jueves, 5 de mayo de 2016

Contribuciones a un diccionario del tardocastrismo

Contribuciones a un diccionario del tardocastrismo
BORIS GONZÁLEZ ARENAS | La Habana | 5 Mayo 2016 - 6:57 am.

No era difícil suponer que el castrismo, por el modo como llegó a ser el
reflejo de la práctica política que se acomodaba a la personalidad de
Fidel Castro, debía entrar en una profunda crisis con su salida del
poder. Aunque esta salida no se produjo por su fallecimiento y al frente
de la nación fue puesto su hermano Raúl Castro, lo que ha permitido al
modelo una larga agonía, el desmejoramiento del diseño no tardó en
aparecer. El tardocastrismo es este largo ocaso.

Como etapa del fenómeno general, al tardocastrismo no le faltan
novedades que se reflejan en las definiciones de uso corriente. En este
artículo me permito sugerir algunas de esas novedades y me baso,
fundamentalmente, en la retórica de los medios de prensa oficiales;
tanto en la que suscitó el brillante discurso del presidente Barack
Obama, en marzo pasado como, sobre todo, en la que reflejó las sesiones
del VII Congreso del PCC terminado días atrás.

Lineamientos: Es una novedad del tardocastrismo respecto de la etapa
precedente. Es un raciocinio elaborado con la intención de orientar
políticas de Estado sin tener rango constitucional o legal. Desde este
punto de vista, los Lineamientos ahondan el tradicional desprecio del
castrismo por sus propias normas jurídicas y políticas.

"Se discutieron con todo el pueblo y están dentro de lo legítimo, porque
es para salir de la crisis, para potenciar desarrollo, aunque alguna
medida no se corresponda con el marco constitucional" (Alina Martínez,
"Aniversario 40 de nuestra Constitución: La horma necesaria para nuestro
socialismo", entrevista a Marta Prieto Valdés, Trabajadores, 21 de
febrero de 2016).

Sin embargo los Lineamientos tienen una significativa incidencia
institucional. Durante el VII Congreso se conoció que un 22% de ellos se
había implementado totalmente, mientras la mayoría de ellos tenía algún
nivel de implementación, lo que había implicado "la emisión de 344
nuevas normas jurídicas de diferentes rangos, la modificación de 55 y
derogación de 684" (Juventud Rebelde 19 de abril de 2016).

Pero la ilegalidad no es el rasgo menos atractivo de los Lineamientos,
sino que, elaborados con la intención manifiesta de mejorar el desempeño
económico cubano, cinco años después de emitidos y con un alto nivel de
implementación, los resultados son pobres: "Murillo, quien presidió la
comisión, indicó que durante la etapa no se produjeron grandes cambios
en la estructura del producto interno bruto (PIB), manteniéndose
sectores como el agrícola con un pobre aporte…" (Martha Andrés y Jorge
Legañoa, "La marcha de la actualización", Trabajadores, 18 de abril de
2016).

No obstante nada merece más atención en un congreso que la marcha de los
Lineamientos. En el VII Congreso del PCC su discusión correspondió a la
Comisión Tercera, que contó con 312 delegados y 112 invitados y fue la
más concurrida del eventoMartha (Andrés y Jorge Legañoa, "La marcha de
la actualización", Trabajadores, 18 de abril de 2016).

Resistencia: La mayor novedad que el tardocastrismo le proporciona a
este concepto es el vaciamiento de la débil retórica que la motiva. El
acercamiento diplomático a EEUU es la causa fundamental de este
fenómeno, manifiesto antes, pero que perdió con el evento cualquier
fundamento residual.

Como sistema de masas, la resistencia remite en el castrismo a una
abstracción colectiva, una especie de resistencia de todos a algo, que
la mayoría de las veces es "el imperialismo" o "el imperio". La noción
polariza los conflictos sociales y vuelve inconciliables los
antagonismos cotidianos, aspectos esenciales del control totalitario.

