estaba "fuertemente drogado" y era difícil
para él entender los detalles del supuesto accidente que le pedían
repitiera.

"Me dieron otra declaración para firmar —una que de ninguna manera se
parecía a la verdad—. Mencionaba gravilla, un terraplén, un árbol. Yo no
recordaba ninguna de esas cosas", dijo.

Añadió que no estuvo de acuerdo especialmente con la afirmación de que
iba a "exceso de velocidad" porque la última vez que miró el velocímetro
marcaba 70km/h.

Interrogado sobre el video difundido por las autoridades cubanas, en el
que confirma la versión del accidente, Carromero dijo al diario
estadounidense que fue grabado cuando se encontraba en "deplorables"
condiciones de confinamiento y que estaba drogado.

La prisión en Bayamo "es lo peor que he vivido", afirmó el español. "Me
mantuvieron incomunicado, sin ver nunca la luz del día (…) Las
condiciones eran deplorables, un chorro de agua caía desde el techo una
vez al día, el baño no tenía tanque y solo se podía usar si uno tenía un
cubo de agua para echarle después. La celda estaba llena de insectos que
me despertaban cuando caían sobre mi cuerpo".

"El vídeo que las autoridades hicieron público fue grabado bajo esas
condiciones", explicó Carromero. Dijo que se limitó a leer "la versión
oficial del Gobierno", que un oficial le puso en un cuaderno.

"Yo esperaba que nadie pudiera pensar que el vídeo había sido grabado
libremente o que lo que yo decía se correspondía con lo que realmente
sucedió", afirmó.

"El juicio en Bayamo fue una farsa"

El español calificó el juicio en Bayamo de "farsa" destinada a
convertirlo en "chivo expiatorio".

"Pero tuve que aceptar el veredicto sin apelación con el objetivo de
tener una mínima posibilidad de salir de aquel infierno", dijo.

En cuanto a las autoridades españolas, el joven político consideró que
solo puede agradecerles por gestionar su repatriación.

Carromero regresó a España el pasado 29 de diciembre gracias a un
acuerdo sobre cumplimiento de sentencias vigente entre La Habana y Madrid.

"No quiero causar más problemas. Quiero recuperar mi vida anterior",
dijo. "Entiendo que, aunque soy inocente, tengo que continuar con mi
libertad restringida debido al acuerdo bilateral entre Cuba y España",
expresó.

Afirmó que ha recibido amenazas de muerte en España. "He tenido que
declarar ante un notario para que al menos la verdad sea conocida si
algo me pasa", indicó.

El español reiteró que no sabe qué sustancias le pusieron en la Isla vía
intravenosa, pero advirtió que continúa sufriendo largos lapsus de memoria.

"Lo que no consiguieron hacerme olvidar es que Oswaldo es una de las
personas que más me ha impresionado en mi vida. Él es el verdadero
protagonista de esta pesadilla. Fue una persona excepcional y nunca lo
olvidaré", concluyó.

http://www.diariodecuba.com/cuba/1362523832_828.html

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