Los establos de la PNR
Viernes, 27 de Julio de 2012 07:53
Escrito por Luis Cino Álvarez carroCuba actualidad, Arroyo Naranjo, La Habana (PD) Las cosas que ocurren ahora mismo en Cuba, deprimen tanto como desconciertan. Y no es que uno crea que la frasecita de "cambiar todo lo que deba ser cambiado" sea algo más que un mantra para ganar tiempo y seguir, como lapas, aferrados al poder. Sólo que uno espera de los mandarines, si no decencia, al menos algo de sentido común. Pero precisamente contra el sentido común parecen ir encaminadas últimamente casi todas las acciones de los que crearon los problemas y ahora dicen ser los encargados de solucionarlos. Esquilman a los que menos debían, se sacuden de encima a los que más necesitan de la seguridad social, aprietan a los más necesitados hasta el punto de hacerlos reventar. Y prestos a reprimir sin ton ni son y a poner, en vez de orden, todo bien malo, está la Policía Nacional Revolucionaria, cuyo accionar, por abusivo y arbitrario, parece cada día más desatinado. Continuamente uno escucha de las barbaridades de la policía, y le parece increíble que puedan ocurrir hechos así. Sobre todo porque las víctimas de los abusos policiales son los más humildes y desprotegidos: ancianos vendedores callejeros, pordioseros, bici-taxistas, personas ocuparon casas deshabitadas porque no tenían donde vivir, gente que emigra de las provincias orientales, muchachos procedentes de hogares disfuncionales, preferentemente negros...Para todos ellos siempre están listas las tonfas, las esposas, el spray pimienta, los calabozos, la ley de peligrosidad social pre-delictiva... Juana Verena Gómez, de 79 años, minusválida, pasó varios meses en prisión. La acusaron por agredir a los dos policías que la detuvieron. Dicen que mordió a uno de ellos en un brazo en el momento en que se la llevaban a rastras, detenida, para una unidad policial de la Habana Vieja. La anciana, que recibe una miseria de jubilación, vendía jabitas de nylon y pedía limosnas. Afortunadamente, la excarcelaron hace unas semanas y no terminó sus días en la cárcel. Recientemente, la policía detuvo violentamente a un loco en San Miguel del Padrón. Cuando su familia fue a buscarlo y se quejaron de los maltratos que sufrió el enfermo, el oficial, al descubrir por su acento que los parientes eran orientales, igual que él mismo, amenazó con deportarlos inmediatamente para su provincia si no se callaban. Intentar discutir con un policía, que se cree la ley, y no un simple agente de ella, puede acarrear que te acusen de agresión, atentado, o de lo que se les ocurra acusarte, Ya nadie se sorprende de ver a policías por la Habana Vieja o El Vedado, en actitud de chulos, como extorsionan a putas adolescentes, que más que deseo, inspiran lástima. Y qué decir de los registros en plena calle, de la comida que decomisan sin orden de decomiso y que va a parar a sus casas. Cínicos y desaprensivos que nos hemos vuelto, hay quien dice. "Los naguitos también tienen que vivir". OK, pero no a costa de los infelices ni de aceptar sobornos de los corruptos y los delincuentes para que los dejen campear a las anchas. ¿Por qué la policía se presta con tanto entusiasmo a apoyar los desalojos que ordenan fríamente los burócratas de la Dirección de Vivienda y el Instituto de Planificación Física? ¿Los viejos, los niños, los enfermos, que tiran a la calle o en el mejor de los casos, amontonan en los almacenes de náufragos que son los albergues y las llamadas comunidades de tránsito, no conmueven sus conciencias? ¿Acaso saben los intereses turbios y la corrupción que hay detrás de la mayoría de estos desalojos? ¿O es que la policía está enteramente al servicio, no del pueblo que con su sudor paga sus salarios, supuestamente para que garantice la tranquilidad ciudadana, sino de la burocracia corrupta que paga sobornos y compra conciencias? En La Habana hay muchos tipos con mala facha, pero ya inspiran menos aprensión que cuando una pareja de policías vienen para encima de uno. Hace años que la PNR, que se comporta como un ejército de ocupación en un país enemigo, no es respetada, sino temida. Y cada vez más odiada... Allá quien se consuele con los cuentos de que hay otras policías más corruptas y abusivas en otros países. A nosotros, la que nos duele, y bastante, es la PNR. Tan dados como son en las altas esferas a elucubrar acerca de maquiavélicos complots contrarrevolucionarios, ¿no se les habrá ocurrido que detrás de toda esta actitud de la policía puede haber un intento deliberado de poner peor lo que ya está malo, llevar el descontento al límite y hacer que el pueblo explote de una vez y por todas? Si de veras quieren cambiar todo lo que deba ser cambiado, ¿no será tiempo de hacer una buena purga en la PNR? Pero me temo que con tanta podredumbre, requerirá más trabajo que el que le llevó a Hércules limpiar los establos de Augias. Para Cuba actualidad: luicino2012@gmail.com http://primaveradigital.org/primavera/cuba-sociedad/sociedad/4755-los-establos-de-la-pnr.html
