Derecho y geopolítica sobre la Base Naval de Guantánamo
Este 29 de mayo se cumplen 82 años de la firma del Tratado de Relaciones
entre Cuba y los Estados Unidos de América
Domingo, mayo 29, 2016 | Roberto Jesús Quiñones Haces
GUANTÁNAMO, Cuba.- Este 29 de mayo se cumplen 82 años de la firma del
Tratado de Relaciones entre Cuba y los Estados Unidos de América, el
cual derogó la Enmienda Platt, impuesta a la naciente república cubana
en 1902.
La fecha no deja de tener actualidad si tenemos en cuenta que el
mencionado Tratado de Relaciones de 1934 legitimó la existencia de la
Base Naval norteamericana en la bahía de Guantánamo, la cual cumplió el
pasado 23 de febrero 116 años, fue el primer enclave militar
norteamericano en el hemisferio occidental y permanece como el más
antiguo de su ejército fuera de EE.UU.
Establecida en una de las mejores bahías de Cuba y con un espacio
equivalente a 117.6 km2, la base ha reafirmado su preponderancia dentro
de la agenda diplomática cubana luego del restablecimiento de las
relaciones entre ambos países.
¿Realmente la base es ilegal?
Una cosa es que el pueblo cubano se pronuncie por la devolución del
territorio ocupado por la base —algo que nunca ha sido registrado
documentalmente mediante un referéndum— y otra es afirmar que la
permanencia de los norteamericanos en Guantánamo es ilegal. Entre enero
y marzo del 2015, CubaNet encuestó a más de un centenar de guantanameros
sobre el tema y más del 85% expresó que no estaba de acuerdo con que la
base fuera devuelta al castrismo si no se restablecía la democracia.
La posición castrista se basa en que la base fue impuesta mediante la
Enmienda Platt. Sin embargo eso es insostenible si tenemos en cuenta que
el Tratado de Relaciones firmado el 29 de mayo de 1934 no sólo derogó
dicha enmienda sino que prorrogó a perpetuidad el arrendamiento del
territorio donde está la base. También estableció que para terminar ese
acuerdo deben coincidir las voluntades de ambos gobiernos.
La parte cubana alega que el arrendamiento a perpetuidad es una anomalía
dentro del derecho internacional, pero ello no significa per se
ilegalidad. También fundamenta su opinión en que ningún gobernante está
capacitado para ceder parte del territorio nacional sin tener la
autorización del pueblo, pero el caso es que ningún gobierno cubano ha
cedido ese territorio, sólo ha sido arrendado, algo que fue ratificado
en su momento por las instancias gubernamentales que debieron hacerlo,
lo que jamás pasó con el caso de las bases de submarinos soviéticos en
Cienfuegos y la de espionaje de Lourdes en La Habana, espacios puestos a
disposición de un gobierno extranjero sin que el asunto fuera sometido a
discusión pública.
Otros voceros castristas argumentan que se está violando el art. 52 de
la Convención de Viena de 1969 para el Derecho de Tratados, el cual
declara la nulidad de un tratado si su conclusión se logró bajo amenaza
o el uso de la fuerza. Quienes afirman tal cosa olvidan que esos
elementos intimidatorios estuvieron ausentes al firmarse el Tratado de
Relaciones de 1934, pero sobre todo, se desentienden de que el artículo
mencionado no puede invocarse en un caso como éste porque la propia
Convención establece en su art. 4 que no está legitimada su aplicación
retroactiva.
Hay otros dos elementos a tener en cuenta y que la posición cubana nunca
menciona. El primero es que el gobierno castrista, al tomar el poder en
1959, asumió como suyas las obligaciones contractuales internacionales
heredadas de la dictadura precedente y, al hacerlo, ratificó la
legalidad de la base naval. Y aunque después haya cambiado su posición
con respecto a la permanencia de la base, hay otro elemento y es que
este diferendo pudo haberse dirimido desde 1959 y hasta hoy en la Corte
Internacional de Justicia de La Haya y el gobierno cubano jamás ha
presentado allí una demanda con tal objetivo. ¿Por qué no lo ha hecho si
como afirma la razón y el derecho están de su parte? A buen entendedor…
La base en el contexto actual
Desde el 17 de diciembre de 2014 el gobierno cubano ha reiterado que la
devolución del territorio ocupado por la base es uno de los requisitos
indispensables para la normalización de las relaciones bilaterales.
EE.UU. ha expuesto públicamente que Cuba debe retomar la senda de la
democracia, algo que, obviamente, está fuera de los planes de la
gerontocracia castrista por las amenazas que representaría para su
dictadura. Así lo han expuesto en el documento titulado
"Conceptualización del modelo económico y social cubano de desarrollo
socialista", aprobado en el recién finalizado VII Congreso del partido
único, en el que han ratificado la continuidad de la discriminación
política y social que se ejerce en Cuba desde 1959 contra los ciudadanos
que no están de acuerdo con la dictadura.
Creo que aunque se llegara a un acuerdo a favor del castrismo este
continuaría agregando obstáculos y exigencias para normalizar las
relaciones bilaterales y resistiéndose a cumplir las promesas de
restablecer la democracia y la Constitución de 1940, ideales por los que
muchos jóvenes dieron sus vidas antes y después de 1959.
La base continúa siendo una pieza clave en la contienda diplomática que
involucra a ambos países. En ella está la garantía de ésta y de las
sucesivas administraciones norteamericanas de que el castrismo no se va
a burlar, una vez más, del pueblo cubano.
Source: Derecho y geopolítica sobre la Base Naval de Guantánamo |
Cubanet -
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