El camión fantasma de las aguas albañales
A muchas calles de La Habana, apenas les queda pavimento. Los desagües
están tupidos. Con las lluvias las alcantarillas desbordadas dejan salir
las aguas albañales. Intentan justificar estas dificultades con el
período especial, todos saben que el abandono comenzó en 1959
viernes, junio 13, 2014 | Gladys Linares
LA HABANA, Cuba -Los residentes en la capital hemos visto cómo se han
ido deteriorando las avenidas y calles durante más de cincuenta años,
hasta llegar a la crítica situación en que se encuentran hoy. Aunque la
de Viales es una actividad cara, y el gobierno dice que se han asignado
cifras millonarias a la rehabilitación de arterias principales de la
capital, si no se acomete una profunda restauración del alcantarillado,
cuya situación en estos momentos es crítica, el problema de las
inundaciones, así como de las aguas albañales en nuestras calles, no se
resolverá.
El alcantarillado fue diseñado para una determinada cantidad de
habitantes, pero la población de La Habana ha ido creciendo a pasos
agigantados, y esto acarrea dificultades. Hace pocos días por los medios
de comunicación se anunció que el gobierno estaba enfrascado en mejorar
el sistema de acueducto de la capital. Sin embargo, al hablar del
alcantarillado, se dijo que la inversión para este trabajo sería posterior.
Hace apenas dos años los medios oficialistas hicieron mucha propaganda
sobre el arreglo de las avenidas, entre ellas la Calzada de Dolores,
Lacret, Porvenir, Diez de Octubre. Pero, como es ya habitual, estos
trabajos no se hicieron bien y hace pocos días volvió a ser noticia que
ya estas avenidas necesitan una nueva reparación.
Hoy muchas calles de la ciudad son prácticamente caminos vecinales,
llenas de tierra, pues apenas les queda pavimento. Los desagües están
tupidos, y como no se rehabilitan las redes del alcantarillado, cuando
ocurren fuertes lluvias las calles se inundan, y las alcantarillas
desbordadas dejan salir las aguas albañales. Aunque se intenta
justificar estas dificultades con el período especial, todos saben que
el abandono data de 1959.
Numerosos barrios habaneros ejemplifican esta realidad. Por solo
mencionar uno, en Santos Suárez, municipio Diez de Octubre, en las
calles Rabí y Enamorados es crítica la situación. Pero no es el único
lugar donde esto ocurre. Hoy Ricardo, un joven que vive en la calle
Lagueruela, en Lawton, me contó que el patio se le llenó de un agua
sucia y maloliente a fosa, y que a medida que arreciaba el aguacero
salía más y corría por los pasillos hacia la calle. También la vecina,
una señora mayor, lo llamó asustada porque le estaba saliendo agua por
el tragante del baño.
Desde hace algún tiempo, algunas personas quitan las tapas de las
alcantarillas cuando las calles se inundan. Piensan que con ello el agua
escurrirá más rápido y que así evitarán que se inunden sus las casas.
Pero como estas rejillas casi siempre están en el centro de las calles,
esto constituye un peligro no solo para los transeúntes que intentan
cruzar las calles, sino también para vehículos como bicicletas o motos.
Me comenta Jorge, un vecino, que hace poco le llamó la atención a un
hombre y le orientó llamar al camión de alta presión que extrae las agua
negras, y este lo miró con burla y le ripostó: "¡Compadre, ese camión es
fantasma! ¡Me he cansado de llamarlo y no viene!"
Source: El camión fantasma de las aguas albañales | Cubanet -
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