viernes, 20 de agosto de 2010

La verdad es peligrosa

La verdad es peligrosa
Jorge Olivera Castillo, Sindical Press

LA HABANA, Cuba, agosto (www.cubanet.org) - Esteban Morales está pagando
su franqueza. De nada valió su notable pedigrí académico, ni la
reiteración de que sigue siendo un revolucionario cabal.

Su reciente expulsión de las filas del partido comunista por escribir un
artículo publicado en Internet sobre el peligro que representa para la
seguridad nacional de Cuba la corrupción que existen en los diversos
estamentos del poder, parece ser una decisión irrevocable.

Ha decidido tramitar un recurso de apelación frente a lo que considera
un fallo injusto y una medida de fuerza, con el ánimo de enviar un
mensaje a otros intelectuales de similares criterios para que no se
atrevan a censurar públicamente un fenómeno de carácter crónico, y con
suficientes características para juzgarlo como un hábito enraizado en
el país.

¿Presumió Esteban Morales que sería estigmatizado después de sus
alusiones críticas? ¿Por qué ahora, si la corrupción ha existido
siempre, sobre todo a partir de la década del 90 del siglo XX, como un
asunto de escandalosas connotaciones, y que tuvo y tiene entre sus
principales protagonistas a figuras políticas importantes, cercanas al
núcleo más encumbrado del poder?

Entre las probables respuestas, habría que pensar en una premeditada
anticipación con la finalidad de poner en perspectiva un discurso
racional que señale, sin rodeos, uno de los motivos fundamentales de la
debacle del sistema.

Junto a la corrupción que plantea Morales, vienen asociadas palabras
tales como, burocracia, apatía, escasez crónica, arbitraria distribución
de los recursos, pérdida del sentido de pertenencia, y sobre todo, se
clarifica la derrota de un proyecto que desde un inicio proclamó la
igualdad social, el sacrificio revolucionario y la estabilidad económica
sin dependencias foráneas como premisas a cumplir y exportar a otras
naciones.

No es del todo descartable la posibilidad de que sea una especie de
portavoz de un grupo de académicos, políticos e intelectuales
preocupados por el estado actual del país y con el temor de que a
partir de la acumulación de cifras adversas sin un programa objetivo,
gradual y sostenido de rectificaciones, ocurra una fractura social de
incalculables consecuencias.

No creo que Esteban Morales sea restituido en las filas del partido
comunista. Para esto tendría que retractarse, ser más cauto a la hora
de exponer en público sus puntos de vista o bajar el perfil hasta
acercarse al silencio.

No obstante, es difícil creer que dio tal paso sin respaldo alguno. De
hecho cuenta, dentro de Cuba, con defensores de ideas afines a las que
él plasmó en el texto que desató la discordia. Son personas
autodenominadas revolucionarias y que quieren salvar el socialismo. Sus
artículos se publican en formato digital con la tolerancia del gobierno.

Una cadena de actitudes como la de Morales pudiera desencadenar una
serie de acontecimientos paralelos que irían contra el deseo de mantener
a Cuba bajo el estigma dictatorial.

Atreverse a confirmar que el renombrado politólogo continuará tirándole
dardos al problema de la corrupción con la misma energía, es demasiado
arriesgado. Ese socialismo que él jura amar de corazón, puede aplastarlo
en minutos. Nunca le faltarían voluntad y prepotencia para hacerlo.

oliverajorge75@yahoo.com

http://www.cubanet.org/CNews/year2010/agosto2010/20_C_1.html

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