Los nombres propios de los presos
By RAUL RIVERO
Madrid -- Ahora que la cárcel es una mala noche de siete años el
periodista Adolfo Fernández Saínz, que llegó hace unas horas, le dice a
España que las personas más importantes de la oposición pacífica son los
hombres y mujeres que permanecen allá en Cuba en su trabajo diario por
la libertad. Aún desde las celdas y en las calles bajo el acoso de la
policía.
En privado, en las primeras conversaciones con otros ex presos (26 en
total) deportados en los últimos días, Fernández Saínz --61 años-- le
rebaja la abstracción a su diálogo con la prensa española y le hace una
prueba a su viejo compañero de prisión, el activista Antonio Díaz
Sánchez: ``¿Cómo responde Pedro Argüelles Morán en la cárcel cuando se
le pregunta cómo está?''
``Todavía respiro'', responde Díaz, ``eso es lo que dice Argüelles
siempre porque está muy enfermo, casi ciego, pero no le deja pasar una a
los carceleros y tiene fuerzas para luchar como en los día en que
comenzó, a principios de los años noventa, en el Comité de Derechos
Humanos que presidía Gustavo Arcos Bergnes''.
Y es que Argüelles, encerrado en Canaleta, Ciego de Avila, y condenado a
20 años de cárcel, y los otros condenados del llamado grupo de los 75
que siguen presos en Cuba, son el centro de estos reencuentros en un
país libre.
Se recuerda el horror como un elemento natural de la vida cotidiana, se
reconstruyen escenas en cepos, galeras, celdas de castigos y hambres y
enfermedades, y la gente querida que volverá a dormir esta noche tras
las rejas no sale de la memoria de quienes entran y salen con asombro de
esta nueva realidad, y regresan siempre a los sitios donde se
encontraron frente a frente con toda la parentela del dolor y del peligro.
La llegada de Fernández Saínz que pone fin a este ciclo de
deportaciones, inaugura otros territorios de trabajo para los viajeros.
Se habla de la creación de una asociación de expresos de la Primavera
Negra, de publicaciones periódicas, programas de radio y colecciones de
libros, así como de viajes de delegaciones de ex presos a otros países
de Europa y de América para narrar en directo la realidad cubana y la
vida en los centros carcelarios.
Hay una primera obstinación contra el olvido y unos compromisos que
trascienden la anécdota y la evocación amarga o amable. Oscar Elías
Biscet, Rolando Arroyo, Arnaldo Lauxerique, José Daniel Ferrer, Héctor
Maceda, Angel Moya, Guido Sigler Amaya, Horacio Piña Borrego, Félix
Navarro, todos los están aún encarcelados tienen el derecho a viajar al
exterior o a quedarse en sus casas, con sus familias, en el país donde
nacieron.
í, se ha encontrado por ahí un párrafo escrito hace tiempo por Pedro
Argüelles Morán. Son unas líneas que bien pueden ponerse a la entrada de
todos los caminos que se van a abrir. Dice esto: ``Por supuesto yo no
asalté un cuartel militar, ni desembarqué en una expedición armada, ni
realicé un atentado ni un sabotaje, ni era miembro de un grupo de
acción, ni pertenecía a una célula clandestina de lucha urbana, ni a una
columna guerrillera, ni a ningún movimiento insurreccional, ni nada por
el estilo. Sencillamente, he sido y soy, un luchador civilista, un
comunicador social, un hombre que aspira a vivir en una nación donde
impere el estado de derecho, donde sea práctica común la observación de
la Declaración Universal de Derechos Humanos''.
Es seguro que habrá más penas, pero no habrá olvido.
http://www.elnuevoherald.com/2010/08/22/787302/raul-rivero-los-nombres-propios.html
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