jueves, 21 de agosto de 2014

Secretismo que encoleriza

Secretismo que encoleriza
JOSÉ GABRIEL BARRENECHEA, Agosto 20, 2014

El secretismo sigue campeando por sus respetos en Cuba. A pesar de las
públicas profesiones de fe antisecretistas del General Presidente, la
sociedad cubana continúa tan desinformada como siempre.

El caso de la epidemia de cólera que recorre al país es un buen ejemplo.
Según las gargantas profundas que ponen su granito de arena para hacer a
nuestro país más transparente, los muertos por esta enfermedad ya
ascienden a varias decenas a lo largo de la Isla. Los especialistas
temen que el virus haya podido infectar también algunas zonas del manto
freático de la zona oriental.

Sin embargo, muy poco se dice de la epidemia de cólera en los medios
provinciales y nada en los nacionales. El silencio alrededor del tema
alimenta aún más la desidia ciudadana que saca de quicio a las
autoridades médicas. La población no se concientiza de la gravedad de la
situación y al personal médico solo le está permitido mostrar su alarma
en espacios muy restringidos.

"Si nada dicen, compañeros, es que no es grave", aseguran quienes
prefieren creer que todo está bajo control ¿No es acaso esto lo único
que puede desprenderse de la información sobre el cólera ‒a cuentagotas
y cargada de eufemismos‒ que ha logrado colarse en algunos medios
locales? Tal pareciera que con esas breves notas triunfalistas quisiera
remarcar que el sobresalto solo es fruto de "rumores malintencionados de
quienes buscan empañar la obra de la Revolución en cuanto a la salud del
pueblo".

La falta de transparencia no solo provoca indiferencia en la población,
sino también en las autoridades sanitarias que, al no percibir el
peligro, no se limitan en su vieja costumbre de desviar los recursos
públicos. Por ejemplo, hace dos semanas la Biblioteca Martí de Santa
Clara cerró para higienización, ya que uno de sus trabajadores se había
enfermado de cólera. Cinco días después aún no había podido ser
desinfectada ni reabierta, pues seguía sin aparecer el cloro que Salud
Pública había prometido.

La triste realidad es que el cólera quizás haya llegado para hacerse
endémico en Cuba tras casi cien años de ausencia. Las deficiencias
higiénicas lo favorecen. Paradójicamente, el país con más médicos por
habitante carece de acueductos y sistemas de alcantarillado efectivos
fuera de la capital ‒donde tampoco funcionan bien‒.

En la ciudad de Santa Clara, las pocas redes hidráulicas que quedan
están plagadas de salideros y filtraciones que provocan la contaminación
de las aguas. Muchos vecinos reciben agua cada dos semanas, lo que los
obliga a abrir pozos en sus patios, en el interior de sus casas y hasta
en las aceras. La cercanía de estos depósitos con fosas sépticas
facilita la propagación de enfermedades.

La mezcla del cólera y el secretismo alcanza un alto grado de letalidad.
No bastan los medicamentos y los cuidados médicos, se necesita también
transparencia informativa para detener esta epidemia.

Source: Secretismo que encoleriza -
http://www.14ymedio.com/opinion/opinion-sanidad-enfermedades-colera_0_1618638127.html

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