lunes, 10 de septiembre de 2012

Apagonazo


Sucesos

Apagonazo
Yoani Sánchez
La Habana 10-09-2012 - 4:39 pm.

Apagón eléctrico e informativo, sirenas de patrullas y de bomberos,
eficacia probada del periodismo independiente y Raúl Castro 'pidiendo
sangre'.

En un país donde los cortes eléctricos han sido parte inseparable de
nuestras vidas, ya no debería sorprendernos que se vaya la luz. Pero
ayer domingo, a las 20:08 horas ocurrió algo que despertó las alarmas.
Primero perdimos la señal televisiva, justo durante los primeros minutos
del noticiero estelar. Después La Habana en su totalidad se apagó en una
extensión y con una envergadura que no recordábamos, ni siquiera durante
los huracanes más feroces. Empezaron entonces a llegar los reportes de
varias provincias para confirmar que desde Pinar del Río hasta parte de
Camagüey, la Isla se había quedado a oscuras. Más de 5 millones de
cubanos en penumbras se preguntaban qué ocurría.

Cinco horas después llegaba de vuelta el fluido eléctrico al barrio
donde vivo. Me aventuré a garabatear en un papel algunas peculiaridades
de lo ocurrido. Se las transcribo aquí:

- Al apagón eléctrico lo acompañó un apagón informativo. Durante más de
cuatro horas los medios oficiales no dijeron nada de lo que ocurría. Con
radios de batería, muchos recorrimos el dial en busca de una
explicación, pero las emisoras nacionales guardaban silencio. Radio
Reloj, que minuto a minuto debería ir dando los pormenores de sucesos
nacionales e internacionales, hablaba de todo menos de los más
importante. Así tuvimos que oír la receta del medallón de pescado, las
ventajas de practicarse una mamografía, las hermosas leyendas brasileñas
sobre el agua… y el descubrimiento en sitios arqueológicos de "zapatos
prehistóricos". Todo, menos lo que queríamos saber: ¿Qué ocurría que
medio país no se veían ni las manos?

- Las personas comenzaron a desesperarse. Las patrullas de policías
sonaban sus sirenas en las calles y de vez en cuando se escuchaba pasar
un carro de bomberos. Camiones con luces de "estado de sitio"
patrullaban zonas del malecón. Eso aumentó el temor, que unido al
silencio informativo generó aprensión y muchas especulaciones.

- El incidente demostró la falta de previsión de la Empresa Eléctrica
ante situaciones así. Los grupos electrógenos de muy pocos lugares
lograron encenderse y en barrios de la periferia le pidieron a los
propios vecinos que si tenían reservas de petróleo las llevaran para
echar a andar algunas de estas plantas eléctricas.

- Causó especial molestia el hecho de que este apagón sucediera un día
sin viento, sin que ningún ciclón nos estuviera golpeando con su lluvia,
ni una tormenta solar se hubiera ensañado especialmente con la mayor de
las Antillas. ¿Cuál fue entonces la causa de una avería de tales
proporciones?

- La red social Twitter volvió a probar su eficacia informativa. Una
hora después de que llegara la oscuridad, ya en Internet estaban los
reportes alternativos de las dimensiones geográficas de ésta. Pasó poco
tiempo antes de que tuviéramos incluso una etiqueta para definir la
situación #Apagonazo Mientras los medios oficiales dejaban en evidencia
que solo pueden informar cuando se les autoriza, los caminos
alternativos de la noticia demostraban su importancia no solo a la hora
de denunciar un atropello o una detención, sino durante desastres
naturales, peligros climatológicos y accidentes de cualquier índole.

- La tan sonada Revolución Energética que entre sus "conquistas" tenía
la de impedir este tipo de cortes eléctricos monumentales, volvió a
demostrar su fracaso. Hasta el emblemático Morro de la bahía de La
Habana perdió la luz de su faro, que algunos asociaron irónicamente con
aquel chiste de "el último que se vaya, que apague el Morro…"

- Más de la mitad de la gente que me llamó alarmada durante el tiempo de
oscuridad, asociaban lo sucedido con algún problema en el gobierno.
Frases al estilo de "esto se cayó…" se repetían por todos lados. La
desinformación de los medios hacía más fuerte esa sensación. Lo cual
indica el estado de fragilidad política y social de una nación, donde un
apagón de varias horas puede llevar a sus ciudadanos a pensar que todo
un sistema se ha desplomado. Significativo, ¿verdad?

- Alguien me comentó que el General Presidente "estaba pidiendo sangre"
a los directivos del Ministerio de la Industria Básica… me limité a
responder, mejor que pida electricidad, pues es muy fácil exigir
responsabilidades a otros cuando todos sabemos quién toma las
principales decisiones energéticas de la nación.

- Después de un largo silencio, a medianoche la televisión leyó una
breve nota tan críptica que generó más especulaciones todavía. Atribuían
el hecho a una rotura en la línea de 220.000 volts cerca de Ciego de
Ávila. Hasta ahora no han agregado nuevos detalles.

- Poco a poco, durante la madrugada se restableció el fluido eléctrico
en la capital y en la mayoría de las otras zonas afectadas. No hay
reportes de daños ocasionados, aunque de seguro debe haber muchísimos.

- Al final nos quedamos con la convicción de que el país está en una
precariedad material que cualquier incidente de este tipo puede volver a
pasar. Y, lo peor, los medios nacionales mantendrán su habitual secretismo.

http://www.diariodecuba.com/cuba/12938-apagonazo

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