Lunes 24 de Mayo de 2010 20:49 Agencias y DDC
La Iglesia Católica y la oposición esperaban este lunes, con reservas,
que el régimen inicie el traslado de prisioneros a cárceles cerca de sus
familias y de los enfermos a hospitales, como primer paso de un proceso
que aspiran lleve a excarcelaciones, informó AFP.
"Tenemos la esperanza, optimismo. Esperamos que ocurra en estos días",
afirmó a la AFP el secretario adjunto de la Conferencia de Obispos
Católicos de Cuba, José Félix Pérez.
La autorización de mejoras para los presos sería fruto de una reunión
que sostuvo el pasado miércoles Raúl Castro con el cardenal Jaime Ortega
y el presidente de la Conferencia Episcopal, Dionisio García, la primera
para hablar de problemas en la Isla y en la cual se abordó la situación
de los prisioneros.
La disidencia calcula que 17 opositores están en cárceles fuera de sus
lugares de residencia y que hay unos 25 presos enfermos, de unos 200 que
calculan en total, aunque el gobierno no los reconoce.
El presidente de la Comisión Cubana de Derechos Humanos, Elizardo
Sánchez, dijo a la AFP que el fin de semana militares "les dijeron a
algunos presos, al menos en tres casos, que se prepararan porque iban a
ser trasladados o liberados".
"Pero hasta ahora no tenemos reporte de algún movimiento. Creo que el
gobierno va a responder de manera mezquina a los pedidos de la comunidad
internacional para mejorar un poco su imagen y hasta ahí, ojalá me
equivoque y haga lo que debe hacer: liberarlos a todos", afirmó.
Entre los que podrían ser trasladados están el periodista disidente
Adolfo Fernández, condenado a 20 años, y Antonio Díaz Sánchez, del
Movimiento Cristiano Liberación, sancionado a 15 años, que cumplen su
pena en la cárcel de máxima seguridad de Canaleta, en Ciego de Ávila, a
unos 430 kilómetros de la capital, informó el diario español El País.
Según Elizardo Sánchez, Arnaldo Ramos Lauzerique, condenado a 18 años,
también podría beneficiarse de esta medida, ser hospitalizado o
liberado, pues tiene 68 años y padece de hipertensión arterial y
trastornos gastrointestinales.
Ariel Sigler Amaya, de 47 años, es uno de los que está en peor estado de
salud y es candidato a ser hospitalizado o liberado.
"Tiene una polineuropatía y está casi parapléjico, además de padecer
otras enfermedades", afirmó Sánchez.
Por su parte, el opositor Guillermo Fariñas cumplió este lunes 90 días
de huelga de hambre, "esperando escéptico" que el gobierno realice los
traslados, como se lo informó el obispo auxiliar de La Habana, monseñor
Juan de Dios Hernández, cuando lo visitó el pasado sábado en el hospital
de la ciudad de Santa Clara, donde sigue su ayuno.
"Estoy expectante, esperando escéptico. A algunos le anunciaron que
recojan las cosas, que van a ser trasladados, pero todavía nada se ha
concretado", declaró a AFP vía telefónica el psicólogo y periodista de
48 años, quien dijo haber perdido 15 kilos desde que comenzó su protesta
para exigir la excarcelación de los disidentes enfermos.
Washington, a la espera de ver 'acciones concretas'
El gobierno de Estados Unidos calificó este lunes de "esperanzador" el
proceso de diálogo que han abierto el régimen y la Iglesia sobre los
presos políticos, pero se mantuvo cauteloso a la espera de ver "acciones
concretas" por parte de La Habana, informó EFE.
"Hemos visto las informaciones esperanzadoras del diálogo entre el
gobierno de Cuba y la Iglesia Católica relativo a los prisioneros de
conciencia, y nos mantenemos a la espera de ver qué acciones concretas
toma" el general Raúl Castro, dijo a EFE un portavoz del Departamento de
Estado.
Para Estados Unidos, las condiciones "deplorables" de los prisioneros de
conciencia quedaron evidenciados recientemente por la huelga de hambre y
la posterior muerte del disidente Orlando Zapata Tamayo.
En este sentido, Estados Unidos se suma de nuevo "al llamamiento de
muchas ONG internacionales respetadas al gobierno de Cuba para que
libere inmediatamente y sin condiciones a todos los prisioneros de
conciencia", recalcó el portavoz.
"En la medida en que el gobierno de Cuba estudia tomar medidas positivas
con respecto a los presos políticos, esperamos que también considere
permitir a Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales
apropiadas acceso a sus prisiones", concluyó.
Analistas se anticipan
Los observadores, mientras tanto, intentan evaluar la profundidad y
velocidad de los pasos que el gobierno de Raúl Castro se dispone a dar
en cuestión de derechos humanos.
"Nunca había visto tantas señales positivas (...) Me parece que,
retrospectivamente, esto se verá como un momento histórico", dijo un
diplomático occidental a Reuters.
Los acontecimientos de los últimos días en Cuba son también seguidos de
cerca en Estados Unidos. Los grupos que defienden la "normalización" de
las relaciones han hablado.
"Si el acuerdo es implementado podría ser un momento transformador para
Cuba y para nuestras relaciones con la Isla", dijo el Center for
Democracy in the Americas.
"Hablar a los cubanos, en lugar de usar sanciones o exigir concesiones
de ellos, es la manera más efectiva de lograr progresos", añadió.
La liberación de los presos políticos es una demanda de Estados Unidos
para normalizar las relaciones y considerar el levantamiento del embargo
con el que llevan casi medio siglo intentando asfixiar económicamente a
Cuba.
Los analistas creen que al escoger a la Iglesia Católica como
interlocutor, el régimen evita que sus medidas sobre los presos sean
interpretadas como una concesión a sus enemigos."
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