viernes, 7 de septiembre de 2012

Dejen que digan

Dejen que digan
[07-09-2012]
Lucas Garve
Fundación por la Libertad de Expresión

(www.miscelaneasdecuba.net).- Hay quienes dicen que estamos locos. Sí,
puede ser, pero locos por un cambio en nuestras vidas y en las de los
demás. Hasta hace algunos años, la mayoría de la población, al
identificar a cualquier activista por los Derechos Humanos en Cuba, se
refería a ellos como alguien que no estaba bien en sus cabales.

Con el tiempo, esta apreciación ha tenido su variación y, ahora mismo,
una mirada sino de apoyo, al menos de solidaridad silenciosa, de
respeto, refuerza la actitud de esos locos.

Al saber cómo las Damas de Blanco son respetadas en las calles de la
Ciudad cada vez que salen para pedir la libración de sus esposos,
mientras reparten gladiolos y sueltan palomas blancas, símbolo universal
de paz y concordia, usted podrá afirmar como yo que algo ha cambiado en
la opinión ciudadana.

A pesar de los mítines de repudio orquestados por las fuerzas represivas
gubernamentales, aunque les griten e insulten, el digno silencio y la
firme decisión de las Damas de Blanco al continuar a su paso, han
despertado la admiración de los transeúntes que al paso dicen: "Miren
ahí van las Damas".

Otro ejemplo de estos locos bastante cuerdos, son las bibliotecas
independientes con unos cuantos años de existencia ya, y una amplia red
extendida por toda la isla con el fin de ofrecer una selección de libros
de calidad a lectores ansiosos de obtener una información libre de
tendencia política.

Además, las bibliotecas independientes se han convertido prácticamente
en centros de información cultural comunitarios. No obstante, los
adjetivos denigrantes y las acciones represivas en su contra desde el
inicio de este movimiento, los bibliotecarios independientes han
mostrado cuánto puede la decisión de abrir un espacio para la lectura.

También, entre esos locos, están un grupo de mujeres y hombres ocupados
en transmitir informaciones a diferentes páginas electrónicas que
difunden la realidad de una Cuba que no reflejan los medios de
comunicación oficiales.

Desde hace aproximadamente unos tres lustros, la incorporación masiva de
intelectuales, profesionales del ramo e individuos cuya vocación
despertó al paso de su incorporación en las filas de la oposición ha
proporcionado un espacio para que la libertad de expresión sea defendida
sin capa ni espada, pero con pasión y deseo de superación profesional.

Todos ellos, todos "nos – otros", aquellos que pensamos diferente de la
ideología del régimen, y aunque, a veces, sin alejar el miedo, no
esquivamos el peligro de realizar acciones en pro de nuestros ideales
todos, repito, soñamos con un país distinto del que hoy vivimos.

Soñamos con una nación, donde los Derechos Humanos no sean una moneda de
cambio a favor del régimen, donde los ciudadanos sean respetados por ser
únicamente eso mismo, ciudadanos.

Un país donde se promulguen leyes y que se respeten esas mismas leyes
por quienes las sancionen. Un país, donde en fin, la represión la sufran
los transgresores de las normas sociales y no la población en general
como un medio de mantener el status quo gubernamental.

Puede que la anhelada transición tan esperada por muchos esté a la
vuelta de la esquina o más lejos, lo que sí se es que está en nuestras
manos. Tan en las mías, como en las suyas y en la de los de más allá. Es
algo que depende exclusivamente de nosotros, porque nos y otros también
cubanos, los cubanos de aquí y de allá, somos los que tenemos que darnos
cuenta que quienes defienden mejor nuestros Derechos Humanos, somos
nosotros mismos y no ninguna oficina gubernamental.

http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=37009

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