Con 23 huelgas de hambre, dará todo por sus compañeros de lucha presos
El disidente cubano Guillermo Fariñas contesta con voz débil el teléfono
desde la sala de Terapias Intensivas del Hospital Arnaldo Melián Castro,
en la provincia de Santa Clara, tras 18 días de huelga de hambre y sed,
pero con la lucidez intacta para reiterar que su ayuno se llevará a cabo
hasta las últimas consecuencias.
Consciente de que su posible muerte no modificará la situación política
del país, explica que ahora hay "una oportunidad histórica, que tiene la
oposición pacífica cubana, para demostrar que somos capaces de morir por
nuestras ideas; en nuestras cárceles lo hizo Orlando Zapata Tamayo y
fuera pretendo hacerlo si lo determina la máxima dirección del país".
Minutos antes de contestar nuestra llamada le pasaron un catéter por la
subclavical izquierda, con sueros. Cuenta que el sábado pasado le
hicieron 7 perforaciones por la subclavical derecha y no pudieron
colocárselo por tener un colapso del sistema venoso.
A través del catéter pretenden darle alimentación parenteral para
subirle la presión arterial. Tiene dolor de cabeza, somnolencia y siente
en la parte derecha del tórax una puntada por los siete intentos que
hubo de ponerle el catéter.
Para Fariñas las huelgas de hambre se han convertido en una actividad de
disidencia constante, ésta es la número 23 que realiza desde 1995,
cuando estuvo preso por primera vez.
En tres ocasiones ha sido detenido: en la primera fue condenado a un año
y medio de cárcel por denunciar que la directora del hospital infantil
Pedro Borra, donde trabajaba como secretario general del sindicato,
robaba y vendía en el mercado negro las donaciones que la Unión Europea
hacía.
Luego fue acusado de cometer afrenta por hacer huelga de hambre en la
plaza Santa Clara, donde días después enterraron los restos de Ernesto
"Che" Guevara. Lo sancionaron con un año y medio de prisión.
En la última ocasión lo condenaron a 6 años y 10 meses por explicar en
una asamblea electoral el proyecto Varela (propone modificar algunas
leyes para avanzar en el mejoramiento de la sociedad cubana).
Su solicitud es clara: liberar a 26 presos políticos con un deteriorado
estado de salud, según han explicado los propios médicos del Ministerio
de Interior: fallecerían en prisión a corto y mediano plazos.
Con gran experiencia en cárceles cubanas, Fariñas explica que las
condiciones higiénico-sanitarias y alimentarias de las prisiones, unidas
a falta total de medicamentos, más las brutales golpizas, deterioran la
salud de los presos políticos.
La disidencia cubana quiere un acto de buena voluntad del gobierno
cubano de Raúl Castro, para que "demuestre que sus palabras no fueron
cínicas, crueles e hipócritas cuando lamentó la muerte de Orlando Zapata
Tamayo, acompañado del presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva",
acotó.
http://www.eluniversal.com/2010/03/15/int_art_farinas-dispuesto-a_1795675.shtml
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