LA dictadura cubana agoniza y este hecho biológico afecta a España de
manera directa. Hay quien dice que Irlanda es el Estado número 51 de los
Estados Unidos. Por las mismas razones sentimentales se puede decir que
Cuba es la provincia número 51 de España. Más de un siglo después de la
emancipación de la última colonia española, nuestro país sigue
enganchado con la isla caribeña y sus habitantes. ¿También con su
Gobierno? Sí y no. Desde la llegada al poder de Castro, con el triunfo
de su Revolución en enero de 1959, la dictadura de Franco primero y los
gobernantes democráticos después han tenido debilidad por el dictador
cubano. Excepción hecha del presidente Aznar, todo sea dicho. Hemos
visto también que, desde Fraga a Chaves, los presidentes autonómicos
cumplimentaban a Fidel, un mito para la izquierda mundial durante mucho
tiempo y, en cierta manera, un héroe en el inconsciente colectivo
español para gente de toda ideología y condición.
Seguro que hay muchas más razones para explicar esta vinculación
emocional con el líder cubano, pero una de ellas es que Castro acabó con
Batista, un lacayo de los norteamericanos, que nos habían echado de la
isla en el 98. Y encima se enfrentó, como David a Goliat, con el gigante
estadounidense. Aparece como un vengador de nuestra propia historia.
Pero cualquier simpatía que generase su trayectoria, por el motivo que
fuese, está agotada hace tiempo. Y encima un albañil y fontanero de 42
años, negro, con escasa instrucción, humilde y reservado, poco dado al
protagonismo, ha hecho temblar el escaso andamiaje que le queda a la
dictadura comunista cubana. Orlando Zapata estaba condenado ¡a 36 años!
por delitos de opinión, que se dice pronto. No es el único caso, hay 200
como él en la isla ahora mismo. Su muerte tras 85 días de ayuno ha
generado una dura protesta mundial, incluido el presidente Zapatero,
aunque con un retraso de 24 horas.
Hay, si se quiere, una cierta hipocresía en la indignación
internacional. China contraviene de manera sistemática los derechos
humanos y es evidente que en mayor cantidad que los cubanos. Sin
embargo, el presidente Bush retiró al Gobierno de Pekín de la lista de
peores violadores de las libertades de sus ciudadanos. Washington
mantiene un bloqueo contra la isla caribeña, mientras hace negocios de
todas clases con China. La Unión Europea también es cómplice comercial
del gigante asiático: el último año antes de la crisis tuvo un déficit
comercial con China de 130 mil millones de euros. Pocas censuras
políticas recibe Hu Jintao cuando se mueve por el mundo y a los Castro
todo bicho viviente les reprocha su régimen de falta de libertades.
Sea como fuere, el castrismo ha perdido todo halo de romanticismo que
rodeara su causa. Su dictadura agoniza, sola y desprestigiada.
Diario de Sevilla - El "castrismo" agoniza (1 March 2010)
http://www.diariodesevilla.es/article/opinion/643026/castrismo/agoniza.html
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