jueves, 30 de octubre de 2014

Al borde de una crisis sanitaria

Al borde de una crisis sanitaria
"…gracias a la ineficiencia del gobierno en materia de higiene pública,
los cubanos hemos recuperado la fe en Dios… si estamos vivos es porque
los milagros existen!"
miércoles, octubre 29, 2014 | Ernesto Aquino

LA HABANA, Cuba – El problema de la higiene en Cuba se presenta como una
cuestión de vida o muerte. Y aunque las epidemias mortales no distinguen
sexo, ni color, ni ideología política, sabemos que siempre son los menos
afortunados los que llevan la peor parte.

Los salideros de agua pluvial y albañal se han convertido en patrimonio
de la ineficiencia y el abandono consciente, de la política que gobierna
el país.

Un obrero, que labora desde hace 42 años atendiendo la red de acueductos
y alcantarillados, explicó que "lo realmente preocupante de este
fenómeno es que las aguas pluviales se están mezclando con las
albañales. Las tuberías que conducen ambas aguas se están reventando
porque no soportan la presión, pues ha habido que aumentar la presión de
bombeo para que el agua potable llegue a todas las casas".

El obrero, que prefirió no revelar su identidad para evitarse problemas
con las autoridades, hizo énfasis en el deterioro que han sufrido las redes.

"No podemos olvidar que las redes de acueducto y alcantarillado de
Ciudad de La Habana tienen más de cien años de instaladas y que se
construyeron para una ciudad de 200.000 habitantes. En la actualidad La
Habana ya tiene más de dos millones de consumidores. Y las vías de
abastecimiento y desagües siguen siendo las mismas de hace cien años,
pero más deterioradas. Porque no solo no se extienden, sino que las ya
existentes no reciben el mantenimiento que requieren".

Vecinos del municipio Cerro, en La Habana, coinciden en su testimonio
sobre la cantidad de veces que han presentado denuncias y quejas ante
las autoridades del gobierno y las instituciones correspondientes sobre
los múltiples salideros y la contaminación del agua potable, que muchas
veces se mezcla con las aguas albañales.

Nicanor Saravia, un jubilado de 76 años, que laboró durante 36 años en
acueductos y alcantarillado, y tuvo a su cargo el cierre y apertura de
las llaves de paso que permiten el abastecimiento de agua potable a la
población, explicó que "cuando un salidero de agua pluvial está cercano
a otro de agua albañal, como ocurre en muchos casos, nosotros procedemos
a cerrar la llave de paso, pero en el proceso, mientras las tuberías se
van vaciando, al mismo tiempo van absorbiendo parte de las aguas
albañales con las que se habían mezclado. ¡Ya puede imaginarse las
consecuencias!"

Carmen Luisa Bayar, de 64 años, vecina de Calle Santa Lutgarda y
Bellavista, en el municipio Cerro, se hizo eco de la preocupación
general de la población de ese municipio respecto a las consecuencias
fatales que representa para la salud la contaminación del agua potable y
los depósitos habituales de aguas albañales y excremento en las
cercanías de las viviendas.

"Mira mijito, nosotros no sabemos qué más podemos hacer. Llevamos años
quejándonos y denunciando. Hemos ido al policlínico, nos hemos dirigido
a la dirección de Aguas de La Habana, al Poder Popular y a todas las
instancias del gobierno, y no se resuelve el problema. Parece que a
nadie le importa. Y como tú sabes, el virus del cólera haciendo de las
suyas".

Por su parte, Dayamí Herrera, de 32 años y madre de dos niños, de 4 y 6
años, expresó que "lo que tiene que hacer el gobierno es gastar menos en
propaganda y más en el bienestar del pueblo".

"Debía darles vergüenza, después de más de 50 años de gobierno, las
condiciones de pésima higiene en las que tienen viviendo al pueblo de
Cuba; aunque a decir verdad, a nosotros debía darnos más vergüenza, que
vivimos agachando la cabeza y aguantando sin hacer nada.", concluyó.

Otro de los entrevistados, Ramiro Gonzalo, de 42 años, que labora como
repartidor de pan a domicilio expresó su descontento con la típica
chispa de humor negro con la que el cubano hace catarsis.

"Mira mi hermano, no podemos quejarnos; porque gracias a la ineficiencia
del gobierno en materia de salud pública nosotros los cubanos hemos
recuperado la fe en Dios. Porque oye, no te quepa la menor duda que si
estamos vivos es porque los milagros existen".

Pero aun teniendo Ramiro algo de razón, lo cierto es que los pueblos no
pueden vivir de milagros, del mismo modo que los gobiernos no pueden
cruzarse de brazos y desentenderse de las necesidades urgentes de sus
pueblos.

Los salideros de agua pluvial y albañal, la contaminación del agua
potable y otros demonios del descuido y la ineficiencia estatal son
aliados poderosos en el origen de enfermedades infecto-contagiosas como
el cólera, el dengue, la leptospirosis y más recientemente la fiebre de
chikungunya. Enfermedades que han estado azotando a la población cubana,
algunas de ellas desde hace más de una década.

Source: Al borde de una crisis sanitaria | Cubanet -
http://www.cubanet.org/destacados/al-borde-de-una-crisis-sanitaria/

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