miércoles, 12 de septiembre de 2012

Erigiendo una Cuba democrática

Erigiendo una Cuba democrática

El debate es respetuoso y sin descalificaciones. Los términos
'mercenarios' y 'lacayos del imperio' quedan descartados...Las
oportunidades de debatir civilizadamente debieran ser mejor aprovechadas
por la oposición cubana.
Iván García / Especial para martinoticias.com
septiembre 11, 2012

Las estrechas callejuelas de La Habana antigua son un mercadillo
fulgurante. Pasada las dos de la tarde, el sol de plomo no detiene a los
expendedores de pacotillas, jineteras en su salsa y viejos músicos que
intentan buscarse unos pesos convertibles amenizando el almuerzo de unos
rollizos noruegos.

Es una pasarela de pillos y supervivientes. En la calle Obispo, una fila
de peatones apresurados desemboca hacia la Catedral. Van y vienen.
Algunos miran las vidrieras, toman en sus manos la mercadería y al ver
sus precios siderales lo devuelven al estante.

Un mulato pasado de peso jadea pedaleando un bicitaxi, entre tanques de
basura, gente que camina deliberadamente por las calles y camiones mal
aparcados. Se queja del calor, por tener que cargar a dos pasajeros que
pesan casi 200 kilos -aunque no lo dice- y de las normas desatinadas que
le prohíben circular por muchas calles de la parte vieja de la ciudad.

Al llegar al otrora Seminario de San Carlos parece que le va a dar un
infarto. Cuando se entera que en esa edificación un puñado de
intelectuales de diversas tendencias ideológicas debatirán sobre el
futuro y democracia en Cuba, pone cara de circunstancia. "Soy vecino del
lugar. Nunca he leído en el periódico que ahí en San Carlos se hablara
de democracia", dice. Son las contradicciones en la isla.

​​La prensa nacional no le dedica una línea a los encuentros que, a
ratos, acontecen en el antiguo Seminario, hoy Centro Cultural Félix
Varela. Casi clandestinos, están auspiciados por la iglesia católica,
sin la participación de personalidades oficiales, pero sin el acoso de
los servicios especiales. Ni las vendettas verbales de piqueteros leales
al sistema que te insultan o reclaman enardecidos una degollina con
machetes.

Es una Cuba superpuesta dentro de otra. El palo y el diálogo. Muchos se
preguntan si al final estos debates tienen una utilidad práctica. O son
meros globos de ensayo, donde el gobierno toma nota del pensamiento
liberal de algunos intelectuales cercanos a su órbita.

De cualquier manera, es loable la gestión del Arzobispado y la revista
Espacio Laical, en la realización y discusión de ponencias sobre la Cuba
que se nos viene encima. En el encuentro del lunes 10 de septiembre, a
los participantes se les entregó una publicación que recoge algunos
ensayos y análisis sobre el futuro de Cuba "Por un consenso para la
democracia".

Un auténtico ajiaco. Liberales, neocomunistas y exiliados como Jorge
Domínguez exponen sus puntos de vista. Para quienes apuestan por la
democracia en Cuba, estos intercambios de criterios son una fiesta.

El debate es respetuoso y sin descalificaciones. Los términos
'mercenarios' y 'lacayos del imperio' quedan descartados. Hubo ausencias
notables. El empresario Carlos Saladrigas, un hombre con un itinerario
político algo extravagante, que se mueve de la derecha conservadora al
centro, quizás un poco corrido a la izquierda, por causas desconocidas
no asistió.

Opositores históricos, como Vladimiro Roca, Elizardo Sánchez o Martha
Beatriz Roque no suelen acudir a estos encuentros con invitación
abierta. La disidencia de nueva hornada, al estilo de Antonio Rodiles o
Eliécer Ávila, esta vez hicieron mutis.

​​De entre las más de 170 personas congregadas en la sala, solo
concurrieron tres periodistas independientes y dos blogueros
alternativos. Las oportunidades de debatir civilizadamente debieran ser
mejor aprovechadas por la oposición cubana.

En la primera parte, un panel integrado por el ex diplomático Carlos
Alzugaray, Mayra Espina e Hiram Hermández, repasaron algunos de los
temas abordados en la publicación de Espacio Laical.

Luego de la premiación del concurso Casa Cuba, donde Armando Chaguaceda,
Félix Sautié y Pedro Campos ganaron sendas menciones, llegó lo bueno.

Un diálogo entre los asistentes y cinco académicos de diversas
tendencias políticas y representantes de la iglesia. Carlos Manuel de
Céspedes, Dimitri Prieto, Roberto Veiga, Julio César Guanche y Mario
Castillo respondieron preguntas del auditorio.

Siempre deja un buen sabor de boca el clima tolerante que se vive en el
viejo claustro. A pesar de que a pocos metros, un obeso y anonadado
conductor de bicitaxi, confunda democracia con tres platos de comida.

Sería muy pretencioso pensar que estos encuentros permitirán erigir una
Cuba inclusiva, abierta y democrática. Pero al menos se intenta.

http://www.martinoticias.com/content/erigiendo-una-democracia/14568.html

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