Relacionada con el sacrificio, la resistencia vincula el carácter
heroico que el castrismo se atribuye con la miseria a la que condena al
ciudadano: "Llegamos a ese momento gracias a la heroica resistencia y
sacrificios del pueblo cubano…" ("Informe Central al VII Congreso del
PCC", Juventud Rebelde, 17 de abril de 2016).

Generación histórica: Esta noción busca mitigar lo grotesco de que unos
ancianos de 90 y 85 años que han detentado el poder por casi 60 años,
hablen de renovación y rejuvenecimiento.

"…habrá quien tenga 75 u 80 años y pueda desempeñar una tarea
importante, pero no una actividad de dirigente importante, por razones
obvias…" ("Informe Central al VII Congreso del PCC", Juventud Rebelde,
17 de abril de 2016).

La medida, que comenzó a implementarse desde el VII Congreso del
Partido, de impedir el acceso al Comité Central a los que sean mayores
de 60 años, y la despedida de la generación histórica, confunden a una
generación con otra y apartan del poder de manera simultánea a quienes
lo han detentado por casi seis décadas y a la generación siguiente, que
parecía llamada de manera natural a sucederla.

De esta manera, la noción de generación histórica se confirma durante el
VII Congreso no solo con fines publicitarios, sino también de enrevesado
cálculo político.

Propiedad privada: Uno de los cambios más notables del tardocastrismo es
la apreciación de la propiedad privada. "El reconocimiento de la
existencia de la propiedad privada ha generado inquietudes honestas de
no pocos de los participantes en las discusiones previas al Congreso…
(…) Se trata… de llamar a las cosas por su nombre y no refugiarnos en
ilógicos eufemismos para esconder la realidad" ("Informe Central al VII
Congreso del PCC", Juventud Rebelde, 17 de abril de 2016).

Para validar la propiedad privada el tardocastrismo no solo no reparó en
alabar el capitalismo que le era contemporáneo, sino la formidable
Constitución de 1940, trascendiendo de este modo dos argumentos
esenciales de su discurso ideológico, la injusticia del sistema
capitalista y la pobreza institucional anterior a 1959.

Homero Acosta, secretario del Consejo de Estado afirmó durante el VII
Congreso que: "La propiedad privada sobre los medios de producción hay
que definirla conforme a su función social (…) en el capitalismo en su
etapa inicial el dueño de una propiedad podía hacer lo que quisiera con
ella. Pero el desarrollo del capitalismo, y varios elementos históricos,
hicieron que gradualmente cambiara la legislación respecto a esa
propiedad privada. Esa es la génesis del concepto de función social. En
Cuba la Constitución de 1940 incluye la función social de la propiedad
privada" (Alina Perera Robbio, "Enriquecen proyecto de modelo del
socialismo cubano", Juventud Rebelde, 17 de abril de 2016).

La aceptación de la propiedad privada no se produce, sin embargo, con un
levantamiento general de todos los prejuicios que motivaron su
prohibición, sino que elementos asociados a su éxito, como la
acumulación de capital y propiedades, pasan a ser proscritos: "El
Lineamiento No. 3 aprobado por el VI Congreso y que se propone mantener
y reforzar en el proyecto actualizado, precisa rotundamente que 'en las
formas de gestión no estatales no se permitirá la concentración de la
propiedad", y se adiciona que "tampoco de la riqueza" (Informe Central
al VII Congreso del PCC, Juventud Rebelde, 17 de abril de 2016).

Olvido: El acercamiento al olvido en el tardocastrismo supone varias
dificultades que se derivan de la voluntad de conservar inalterable el
control político, a la vez que se deshacen los fundamentos económicos
del sistema, todo ellos pretendiendo que no se producen cambios relevantes.

