Resaca socialista
By ALEJANDRO RIOS
En un documental sin pretensiones de apenas 20 minutos de duración y
hasta con visos de humor, titulado Yamada prdida (las faltas
ortográficas son ex profeso pues simulan el lenguaje del envío de textos
por teléfono), se aborda el tema de la tenencia de celulares en la
sociedad cubana actual.
Dirigido por Javier Arévalo Felipe, el video nos informa sobre algunas
particularidades sociales que ha provocado el aumento de la presencia
del moderno y ya indispensable artilugio de la comunicación personal.
Por un lado se cuenta la historia imaginada de cierta joven estudiante
que se frustra por no poseer un celular. Vemos cómo le ruega a su madre
por el dinero para comprarlo y luego termina su transacción en el
mercado negro donde los distintos modelos son menos costosos y más
modernos que los ofrecidos por las tiendas del gobierno. En el final
feliz de la fábula la vemos dueña del celular, aunque después su uso
estará limitado por numerosas imposiciones financieras.
La otra parte del documental es puramente testimonial y habilidosamente
el director irá marcando los distintos estratos de la sociedad cubana a
partir de la posibilidad de ser dueño o no de un celular.
Como las llamadas se cobran tanto al realizarse como al recibirse,
muchos móviles funcionan como los antiguos bípers: la persona mira a
quién llama y busca un teléfono público para responder.
Entre los ejemplos que considera el documental está la muchacha de bien
que tiene a su padre en otro país y ostenta el celular último modelo.
Hay otra a la orilla de una piscina que, sin duda, lo ha obtenido con el
esfuerzo de sus atributos físicos. Varias personas dicen que no pueden
cambiar celular por comida, mientras otros aseguran que vale la pena.
También se presenta el caso de los celulares que son habilitados por
familiares residentes en el exterior (léase casi siempre Estados Unidos).
La reconocida escasez perentoria del socialismo va creando una ansiedad
de consumo, sobre todo entre las nuevas generaciones, que ya no creen en
la probabilidad de un futuro igualitario donde esas premuras sean
satisfechas. Los cubanos, aún aislados, saben que en el mundo real, los
teléfonos celulares han dejado de ser un lujo para convertirse en una
necesidad casi ineludible
La realidad de tal indigencia, de la perspectiva del ``resolver'' a como
dé lugar y del falso paternalismo e ilegalidad en que están envueltas
muchas de estas operaciones en la Cuba actual, trae a colación el
espanto que me causó ver el controversial filme polaco Galerianki o
Chicas del mall, ópera prima de la directora Kasia Roslaniec donde,
veinte años después de la caída del muro de Berlín, un grupo de
adolescentes cambian favores sexuales en los malls de Varsovia por
celulares, ropas de moda o cenas en un buen restaurante.
Más allá de abundar en las inconveniencias de un capitalismo sin recato,
lo cual pudiera ser una de las lecturas para quienes no hayan vivido el
socialismo en carne propia, la directora parece querer subrayar la
herencia del sistema que tanto daño infligiera a Polonia, luego de la
Segunda Guerra Mundial.
os padres de las niñas prostituidas mal viven en un limbo de
insatisfacción e inestabilidad desde que el universo donde crecieron y
fueron adoctrinados se derrumbó de manera abrupta. En esa incertidumbre,
escasean los principios y la ética sostiene un peligroso vínculo con la
necesidad. Son los fantasmas del tránsito, contaminando con su pesimismo
y desparpajo a las nuevas generaciones.
La picaresca de supervivencia que ahora mismo se entroniza en Cuba, con
prácticas de prostitución similares y marcada por la corrupción y la
doble moral, pervive, con otros visos, en la otrora socialista Polonia,
según dilucida el filme, lo cual revela que el ocaso de las dictaduras
no significa, necesariamente, un cambio radical en los modelos de
comportamiento social, viciados por tantos atavismos.
http://www.elnuevoherald.com/2010/07/13/764658/alejandro-rios-resaca-socialista.html
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