Maldición de la balita
Muchos se preguntan cómo sobrevivir al cólera si el gas no alcanza para
hervir el agua de tomar
viernes, septiembre 19, 2014 | Gladys Linares
LA HABANA, Cuba – "Cocinar en la actualidad tiene un alto costo, no solo
porque estén caros el arroz, los frijoles o las viandas, sino también
por el precio del combustible, que está por las nubes", me comentaba
Tomás Aviló, un amigo que vive en el municipio Arroyo Naranjo. Es de los
afectados con esa "brillante" idea del comandante en jefe llamada
Revolución Energética, que consistía en eliminar la cuota de gas licuado
y venderle a la población de municipios escogidos una serie de equipos
electrodomésticos de fabricación china que duraron lo que un merengue en
la puerta de un colegio, al mismo tiempo que aumentaban la tarifa
eléctrica: el pago de ésta, que no bajaba de 200 pesos, se convirtió en
una pesadilla.
Cuando comenzaron a anunciar en los medios oficiales que para diciembre
de 2013 comenzaría en la capital y en Santiago de Cuba la venta liberada
de gas licuado, para así cumplir con el lineamiento 250 aprobado en el
6º Congreso del partido comunista (que planteaba el estudio de la venta
liberada de combustible doméstico y de otras tecnologías avanzadas de
cocción, como opción adicional y a precios no subsidiados), los
comentarios no se hacían esperar, porque las "bolas" de los exagerados
precios rodaban en la calle.
Raquel, una mujer que no me quiso dar su apellido, me comentó: "Por una
parte, me alegro, porque cuando mi esposo va a Lawton para 'resolver'
una balita por 80 pesos, no estoy tranquila hasta que regresa, porque si
lo coge la policía, sin papeles, pierde la balita, y le ponen una multa
de 1500 pesos".
En el mes de diciembre comenzó el experimento, y el 31 de julio de 2014
el periódico Granma publicó un reportaje hecho en las provincias
Santiago de Cuba y La Habana para conocer la marcha de las experiencias,
y en el mismo tuvieron que reconocer que el experimento no dio el
resultado esperado. Aunque mencionaban una serie de justificaciones de
los dirigentes de la Empresa de Gas Licuado, a las claras se veía que el
problema fundamental es lo caro del alquiler de los cilindros (500
pesos) y de los 10 kg de gas (130 pesos). Por cierto que en el mismo
reportaje se informaba que a partir de ese día se le rebajaban 100 pesos
al alquiler del cilindro y 20 a los 10 kg de gas.
Dicha rebaja ha provocado comentarios adversos. Algunos lo consideran
ridículo. Otros, al preguntarles, se encogen de hombros en señal de
indiferencia o resignación, y muchos montan en cólera, pues afirman que
los precios continúan elevados y los salarios y las pensiones son indignos.
Pero lo que nadie esperaba es la nueva medida publicada el 29 de agosto
en el Granma, de extender el ciclo para los clientes de gas licuado a
partir del 1º de septiembre en dependencia de la composición de cada
núcleo, cuando todos saben que dicha cuota ya era de por sí
insuficiente. Esta medida afecta gravemente a la población,
especialmente ahora que los propios medios recomiendan hervir el agua
dada la alta incidencia del cólera en nuestro país.
La mayoría está convencida de que la extensión del ciclo tiene como
objetivo obligarnos a comprar la balita liberada en algún momento,
queramos o no. Otro comentario que llama a la reflexión me lo hizo mi
vecina Rafaela León: "Ellos siguen apretando y el pueblo sigue
inventando. Pero lo triste es que ese es el ejemplo que han visto
durante años nuestros hijos y nietos: lo que tienen que hacer sus padres
para poder darles de comer".
Source: Maldición de la balita | Cubanet -
http://www.cubanet.org/actualidad/actualidad-destacados/maldicion-de-la-balita/
viernes, 19 de septiembre de 2014
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