miércoles, 17 de septiembre de 2014

La taza de té que revolvió al castrismo

La taza de té que revolvió al castrismo
Los 100 años de Nicanor Parra y el té que el anti-poeta bebió en la Casa
Blanca para insulto de la izquierda latinoamericana
martes, septiembre 16, 2014 | Luis Cino Álvarez

Los comisarios del castrismo llegaron al ridículo de castigar a Parra
por la taza de té con Mrs. Nixon retirándole la invitación a ser jurado
del Premio Casa de las Américas de 1970

LA HABANA, Cuba –Que Nicanor Parra haya arribado, el pasado 5 de
septiembre, vivo y lúcido, a su cumpleaños número cien fue celebrado en
Chile con un homenaje nacional que el poeta bien se merecía desde hace
décadas, pero que los pruritos y las supercherías de la izquierda y
otras circunstancias habían postergado.

En realidad, no se sabe quién debe estar más agradecido, si el
homenajeado, nominado varias veces al Nobel pero que siempre ha
declarado no sentirse merecedor de premio alguno, o Chile, una nación de
magníficos poetas (Pablo Neruda, Gabriela Mistral, Vicente Huidobro),
por tener la dicha de contar entre ellos a Nicanor Parra.

Por suerte, el creador de la anti poesía -aquella especie de montaña
rusa que expulsó de lo que había sido hasta entonces su paraíso rimado a
tanto tonto solemne-, ha vivido lo suficiente como para que se hayan
rebasado, sino todos, al menos los más absurdos de los prejuicios
izquierdistas.

Los 100 años de Nicanor Parra son una buena ocasión para recordar la
taza de té con la que el anti-poeta revolvió a la izquierda
latinoamericana. Me refiero a la que se tomó en 1970, en la Casa Blanca,
con la esposa del presidente Richard Nixon, por invitación de la Primera
Dama.

Aquel gesto cortés de Pat Nixon que el poeta tuvo a bien aceptar fue
considerado una abominación imperdonable por la izquierda
latinoamericana más recalcitrante, que decidió excomulgar al poeta.

Los comisarios anticulturales del castrismo llegaron al ridículo extremo
de castigar a Nicanor Parra por la dichosa taza de té con Mrs. Nixon
retirándole la invitación que le habían cursado para que viajara a La
Habana para ser miembro del jurado del Premio Casa de las Américas de 1970.

Los comisarios-jenízaros del castrismo, acostumbraban a estas vendettas
por cualquier motivo. Recordemos las excomuniones de escritores
latinoamericanos y europeos a raíz de sus protestas por el caso de
Heberto Padilla. O el encontronazo con Pablo Neruda.

A juzgar por sus memorias (Confieso que he vivido), Neruda nunca perdonó
a algunos de aquellos poetas que hicieron las veces de comisarios en
contra suya, a quienes identificó como "el sargento Retamar" (Roberto
Fernández Retamar), y "Guillén el malo" (para Neruda, el Guillén bueno
no era el autor de Motivos del Son, sino Jorge Guillén, el poeta español
de la Generación del 27).

Nicanor Parra reaccionó con humor ante la perreta izquierdista. En uno
de los artefactos que solía escribir con tiza en un pizarrón, el
anti-poeta se adjudicó haberse bebido una de "las cuatro tazas de té que
estremecieron al siglo XX". Dichas tazas eran, además de la suya con Pat
Nixon, las que se tomó Richard Nixon con Fidel Castro en1959, y con
Leonid Brezhnev y Mao Zedong, en 1972. Todas las veces que Parra
escribió Nixon con su tiza, sustituyó la x por una esvástica, tal como
hacían en el periódico Granma por aquellos tiempos cada vez que
mencionaban –invariablemente para muy mal- al presidente norteamericano.

Parra fue condescendiente con las pendejadas de los comisarios
anti-culturales y sus licantrópicos jefazos.

A mediados de 1991, en Santiago de Chile, en una entrevista que concedió
al ya fallecido periodista cubano Orlando Castellanos y que demoró 23
años en ser publicada (La Gaceta de Cuba, número 3, mayo-junio 2014),
Parra se refirió a las repercusiones del té con Pat Nixon.

Luego de explayarse sobre su tema preferido en la actualidad, la
ecología, y otros asuntos, expresó al periodista su esperanza de que no
le quedaran enemigos en Cuba y de que finalmente se aclararan las cosas
de una vez.

Castellanos le explicó como pudo que las cosas ya no son como eran, que
"hay otras maneras de valorar" y lo invitó a Cuba.

También Silvio Rodríguez por aquellos días lo había invitado a Cuba, a
lo que Parra había respondido que "con mil amores pero había que esperar
un poco". Solo le faltó aclararle al cantautor que mejor lo esperaran
sentados…

El Anti-Poeta nunca regresó a Cuba, a la que era asiduo en los años 60.
Ya centenario, es casi improbable que regrese.

Hace más de 40 años, Nicanor Parra escribió uno de aquellos famosos
artefactos que decía: "Si fuera justo Fidel, debiera creer en mí, tal
como yo creo en él. La historia me absolverá."

Pero a estas alturas, lo más probable es que al Anti-Poeta le importe un
bledo el disgusto del Comandante, si todavía le dura.

Source: La taza de té que revolvió al castrismo | Cubanet -
http://www.cubanet.org/destacados/la-taza-de-te-que-revolvio-al-castrismo/

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