España no puede permitirse perder el tren de Cuba
29/03/2016 02:20EL DESHIELO de las relaciones entre Cuba y Estados
Unidos y el fin del embargo económico a la isla ha abierto un nuevo y
atractivo mercado para las empresas de todo el planeta. El potencial del
país caribeño ha movilizado a la diplomacia de algunas de las mayores
economías de Occidente, al tiempo que ha obligado a países como
Venezuela a redoblar sus esfuerzos por mantener los lazos con los Castro
para no quedar atrás en esta maratón empresarial. Resulta paradójico que
España, el país europeo que más ha invertido en Cuba en las últimas
décadas, pueda quedarse atrás en esta carrera por la parálisis política
en la que nos hemos instalado desde el pasado 20 de diciembre.En un
momento histórico como el que se vive en La Habana, las empresas
españolas se han quedado solas en su empeño por consolidar su presencia
en Cuba. Esa falta de apoyo institucional contrasta con el ímpetu con el
que gobiernos como el de Francia o EEUU están tratando de acercarse a
las autoridades de la isla para facilitar el desembarco de sus empresas
en uno de los países de América más necesitado de inversión. La reciente
visita de Barack Obama a La Habana y su encuentro con Raúl Castro ha
allanado el camino para el desembargo de grandes grupos hoteleros
estadounidenses, como Marriott o Starwood, empresas de cruceros con sede
en Florida e incluso, tecnológicas, como Google o Paypal.También
François Hollande ha priorizado en su agenda las relaciones con Cuba y
en mayo se convirtió en el primer presidente europeo en visitar La
Habana. El objetivo de aquella visita era defender los intereses de
grandes grupos franceses como Air France KLM, Alstom o Total. Meses
después, Raúl Castro correspondió al presidente galo -animado también
por la renegociación de su deuda con Francia- y visitó París. Ese
despliegue diplomático contrasta con la pasividad con la que las
autoridades españolas están asistiendo a la apertura económica de un
país al que nos atan fuertes lazos históricos, culturales y
empresariales. España es el tercer socio comercial de Cuba por detrás de
Venezuela y China. Durante décadas, empresas como Sol Meliá han
desafiado la dureza del aislamiento al que EEUU tenía sometido al
régimen de Castro manteniendo sus inversiones en el país. Además de la
cadena hotelera balear, grupos como Repsol, Iberia, Freixenet, Barceló o
NH Hoteles llevan años invirtiendo en la isla bajo la mirada hostil de
Washington.Ahora que ha llegado el momento de cosechar los frutos de esa
sólida y larga apuesta, es inaceptable que las empresas españolas no
cuenten con el apoyo institucional necesario para consolidar su
presencia en Cuba. La presidencia en funciones de Mariano Rajoy mantiene
congelada la acción exterior del Gobierno saliente. Con el mismo
argumento, la Casa Real también ha reducido al mínimo sus actos y viajes
oficiales.El resultado de este vacío institucional es que nuestro país
tan sólo ha podido estar representado en Cuba en este momento histórico
por tres ministros. El titular de Exteriores, José Manuel
García-Margallo, y los de Economía e Industria juntos, Luis de Guindos y
José Manuel Soria, han visitado La Habana para preservar nuestras
relaciones comerciales. Pero en viajes de segundo nivel. Ninguno de
ellos fue recibido por Raúl Castro.Cuba ofrece grandes oportunidades en
sectores como las infraestructuras, las telecomunicaciones, la energía o
la construcción. Sin embargo, es el turismo el sector que está llamado a
convertirse en su motor económico. Su potencial es espectacular. Si el
pasado año, 3,5 millones de turistas visitaron el país, se espera que
con el fin del embargo esa cifra se multiplique.España es un país
puntero en varios de esos sectores, en especial en turismo. Y dada su
fuerte presencia en Latinoamérica podría ser un serio rival para las
empresas estadounidenses en el nuevo mercado cubano.Las multinacionales
españolas están haciendo un importante esfuerzo para no perder el tren
de Cuba. Como hoy publicamos, Globalia acaba de anunciar una nueva ruta
Madrid-Varadero y la firma de la gestión de un nuevo hotel en este
popular destino vacacional.El hecho de que el Gobierno esté en funciones
no puede servir de excusa para que nuestras empresas queden al albur en
Cuba.España tiene mucho que aportar a la transición cubana. No sólo en
el ámbito empresarial y comercial, también en el político. Nuestro
Gobierno debe implicarse para que la prosperidad económica impulse la
llegada de la democracia a la isla lo antes posible.
Source: España no puede permitirse perder el tren de Cuba | Opinión | EL
MUNDO -
http://www.elmundo.es/opinion/2016/03/29/56f980e1268e3e681e8b4584.html
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