Tres rosas para Rosa
RAMIRO GÓMEZ BARRUECO
Sólo la verdad nos impondrá la toga viril.
José Martí
Ante todo felicitar al columnista Pedro Corzo por su artículo Los Pinos
Nuevos [Perspectiva, 23 de febrero]. Hizo gala de su maestría dialéctica
una vez más; pero más que eso, resplandeció su dignidad humana. Honrar a
Rosa María Payá nos honra. La Historia es como una escalera de la vida
misma; construimos sus peldaños, subimos, bajamos, caemos y finalmente
todos nos quedamos sin escalera. Pero la escalera sigue ahí, con sus
múltiples protagonistas pisando peldaños para tratar de alcanzar el cielo.
Discutiendo sobre mi próximo trabajo para el IMHCCT, la antología "El
Presidio Político de Isla de Pinos" que será expuesta en la reunión del
26 de marzo, conmemorando el 50 aniversario del cierre de ese Presidio
(cuyas 500 entradas se agotaron desde la última semana de enero); Pedro
Corzo, Paco Talavera y yo nos preguntábamos por qué estábamos
disfrutando la victoria de Rosa tan efusivamente. Era nuestra victoria;
como también lo fue, de forma colectiva y explosiva, el cierre del
Presidio. La respuesta, tal vez, estaba en la historia de la
construcción de los primeros peldaños de la oposición a la tiranía
totalitaria castrista.
A muchos de nosotros nos catalogan de intransigentes, radicales,
extremistas, terroristas y mucho más. Nuestros detractores deberían
recordar, o conocer, que fuimos los precursores de la lucha "no
violenta", mientras pudimos, en la calle y luego en las prisiones:
huelgas de hambre, brazos caídos, pasos de tortuga, "campaña del no" a
la rendición, a cualquier colaboración deshonesta, a los privilegios y
mucho más. Lucha "no violenta" preñada de luto, sangre, sudor y lágrimas
¡diariamente! También fuimos precursores de una amplia sociedad civil:
política, cultural, religiosa, etc. Una sociedad civil prohibida y
brutalmente reprimida y penalizada, pero trascendente, como bien explicó
el patriota Angel de Fana en el libro XXX Aniversario (23 de marzo de 1997)
No es el momento, ni la intención, de analizarnos ni de justipreciarnos,
ni para bien ni para mal; pero les podemos garantizar que "llevaremos
nuestra cruz hasta la cima del Gólgota". No lo duden. Abonamos el jardín
de la patria con nuestra sangre, sí, con nuestra sangre, y han nacido
rosas. ¿Cómo no vamos a honrarlas, si hoy estamos embriagados por su
perfume?
Vamos a premiar a Rosa con tres rosas:
La primera es por la sorprendente capacidad de convocatoria y el arduo y
brillante trabajo realizado para lograr esa laboriosa e ingeniosa
organización Red Latinoamericana de Jóvenes por la Democracia. No es
nada fácil reclutar colaboradores dispuestos a luchar brazo con brazo
por nuestra causa. ¡Genial!
La segunda es por la capacidad de convencimiento para lograr que
ilustres personalidades del más alto nivel político latinoamericano se
jugaran el todo por el todo junto a ella. Así lo hizo la ex ministra
chilena Mariana Aylwin, el ex presidente mexicano Felipe Calderón y nada
menos que Luis Almagro en persona. El Secretario General (y actual) de
la OEA dio, por la causa de la libertad de nuestra patria, el paso más
riesgoso, osado y trascendental, desde que Cuba fuera expulsada de dicho
organismo. Un logro, más que genial, ¡increíble!
La tercera es que, gracias a ella, nos anotamos (la oposición en
general) una victoria rotunda, y demostramos nuevamente, y en grande,
quienes son ellos: estulticia, sevicia y terror. Rosa es más inteligente
y valiente que ellos. Tomó la ofensiva y los puso en una trágica
disyuntiva: perder, o perder y además hacer el ridículo. Perdieron e
hicieron el ridículo. Escogieron la peor de las variantes. El "Rey
Comunista" está en cueros… No hay cambios cualitativos ni los habrá;
todo sigue y seguirá igual, todo fue, es y será una gran mentira. "La
Gran Estafa". La inteligencia y el valor de Rosa María Payá lo
desnudaron ante el mundo cibernético de hoy. Una "Rosa de Oro" para Rosa.
Pero los que conocemos su valentía de cerca, temblamos por su osadía. Se
lo hemos dicho siempre, personalmente, quienes la queremos mucho.
Además, tenemos cifrada nuestras esperanzas en ella y en la juventud
cubana de hoy y de mañana. Ayer la tuvimos en nuestra juventud también,
en nosotros mismos, cuando construimos los primeros peldaños de nuestra
historia actual. Tal vez somos egoístas en querer cuidarla tanto, pero
sin una generación de relevo, nuestro esfuerzo histórico sería como la
estela de un buque en alta mar.
Nuestras divergencias generacionales las hemos discutido, y las
seguiremos discutiendo, frente a frente. Siempre con un manifiesto y
radiante amor constructivo. Nuestras luces, como todas, también producen
sombras; y nuestras rosas también tienen espinas. Los envidiosos, los
que admiran con odio, sólo ven las sombras y las espinas. Los justos y
los agradecidos ven la luz y aspiran el aroma de nuestro jardín.
Un aroma de libertad y vida.
Escritor y ex preso político cubano.
Source: Tres rosas para Rosa | El Nuevo Herald -
http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/opin-col-blogs/opinion-sobre-cuba/article135297204.html
martes, 28 de febrero de 2017
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