"La introducción de las reglas de la oferta y la demanda no está reñida
con el principio de la planificación. Ambos conceptos pueden convivir y
complementarse en beneficio del país, como se ha demostrado exitosamente
en los procesos de reforma en China y de renovación en Vietnam, como
ellos lo califican. Nosotros le hemos llamado actualización porque no
vamos a cambiar el objetivo fundamental de la Revolución" ("Informe
Central al VII Congreso del PCC", Juventud Rebelde, 17 de abril de 2016).

En tanto la intención socialista de superar los procedimientos
económicos identificados con el capitalismo, supuestamente por su
carácter injusto y excluyente, es abandonada en favor de las reglas de
la economía de mercado, son conservados el partido único y la
preponderancia del Estado, cuya existencia se explicaba únicamente como
garantes del orden económico socialista.

Esta transformación doctrinal, realizada con precipitación y sin
preámbulos, supone un significativo ejercicio de olvido, y no meramente
teórico. Para terminar con la propiedad privada que ahora se restablece,
se eliminaron en la década del 60 un número considerable de propietarios
grandes, medianos y, finalmente —por medio de la llamada Ofensiva
Revolucionaria, 1968—, pequeños. Para reprimir la resistencia de los
cuales se les convirtió en enemigos de la clase obrera y se procedió
contra ellos con absoluta brutalidad. El restablecimiento de la economía
de mercado por los responsables de semejante agresión convierte al
olvido implicado en esta acción en un crimen.

A la vez que por esta vía el tardo castrismo hace del olvido un elemento
de su ideología oficial, no cesa de llamar a combatirlo cuando lo
denuncia como un ardid enemigo.

El discurso del presidente estadounidense Barack Obama en el Gran Teatro
de la Habana fue un momento importante para la reanimación de la crítica
estatal del olvido. El shock sufrido por la elite política castrista y
el entusiasmo masivo con esa visita, desató una batería de críticas
desde los medios oficiales a su discurso.

"¿Y ahora qué quiere Obama?: que nos olvidemos de cómo sucesivos
gobiernos nos impidieron, con feroz bloqueo, comprar alimentos,
medicinas y otros bienes para desarrollarnos y alcanzar lo que hoy él
clama para este 'pobre y sufrido pueblo'" (Alina Perera Robbio,
"Gracias, Obama…", Juventud Rebelde, 23 de marzo de 2016).

"Es por ello que no podemos aceptar impávidos su recomendación a olvidar
la historia como condición para avanzar en las relaciones" (Yoerky
Cuéllar, "La rosa blanca y el abono necesario", Juventud Rebelde, 23 de
marzo de 2016).

Lo sorprendente es que el presidente estadounidense nunca invitó al
olvido. La distorsión referida permitía el ataque de un discurso
brillante sin citar sus aspectos más enojosos para la elite tardocastrista.

Las contradicciones que convocan al olvido con fines antagónicos no
dejan de sorprender a los mismos voceros oficiales. Menos de un mes
antes de que la propiedad privada fuera exaltada por la elite oficial
por su valor social, uno de los entenados ideológicos del castrismo
había afirmado, en el artículo que escribió contra el discurso del
presidente Obama que: "Estimular la iniciativa privada en Cuba, cuando
como profesor de Harvard sabe que la mayor verdad contenida en
el Manifiesto comunista es que ella está abolida en la práctica para
nueve décimas partes de la humanidad, no es precisamente un acto de
honestidad" (Iroel Sánchez, "¿Obama en el gran teatro o el gran teatro
de Obama en la Habana?", Juventud Rebelde, 23 de marzo de 2016).

No es de esperar, por supuesto, que la pasión veleidosa de tales voceros
señale en esta ocasión la falta de honestidad de Raúl Castro ni de
Homero Acosta. Sin dudas seguirán loando al tardocastrismo y las
consideraciones desactualizadas pasarán, como tantas otras, al olvido.

Source: Contribuciones a un diccionario del tardocastrismo | Diario de
Cuba - http://www.diariodecuba.com/cuba/1462404485_22152.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario