Adolfo Pablo Borrazá
LA HABANA, Cuba, marzo (www.cubanet.org) - La dictadura cubana está en
aprietos, y lo sabe. De ahí la sobredosis de ingenuidad que ha querido
mostrar en las últimas semanas por los imperdonables errores cometidos.
Tiene a su favor los medios de difusión, y trata de impedir que entre en
la isla ningún tipo de información ajena a sus intereses. El reloj de
culpabilidad está en 12, pero no le preocupa mientras pueda engañar al
pueblo con su propaganda.
Internacionalmente, tras la muerte de Orlando Zapata, el gobierno está
"cagado". Por eso acusa a los Estados Unidos y la Unión Europea de
desatar una guerra mediática contra Cuba.
La represión contra las Damas de Blanco y la huelga de Guillermo Fariñas
han mantenido a la dictadura en el punto de mira del planeta. A toda
costa intentan presentarlos como mercenarios y traidores; argumentos
ridículos.
Recientemente leí en Cuba Debate un artículo de Atilio Borón titulado:
¿Disidentes o traidores? Parece que el intelectual argentino quiso
congraciarse con los hermanos Castro o ganarse un viaje con los gastos
pagados a La Habana.
En su trabajo, Borón acusa a los opositores cubanos de traidores y
expone las legislaciones de tres países (Estados Unidos, México y
Argentina) respecto a los traidores. Coincidentemente, las tres
legislaciones dicen casi lo mismo. Denominan traidor a todo aquel que
tome las armas en contra de su nación y se una a sus enemigos.
Lo que olvidó Borón es que Orlando Zapata, Guillermo Fariñas y las Damas
de Blanco nunca han tomado las armas en contra del gobierno ni de nadie.
Al igual que miles de opositores cubanos, son disidentes pacíficos. Como
Gandhi y Luther King, quienes con su actitud demostraron que las armas
no son necesarias para enfrentar un sistema opresivo.
Borón olvida que el régimen que tanto ama llega a su fin. Caerá por su
propio peso. Para tratar de mantenerse en el poder, no dudará en
recurrir a las armas, aunque en ello vaya la vida de la nación.
Entonces, señor Atilio Borón, ¿quiénes son los traidores?
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