Santa Clara, la ciudad de Marta Abreu

Santa Clara, la ciudad de Marta Abreu
JUEVES, 12 DE JUNIO DE 2014 10:45 ESCRITO POR OSMAR LAFFITA

Cuba actualidad, Lawton, La Habana, (PD) A tenor de la Constitución
aprobada en 1976 que adoptó la actual división político-administrativa
(14 provincias y un municipio especial) la ciudad de Santa Clara pasó a
ser la capital de la provincia de Villa Clara.

Anteriormente fue la capital de la desaparecida provincia de Las Villas,
integrada por lo que fueron los municipios, hoy provincias, de
Cienfuegos y Sancti Spíritus.

La historia de la ciudad se inició cuando siete familias, ante el asedio
constante de los piratas, decidieron abandonar San Juan de los Remedios.
El primero de junio de 1689 llegaron a una colina donde se asentaron. Un
mes después, el 15 de julio de 1689, bajo la sombra de un tamarindo, se
dio la misa en el lugar conocido como la Loma del Carmen. Así quedó
fundada la villa de Santa Clara.

La construcción de la villa fue de acuerdo a las normas de urbanismo de
la metrópoli española, en el que prevalecía el diseño cuadrado con una
plaza, el actual Parque Vidal. Luego se erigió el Ayuntamiento y la
iglesia. Con el transcurso del tiempo, se construyeron los edificios que
albergaron un teatro, una cámara de comercio, clubes, bibliotecas
públicas y salas de baile.

Por su ubicación en el centro de Cuba, Santa Clara es el paso obligado
de comunicación entre el este y el oeste de la isla. A finales del siglo
XIX, era la ciudad más grande y más poblada del centro del país.

La filántropa y patriota Marta Abreu (1846-1909) es considera la hija
predilecta de Santa Clara. Perteneciente a una rica familia de
hacendados dedicados al cultivo de la caña y producción de azúcar y cuya
riqueza provenía del trabajo esclavo, gran parte de su fortuna la donó
para obras de beneficencia y utilidad pública que todavía perduran.

Entre las obras financiadas y erigidas con el dinero de Marta Abreu
están el Colegio San Pedro Nolasco, la planta eléctrica, el Teatro de la
Caridad, el ferrocarril que unió el municipio de Encrucijada con Santa
Clara, la terminal de trenes que hoy lleva su nombre.

Marta Abreu destinó cuantiosos fondos a tres expediciones
independentistas a mediados de 1896.

A 325 años de fundada Santa Clara y 55 años de que los actuales
gobernantes cubanos llegaran al poder, la ciudad está congelada en el
tiempo. No hay nuevas obras constructivas, las edificaciones, muchas de
ellas con más de 70 años de construidas, por la falta de mantenimiento y
el abandono, muestran un avanzado deterioro.

En estos momentos, el trasporte público en la ciudad está constituido en
lo fundamental por los propietarios de pequeños coches tirados por
caballos, bicitaxis, pequeñas motonetas y de manera ocasional, los
ómnibus de la empresa municipal de transporte, que por lo general pasan
solamente dos o tres veces al día.

En Santa Clara no hay servicio de autos de alquiler del Estado y es
prácticamente nulo el de los particulares. En la ciudad no se ven los
viejos auto americanos conocidos como almendrones que son utilizados
como taxis. Solo se encuentran en la terminal de ómnibus
intermunicipales, desde donde hacen viajes a los 13 municipios en que
está dividida la provincia.

Las personas que no tienen dinero para pagar el trasporte privado optan
por trasladarse a pie a su lugar de destino.

Los transportistas privados, que mueven cerca del 80 % del pasaje de
Santa Clara, manifiestan su disgusto por las contantes multas y las
desmesuradas tasas de pago en la Declaración Jurada impuesta por la
Oficina de Administración Tributaria (ONAT), que ronda los 120 dólares,
que muchos se han negado a pagar porque no se corresponde con lo que
realmente acumulan en un año de trabajo.

Los negocios privados están muy extendidos en Santa Clara. Hay
cafeterías, hostales, pequeños restaurantes, pizzerías, heladerías
habilitadas en casas con mesas y sillas. Las personas con poder
adquisitivo concurren a estos establecimientos donde hay las más
variadas ofertas de helados, refrescos y dulces, en un ambiente
agradable y acogedor.

El gobierno, a finales de 2013, prohibió la venta de ropas, calzados y
bisuterías importadas, pero en Santa Clara se ha extendido la venta de
calzado, artículos de cuero y bisutería de fabricación nacional. Destaca
su alta calidad y variedad. Hay casas que sus dueños las han habilitado
como peleterías, en las que ofertan lo más variados modelos de calzado
para hombres, mujeres y niños.

Cuando se recorren las calles de Santa Clara, se encuentran muchos
carretilleros dedicados a la venta de productos de la agricultura. Se
destacan la variedad, pero sobre todo la cantidad de productos. De lo
único que se quejan los pobladores es de los altos precios, que en nada
se diferencian de los de la capital.

Para Cuba actualidad: ramsetgandhi@yahoo.com

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