Honor a los inmortales
Jueves, Julio 26, 2012 | Por Augusto Cesar San Martin
LA HABANA, Cuba, julio, www.cubanet.org -“Me han dicho que me van a matar antes que termine el régimen, pero yo no voy a huir”, Oswaldo Paya Sardiñas, 2006.
Acabo de regresar de la parroquia habanera donde se ofreció una misa en honor a Oswaldo Payá. Es difícil despedir de la vida a quien se quiere, al necesario para componer la vida en una realidad repleta de limitaciones.
Premio Sajarov para la libertad de pensamiento del Parlamento Europeo, en 2002; Averell Harriman para la democracia, en 2003; Doctor Honoris Causa en leyes por la universidad de Columbia, en 2005; y nominado al Premio Nobel de la Paz, en 2008.
Payá era uno de los cubanos que vivió en libertad dentro de la dictadura en Cuba, buscaba contaminar a todos con la liberación de su pensamiento y casi lo logró. Quizás la muerte repentina de su cuerpo es parte de esa obra en la que puso empeño. Porque con su muerte física todos los que se oponen al régimen cubano dentro y fuera de la isla, no vemos la corriente ideológica de lucha sino al luchador y su causa. Esa es la última lección que nos deja Oswaldo Payá, la de mirar más allá de nuestros intereses políticos o forma de pensar.
Aunque todos compartimos el dolor de su partida, la familia es quien más sufre, sobre todo cuando las causas de la muerte deben ser investigadas por el mismo verdugo. Sus hijos le habían advertido porque temían por su vida, sobre todo después de un accidente automovilístico reciente en el que el auto quedó parcialmente destruido.
Quienes nos oponemos al gobierno de los hermanos Castro siempre sentimos que la cautelosa muerte nos acecha. Ya sea en forma de enfermedad, golpiza o excesos de un plan de hostigamiento. Sabemos cómo pensaba Payá, enfrentar la posibilidad omnipresente de una muerte porvocada fue un reto que asumió con las mismas armas que al régimen, con valor.
No quiero juzgar sin pruebas pero la realidad apunta a que una medida de hostigamiento de la policía política se convirtió en accidente fatal. Este lamentable suceso es uno más para el listado de acusaciones sin esclarecer por las que los actuales gobernantes responderán en el futuro no muy lejano.
En estos días de confusión y dolor deberíamos pensar en lo que nos está costando alcanzar la libertad de Cuba. Es precisamente ese pensamiento el que nos indicara el camino a la necesaria unidad de todas las fuerzas cívicas que se oponen a la dictadura.
Desde el poder absoluto, el régimen nos combate creando la división, el terror y la muerte, de nuestra parte solo nos asiste la razón de ver como los valores de una sociedad se destruyen. Nos asiste la verdad palpable de un país en ruinas que nos costará años de sacrificio reconstruir.
¿Qué nos puede hacer pensar de otra forma? Ante la realidad de la muerte, la que nos toca de cerca con la partida de Oswaldo Payá, actuemos como un solo cubano aunque nuestras ideas sean diversas. Es la única forma de evitar más crímenes.
acesar2004@gmail.com
http://www.cubanet.org/articulos/honor-a-los-inmortales/
Jueves, Julio 26, 2012 | Por Augusto Cesar San Martin
LA HABANA, Cuba, julio, www.cubanet.org -“Me han dicho que me van a matar antes que termine el régimen, pero yo no voy a huir”, Oswaldo Paya Sardiñas, 2006.
Acabo de regresar de la parroquia habanera donde se ofreció una misa en honor a Oswaldo Payá. Es difícil despedir de la vida a quien se quiere, al necesario para componer la vida en una realidad repleta de limitaciones.
Premio Sajarov para la libertad de pensamiento del Parlamento Europeo, en 2002; Averell Harriman para la democracia, en 2003; Doctor Honoris Causa en leyes por la universidad de Columbia, en 2005; y nominado al Premio Nobel de la Paz, en 2008.
Payá era uno de los cubanos que vivió en libertad dentro de la dictadura en Cuba, buscaba contaminar a todos con la liberación de su pensamiento y casi lo logró. Quizás la muerte repentina de su cuerpo es parte de esa obra en la que puso empeño. Porque con su muerte física todos los que se oponen al régimen cubano dentro y fuera de la isla, no vemos la corriente ideológica de lucha sino al luchador y su causa. Esa es la última lección que nos deja Oswaldo Payá, la de mirar más allá de nuestros intereses políticos o forma de pensar.
Aunque todos compartimos el dolor de su partida, la familia es quien más sufre, sobre todo cuando las causas de la muerte deben ser investigadas por el mismo verdugo. Sus hijos le habían advertido porque temían por su vida, sobre todo después de un accidente automovilístico reciente en el que el auto quedó parcialmente destruido.
Quienes nos oponemos al gobierno de los hermanos Castro siempre sentimos que la cautelosa muerte nos acecha. Ya sea en forma de enfermedad, golpiza o excesos de un plan de hostigamiento. Sabemos cómo pensaba Payá, enfrentar la posibilidad omnipresente de una muerte porvocada fue un reto que asumió con las mismas armas que al régimen, con valor.
No quiero juzgar sin pruebas pero la realidad apunta a que una medida de hostigamiento de la policía política se convirtió en accidente fatal. Este lamentable suceso es uno más para el listado de acusaciones sin esclarecer por las que los actuales gobernantes responderán en el futuro no muy lejano.
En estos días de confusión y dolor deberíamos pensar en lo que nos está costando alcanzar la libertad de Cuba. Es precisamente ese pensamiento el que nos indicara el camino a la necesaria unidad de todas las fuerzas cívicas que se oponen a la dictadura.
Desde el poder absoluto, el régimen nos combate creando la división, el terror y la muerte, de nuestra parte solo nos asiste la razón de ver como los valores de una sociedad se destruyen. Nos asiste la verdad palpable de un país en ruinas que nos costará años de sacrificio reconstruir.
¿Qué nos puede hacer pensar de otra forma? Ante la realidad de la muerte, la que nos toca de cerca con la partida de Oswaldo Payá, actuemos como un solo cubano aunque nuestras ideas sean diversas. Es la única forma de evitar más crímenes.
acesar2004@gmail.com
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