jueves, 30 de junio de 2016

Con el aeropuerto por cárcel

Con el aeropuerto por cárcel
La opositora cubana residente en EEUU, Ana Margarita Perdigón Brito, fue
retenida arbitrariamente por las autoridades cubanas durante un día
Miércoles, junio 29, 2016 | René Gómez Manzano

LA HABANA, Cuba.- En la mañana de este miércoles, fui despertado por una
llamada proveniente de Sancti Spíritus. Desde el teléfono de quien fuera
mi suegra, me llamaba una parienta de ésta para informarme que Ana
Margarita Perdigón Brito, antigua líder disidente de esa provincia y
exesposa mía, había sido retenida al mediodía del martes por las
autoridades cubanas al llegar al Aeropuerto Internacional "José Martí"
para una visita familiar.

Mi interlocutora, sin precisarme las fuentes de esa información, me
comunicó también que, en medio de la tensa situación creada a partir de
la arbitraria decisión de los funcionarios castristas, Anita había
sufrido lesiones en un brazo, al cortarse con los cristales de una
vitrina. Al cabo de veinticuatro horas del arribo de su vuelo, la
también fundadora de la agencia de prensa independiente Yayabo Press fue
devuelta a Miami.

El caso de mi exmujer resulta harto ilustrativo de los modos en que las
acciones del régimen dinástico de La Habana, guiado por su firme
vocación totalitaria, ha torcido hasta lo increíble los destinos de sus
súbditos. En mayor o menor medida, lo anterior es aplicable a los trece
millones de cubanos residentes dentro y fuera del país. Pero en este
caso, el bosque no debe impedirnos que veamos uno de sus árboles.

El feliz matrimonio establecido durante años entre Anita y yo, llegó a
su término cuando ella emigró. En esa separación desempeñó un papel
preponderante su condición de madre: Su hija adolescente Hady, por el
solo hecho de ser parienta de una opositora, fue víctima de la
discriminación. Las autoridades escolares espirituanas, en una decisión
que las retrata de cuerpo entero, plantearon que la niña no podía ser
alumna destacada en razón de la postura política de su madre.

Por supuesto que, con esos antecedentes, la jovencita no podía ni soñar
con cursar algún día estudios superiores: Ya se sabe que, en nuestra
Cubita bella, "las universidades son para los revolucionarios". Esto,
traducido de la neo-lengua castrista al castellano estándar, quiere
decir: para los que aparentan ser incondicionales del régimen. A lo
anterior se unía la total falta de perspectivas que tiene una persona
joven en Cuba. En definitiva, Anita supo ser, como reza la frase hecha,
más madre que mujer.


Ana Perdigón al llegar al aeropuerto de Miami desde La Habana, con la
ropa ensangrentada (Facebook)

Terminada con su exilio aquella bella relación que mantuvimos, las
noticias de ella que he recibido durante los más de cuatro años
decursados desde entonces, han sido esporádicas, y me han llegado
fundamentalmente a través de los que fueron mis parientes por afinidad.
Esto incluye a mi exentenada, entonces una niña, hoy convertida en una
bella mujer.

Supe, por ejemplo, que hace años Anita hizo un primer intento de visitar
a su familia. Aquel esfuerzo fue abortado. Recibió la visa que, para
escarnio del mismo régimen que ha impuesto esa medida, tiene que
solicitar un cubano residente en el extranjero para visitar su propio
país. Pero en el aeropuerto de Miami le anunciaron que desde Cuba se
habían recibido instrucciones de no permitirle viajar.

Ahora la burla ha llegado al colmo. Esta vez sí pudo volar. Las
autoridades castristas le permitieron pisar de nuevo el suelo de su
Patria, pero sin salir del aeropuerto de Boyeros. La han sometido, pues,
a una especie de nuevo suplicio de Sísifo. Le hicieron creer hasta el
último momento que besaría de nuevo a su anciana madre y a otros seres
queridos, que vería una vez más su amado terruño espirituano. Todas esas
ilusiones se deshicieron al conjuro del abuso y la arbitrariedad.

Hay que estar consciente de las dificultades que enfrenta un exiliado
promedio para viajar a Cuba. Es cierto que, si cuenta con un empleo,
percibe un salario decoroso (altísimo, si lo comparamos con los jornales
de hambre que ofrece el gobierno en su Patria). Pero ello lo consigue
sólo trabajando arduamente. Por la misma razón de vivir en un país de
alto desarrollo, se ve agobiado por el pago de los impuestos y las
cuentas (los bills). Por esa razón, los regalos que trae como si fuera
un nuevo Rey Mago, son testimonios de abnegación y frutos del
sacrificio. Ahora esto lo ha experimentado en carne propia la que fuera
mi esposa.

Por desgracia, la actual situación de Ana Margarita Perdigón no
constituye un hecho insólito. De tiempo en tiempo conocemos de algún
cubano que sufre también esa modalidad de la arbitrariedad castrista.
Por ello la opinión pública nacional e internacional, y en especial los
colegas periodistas de la afectada, deben denunciar este atropello
sufrido por una madre cubana.

Source: Con el aeropuerto por cárcel | Cubanet -
https://www.cubanet.org/opiniones/con-el-aeropuerto-por-carcel/

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