Viernes, 27 de Julio de 2012 07:53
Escrito por Luis Cino Álvarez carroCuba actualidad, Arroyo Naranjo, La Habana (PD) Las cosas que ocurren ahora mismo en Cuba, deprimen tanto como desconciertan. Y no es que uno crea que la frasecita de "cambiar todo lo que deba ser cambiado" sea algo más que un mantra para ganar tiempo y seguir, como lapas, aferrados al poder. Sólo que uno espera de los mandarines, si no decencia, al menos algo de sentido común. Pero precisamente contra el sentido común parecen ir encaminadas últimamente casi todas las acciones de los que crearon los problemas y ahora dicen ser los encargados de solucionarlos. Esquilman a los que menos debían, se sacuden de encima a los que más necesitan de la seguridad social, aprietan a los más necesitados hasta el punto de hacerlos reventar. Y prestos a reprimir sin ton ni son y a poner, en vez de orden, todo bien malo, está la Policía Nacional Revolucionaria, cuyo accionar, por abusivo y arbitrario, parece cada día más desatinado. Continuamente uno escucha de las barbaridades de la policía, y le parece increíble que puedan ocurrir hechos así. Sobre todo porque las víctimas de los abusos policiales son los más humildes y desprotegidos: ancianos vendedores callejeros, pordioseros, bici-taxistas, personas ocuparon casas deshabitadas porque no tenían donde vivir, gente que emigra de las provincias orientales, muchachos procedentes de hogares disfuncionales, preferentemente negros...Para todos ellos siempre están listas las tonfas, las esposas, el spray pimienta, los calabozos, la ley de peligrosidad social pre-delictiva... Juana Verena Gómez, de 79 años, minusválida, pasó varios meses en prisión. La acusaron por agredir a los dos policías que la detuvieron. Dicen que mordió a uno de ellos en un brazo en el momento en que se la llevaban a rastras, detenida, para una unidad policial de la Habana Vieja. La anciana, que recibe una miseria de jubilación, vendía jabitas de nylon y pedía limosnas. Afortunadamente, la excarcelaron hace unas semanas y no terminó sus días en la cárcel. Recientemente, la policía detuvo violentamente a un loco en San Miguel del Padrón. Cuando su familia fue a buscarlo y se quejaron de los maltratos que sufrió el enfermo, el oficial, al descubrir por su acento que los parientes eran orientales, igual que él mismo, amenazó con deportarlos inmediatamente para su provincia si no se callaban. Intentar discutir con un policía, que se cree la ley, y no un simple agente de ella, puede acarrear que te acusen de agresión, atentado, o de lo que se les ocurra acusarte, Ya nadie se sorprende de ver a policías por la Habana Vieja o El Vedado, en actitud de chulos, como extorsionan a putas adolescentes, que más que deseo, inspiran lástima. Y qué decir de los registros en plena calle, de la comida que decomisan sin orden de decomiso y que va a parar a sus casas. Cínicos y desaprensivos que nos hemos vuelto, hay quien dice. "Los naguitos también tienen que vivir". OK, pero no a costa de los infelices ni de aceptar sobornos de los corruptos y los delincuentes para que los dejen campear a las anchas. ¿Por qué la policía se presta con tanto entusiasmo a apoyar los desalojos que ordenan fríamente los burócratas de la Dirección de Vivienda y el Instituto de Planificación Física? ¿Los viejos, los niños, los enfermos, que tiran a la calle o en el mejor de los casos, amontonan en los almacenes de náufragos que son los albergues y las llamadas comunidades de tránsito, no conmueven sus conciencias? ¿Acaso saben los intereses turbios y la corrupción que hay detrás de la mayoría de estos desalojos? ¿O es que la policía está enteramente al servicio, no del pueblo que con su sudor paga sus salarios, supuestamente para que garantice la tranquilidad ciudadana, sino de la burocracia corrupta que paga sobornos y compra conciencias? En La Habana hay muchos tipos con mala facha, pero ya inspiran menos aprensión que cuando una pareja de policías vienen para encima de uno. Hace años que la PNR, que se comporta como un ejército de ocupación en un país enemigo, no es respetada, sino temida. Y cada vez más odiada... Allá quien se consuele con los cuentos de que hay otras policías más corruptas y abusivas en otros países. A nosotros, la que nos duele, y bastante, es la PNR. Tan dados como son en las altas esferas a elucubrar acerca de maquiavélicos complots contrarrevolucionarios, ¿no se les habrá ocurrido que detrás de toda esta actitud de la policía puede haber un intento deliberado de poner peor lo que ya está malo, llevar el descontento al límite y hacer que el pueblo explote de una vez y por todas? Si de veras quieren cambiar todo lo que deba ser cambiado, ¿no será tiempo de hacer una buena purga en la PNR? Pero me temo que con tanta podredumbre, requerirá más trabajo que el que le llevó a Hércules limpiar los establos de Augias. Para Cuba actualidad: luicino2012@gmail.com http://primaveradigital.org/primavera/cuba-sociedad/sociedad/4755-los-establos-de-la-pnr.html
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