jueves, 31 de julio de 2014

Somos un Solo Pueblo

Somos un Solo Pueblo
No hay nada nuevo en propiciar oportunidades a los grupos desfavorecidos
en cualquier sociedad, situación que se hace más grave en Cuba puesto
que los marginados lo están simple y llanamente por ejercer un derecho
consagrado en a Declaración Universal de los DD HH.
Omar López Montenegro / Especial para martinoticias
julio 29, 2014

Hace exactamente 7 años, una joven cubana familiar de un preso político
recibió, a petición de la Fundación Nacional Cubano Americana, una beca
de la Universidad Europea Jan Tischner, en Cracovia, Polonia, para
cursar estudios de Relaciones Internacionales. Como en aquel entonces
aún existía la onerosa tarjeta blanca (permiso de salida) que le impedía
a los cubanos entrar y salir libremente del territorio nacional, un
derecho consagrado en la Declaración Internacional de Derechos Humanos,
esta joven nunca pudo hacer uso de la gran oportunidad que tan
generosamente le brindó el tan prestigiosa casa de estudios, y
finalmente terminó como muchos de su generación, emigrando a los Estados
Unidos en busca de un futuro mejor.

El caso de esta joven, cuyo nombre se suma al de tantos y tantos jóvenes
cubanos , es ilustrativo de una realidad que determina el carácter
discriminatorio y represivo del régimen castrista, expresado en la
consigna de "La Universidad es para los Revolucionarios". Como
estudiante de la Universidad de La Habana castigado por estas prácticas,
a quien se negó la posibilidad de trabajar por "emitir comentarios
críticos a la política del gobierno", tal y como rezaba la resolución
por la cual fuí sometido a una amonestación pública en la sala Talía de
la Facultad de Economía en el año 1978, al salir de Cuba me dediqué
precisamente a buscar oportunidades en otros países para gente que
hubiera sufrido lo mismo o peor que yo, los que ni siquiera pudieron
graduarse de su carrera por los mismos motivos.

Así fue como se obtuvo la beca en la Universidad Jan Tischner, el primer
paso en lo que después sería estructurado como el programa Somos un Solo
Pueblo, que trajo a 17 jóvenes cubanos a estudiar en el Miami Dade
College. La razón fundamental seguía siendo la misma, la que siempre ha
animado a la Fundación, en palabras de Jorge Mas Canosa, "unir lo que el
régimen castrista separa". En este caso, por medio de la educación.

Por este motivo me resulta sorprendente escuchar críticas al programa
basadas en la falacia de que deberían escogerse a los estudiantes única
y exclusivamente por su rendimiento académico, obviando la razón
principal que desde su origen ha impulsado esta iniciativa. Nada
sorprende que estos ataques vengan de personeros del castrismo en los
medios de prensa, pero cuando estas desviaciones son repetidas por otras
instituciones y medios no alineados con la dictadura, la situación
comienza a tornarse preocupante.

Seamos francos, y a la vez, prácticos. En los Estados Unidos, y muchos
otros lugares del mundo, existen programas de esta misma naturaleza,
animados con los mismos propósitos, los cuales conceden becas a
estudiantes no sólo por cuestión de raza, sino también por género, ser
el primero de su familia en estudiar una carrera universitaria, o madre
soltera. La Acción Afirmativa no está como muchos piensan, orientada
solamente a los afroamericanos, sino a diferentes grupos étnicos,
económicos o de cualquier otro tipo, en situación de desventaja social.

Así que no hay nada nuevo en propiciar oportunidades a los grupos
desfavorecidos en cualquier sociedad, situación que se hace más grave en
Cuba puesto que los marginados lo están simple y llanamente por ejercer
un derecho consagrado en el artículo 19 de la Declaración Universal,
referido a la libertad de expresión, el cual reza textualmente en una de
sus partes: "nadie podrá ser molestado a causa de sus opiniones". Por
otra parte, el sistema escolar castrista brinda múltiples oportunidades
a los estudiantes "revolucionarios" (o presuntos) de aplicar a becas no
sólo a nivel nacional, sino también internacionalmente. Se les puede ver
por todas partes, incluso en los Estados Unidos. Así que los estudiantes
cubanos dentro de las Universidades castristas tienen la posibilidad de
aplicar para becas donde quieran, cuando quieran, en virtud de su
rendimiento académico.

Puesto que las universidades en Cuba son única y exclusivamente para los
revolucionarios como parte del diseño represivo del raulismo o el
fidelismo (da lo mismo Juana que su hermana), es nuestra obligación como
promotores de los derechos humanos no sólo denunciar las violaciones,
sino también procurar remedios contra ellas. El programa Somos un Solo
Pueblo fue concebido para estos fines, y cualquier intento de cambiar su
esencia se inscribe en los esfuerzos de la dictadura por
desnaturalizarlo y plagarlo de los mismos prejuicios que precisamente
originaron la necesidad de implementarlo. La primera prioridad debe ser
siempre darle a los marginados, discriminados y separados del sistema
escolar castrista la oportunidad que el régimen les niega.

Cualquier otro criterio sería faltar al espíritu de su génesis y peor
aún, perpetuar la discriminación escolar en Cuba por motivos políticos.
Lo que hacemos, además de crear oportunidades para los expulsados,
marginados y desplazados del sistema escolar cubano, es hacer valer la
Declaración Universal de Derechos Humanos. En este espacio nos
encontramos y nos reconocemos como cubanos, y es ahí donde se hace una
realidad concreta, y no una consigna política, la frase "Somos un Solo
Pueblo". Ese es el verdadero concepto de nación, por encima de las
ideologías.

Source: Somos un Solo Pueblo -
http://www.martinoticias.com/content/cuba-somos-un-solo-pueblo-universidades-/39063.html

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