Los baños públicos son una pesadilla

Los baños públicos son una pesadilla
20 diciembre, 2016 8:38 pm por Manuel A. Morejón Soler


El Vedado, La Habana, Manuel Morejón (PD) Las administraciones de los
restaurantes, bares, establecimientos comerciales y otros sitios donde
se ofrecen servicios a la población, que poseen baños públicos, se han
olvidado de la higiene, dejándolos en muchos casos casi en completo
abandono.

En un recorrido que hizo este reportero por diferentes establecimientos
públicos de los municipios Plaza de la Revolución, Playa, Centro Habana
y Arroyo Naranjo, para indagar sobre el tema, varias personas
entrevistadas expresaron su disgusto por el mal estado y la higiene de
los baños.

Hubo uno que expresó: "Si el administrador tuviera que usar este baño,
seguro que no estuviera así". Señalándome hacia el baño que
anteriormente era el de las "Damas" dijo: "Este es el de los jefes".
Estaba cerrado con candado, mientras que el de los "Caballeros" era para
ambos sexos.

En los baños públicos es un requisito indispensable el pago de un peso
al el empleado que se supone se encargue de mantenerlo limpio. Pero
este, generalmente, solo cumple con los esenciales mínimos de la
higiene. Es decir, descarga un cubo de agua en el inodoro luego que lo
han utilizado cuatro o cinco personas y la taza esta está repleta de
orina y en algunos casos de excrementos.

El moho y el sarro están impregnados en las paredes de estos baños, y a
veces también en el piso, por falta de la limpieza con los productos
idóneos. Y la fetidez es insoportable.

En el centro comercial Galerías Paseo, en El Vedado, sacaba algunas
fotos para este reportaje de una empleada que cobraba la entrada del
baño, cuando fui abordado por dos mujeres y un hombre, supuestamente del
servicio de seguridad de la tienda, quienes me preguntaron para qué
tomaba fotos allí. Cuando les respondí "soy periodista", me dijeron que
allí no podía tomar fotos.

En la cafetería La Criollita, una pomposamente llamada Unidad
Empresarial de Base, en Parcelación Moderna, Arroyo Naranjo, hay las
ruinas de un baño en un terreno aledaño. Luego de tomar fotos, me
presenté como periodista a la dependiente de la cafetería e indagué
quien era el responsable de atender la higiene del baño y me respondió,
muy asustada, que ella no tenía que ver con el baño.

Parece que a nadie le atañe el problema de la higiene de los baños en
esta ciudad. Como resultado, hoy ir a un baño público en La Habana es
una verdadera pesadilla.
alianzacristiana777@gmail.com; Manuel A. Morejón

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