Publicado el lunes, 09.01.14
ALEJANDRO ARMENGOL: Escasez y palabrería en Cuba
No hay colonia, talco y máquinas de afeitar en las tienas cubanas.
Tampoco hubo desodorante y papel sanitario durante los primeros meses
del año. Entre pretextos y cifras de escasez transita la realidad cubana.
Los anaqueles sin estos productos no se encuentran en los
establecimientos a los que acuden los cubanos a comprar con pesos. Son
"tiendas recaudadoras de divisas". Y quien brinda la información no es
un periodista independiente, ni alguien que pueda resultar sospechoso a
los ojos del régimen. La noticia aparece en Granma, el órgano oficial
del Partido Comunista.
Hay también un enigma: cómo se sostiene un gobierno y un país donde
faltan los más elementales productos de higiene personal.
Más allá de la represión imperante, la respuesta está en Miami, esa
fuente imperecedera de artículos para quienes viven en Cuba.
Vale la pena detenerse en ese ejercicio que con cierta frecuencia ha
comenzado a desarrollar la prensa oficial cubana: hablar a las claras de
un problema y al mismo tiempo ofrecer explicaciones inverosímiles.
"Según Geanny Bello Campo, director general de la Unión Suchel, el año
2013 fue muy complejo para la industria ligera, por la poca
disponibilidad de financiamiento para cumplir algunos renglones
concebidos en el último trimestre", señala Granma.
Aquí la palabra "complejo" tiene un uso encubridor. Lo que el
funcionario no se atreve a decir es que la producción se vino al suelo
porque no hay dinero (divisas) para comprar las materias primas
necesarias; sin contar con la baja productividad y eficiencia de las
fábricas, que ni se menciona pero se intuye.
"Teniendo en cuenta estos números, resulta difícil predecir alguna
recuperación para este semestre. No obstante, el plan del 2015 contempla
—a juicio de Bello Campo— incrementos significativos", agrega Granma.
Es decir, que el funcionario afirma que no hay, pero "habrá". Las
razones para el entusiasmo panglossiano quedan fueran del razonamiento
del diario cubano, pero es indudable que esa fe en el avance no tiene un
origen metafísico. Es simplemente aferrarse a una tabla de salvación
antes que le exijan la renuncia, para poner a otro que tampoco podrá
resolver nada.
Puede parecer monótona esta repetición de que en Cuba no hay. Cosa
sabida. Aunque es precisamente esa falta perenne la que justifica el
nombrarla: sin talco no hay país. Ni colonia tampoco.
Porque a los ojos de Miami, la cuestión es muy simple: en tiendas
conocidas como Flogar, el Bazar Inglés, La Época y otras similares uno
no encuentra ni champú, ni crema de afeitar ni un protector solar,
aunque se cuente con pesos convertibles (CUC) para comprarlos. Al cubano
solo le queda pensar en ¡Ño, qué barato!, El Dollarazo y Valsan en
Miami, y en el providencial pariente generoso que vive en el exilio.
Lo que evidencia el reportaje de Granma es que tanto el gobierno como
quienes viven en la isla están presos en una especie de Catch-22, en que
se da preferencia a la producción nacional porque no hay dinero para
importaciones, pero donde al mismo tiempo esta producción queda muy por
debajo de lo esencial, precisamente porque tampoco hay dinero para la
compra de los materiales imprescindible para… producir.
Por lo tanto, en lugar de soluciones, lo más que pueden brindar los
funcionarios es resignación y advertencia, porque las cosas podrían ser
aun peor.
En la tienda "La Popular, del Cerro, saltó a la vista la escasez de
productos de limpieza como desengrasantes, desincrustantes, salfumán y
lejías de cloro. Estos últimos, dijo el administrador Raúl Santiesteban,
no formaban parte de sus inventarios hacía alrededor de 3 meses. No
obstante reconoció la 'estabilidad' del jabón de lavar y tocador, el
detergente líquido, etc.", señala Granma.
Así que si usted necesita salfumán o lejía y no los encuentra, piense
que todavía puede bañarse y lavar la ropa.
Más allá de las justificaciones, hay un hecho que destaca Granma: el
"desabastecimiento de ciertos productos de aseo y limpieza
comercializados en la red de tiendas recaudadoras de divisas y los
mercados artesanales industriales (MAI) se ha convertido en un fenómeno
cíclico".
Pero un momento, ¿no enseñaba el marxismo que las crisis cíclicas eran
un fenómeno típico del capitalismo? Ahora resulta que el hecho de que un
producto falte y vuelva a faltar es también típico del "socialismo a la
cubana". Y en cierto sentido esa declaración podría entenderse no como
un mal sino como un alivio: no falta siempre, falta a veces.
Por supuesto que esta inestabilidad alimenta la especulación y el
mercado negro, pero de eso no habla Granma. En cualquier caso habría que
"agradecerle" al periódico que ya no se limite a mentir u omitir como
antes. Sólo que esa verdad a medias encierra también lo que en la
actualidad es la única esperanza del cubano. No importa si habrá o no en
el 2015. El año que viene, en Miami.
Source: ALEJANDRO ARMENGOL: Escasez y palabrería en Cuba - Columnas de
Opinión sobre Cuba - ElNuevoHerald.com -
http://www.elnuevoherald.com/2014/09/01/1831225/alejandro-armengol-escasez-y-palabreria.html
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