miércoles, 31 de marzo de 2010

En la era digital, los cubanos reviven los libros incunables

En la era digital, los cubanos reviven los libros incunables
Sylvie Briand 06:35 p.m. 30/03/2010

Matanzas, Cuba (AFP). En la era de los libros digitales, una pequeña
editorial de la ciudad cubana de Matanzas (oeste) brega desde hace un
cuarto de siglo por crear, como en la Edad Media, obras "incunables" con
páginas ilustradas a mano.

"Nuestro objetivo es hacer un libro humano, un objeto íntimo, precioso,
tanto por su contenido como por su forma. Nuestra filosofía se
contrapone a la del libro de bolsillo, hecho para ser manipulado sin
cuidado u olvidado sobre un mostrador", explica Rolando Estévez, de 57
años y uno de los fundadores de "Ediciones Vigía".

"Algunos se preguntan si el libro de papel va a desaparecer, pero no lo
creo. Mientras exista el hombre, habrá libros de papel", añade Estévez,
poeta, pintor y encargado del diseño de la portada de los atractivos libros.

Desde su fundación en 1985, "Editorial Vigía" se instaló en "la casona
colonial más antigua" de Matanzas, ciudad considerada la "Atenas de
Cuba" -100 km al este de La Habana-, pero con frecuencia ignorada por
los turistas que viajan entre la capital y el famoso balneario de Varadero.

"Quisimos publicar a nuestros autores y, sin medios, comenzamos a crear
nuestros libros como los incunables del Medioevo", asegura Estévez.

Vigía, que cuenta con unos 10 trabajadores que devengan "algunas decenas
de dólares" al mes, publica cada año hasta 20 volúmenes con 200
ejemplares (el texto se imprime a máquina), con la ayuda financiera del
Ministerio cubano de Cultura y materiales donados por universidades
norteamericanas y organizaciones europeas.

"Por ejemplo, el papel para hacer esta recopilación del poeta ruso,
Sergei Esenin (1895-1925), fue donado por la agencia noticiosa rusa Ria
Novosti, pues el papel reciclado es muy difícil de encontrar en Cuba",
comenta Agustina Ponce, de 51 años y una de las responsables de la casa
editorial.

"Al principio, nuestro objetivo era ofrecer gratuitamente los libros que
hacíamos con el papel ecológico usado para envolver dulces. Pero fue
imposible regalarlo todo. No obstante, los textos se venden a precios
accesibles para los cubanos, entre 5 y 50 pesos cubanos (2 dólares), y
hasta 25 dólares para los extranjeros", apunta.

El salario promedio en la isla es de 417 pesos (20 dólares).

Vigía dispone de ocho colecciones que publican clásicos de la literatura
cubana y extranjera, pero sobre todo las "novedades cubanas", entre
ellas las de autores de Matanzas, elegidas por su Comité Editorial.
También edita una revista anual de creación literaria, hecha de recortes
y dibujos.

Estévez garantiza que Vigía nunca ha sufrido censura, pero sostiene que
"la falta de medios y de libertad a veces favorece la creación".

"Si no tengo libertad, me la creo. Abordo en mis obras el sexo y la
política sin inhibición", dijo, aunque reconoce que fue "marginado" en
los 70 de los círculos culturales de la isla, al igual que otros
artistas e intelectuales que tenían "ideas u orientación sexual" censuradas.

"Cuba ha cambiado mucho desde entonces. Se ha abierto al mundo", incluso
cuando, dirigida por un único Partido Comunista, se mantiene entre los
países menos "conectados" a internet en el continente, estima el hombre
cuyos padres emigraron en 1969 a Estados Unidos.

"Hay muchas cosas que aún deben cambiar, sobre todo en materia
económica, pero otras, como la salud y la educación, se deben
preservar", comenta, mientras el gobierno de Raúl Castro trata de
reformar una exigua economía, muy centralizada y burocratizada, que
además sufre el impacto del embargo norteamericano.

"Cuba atraviesa una crisis, pero en realidad todo el planeta está en
crisis. Es por eso que digo que luchar por el libro, es luchar por el
hombre", afirma.

http://www.nacion.com/2010-03-30/AldeaGlobal/UltimaHora/AldeaGlobal2320973.aspx

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