El genocida que cazaba torcazas
Jueves, Julio 18, 2013 | Por Odelín Alfonso Torna
LA HABANA, Cuba, julio, www.cubanet.org - El periodista oficial Luís
Hernández Serrano descubrió, hace seis años, que Fidel Castro usaba la
escopeta preferida del escritor norteamericano Ernest Hemingway en las
prácticas de tiro previas al asalto al Cuartel Moncada. Según Serrano,
un señor llamado Fernando Silvano Nuez Sánchez, le facilitaba a Fidel el
armamento sin que Hemingway lo supiese.
Cuenta Hernández Serrano que, en sus andanzas, Fidel Castro coincidió un
día, en el club de cazadores El Cerro, con el coronel Blanco Rico, de la
policía del dictador Fulgencio Batista. Rico le preguntó para qué estaba
haciendo prácticas de tiros, a lo que Fidel respondió: Estamos
practicando porque tenemos una cacería de torcazas.
Sin ninguna intención de satanizarlo -todo lo contrario-, el periodista
Luís Hernández dice que Fidel, con esa "fina ironía neutralizó a Blanco
Rico". Días después, el oriente de Cuba fue escenario de acciones
violentas, perpetradas por Castro y sus acólitos contra los cuarteles
Moncada y Carlos Manuel de Céspedes.
Otro de los tantos archiveros de la Revolución cubana, Mario Mencía,
afirma que la idea de Fidel Castro siempre fue insurreccional: "La
insurrección siempre implica al pueblo participando en hechos armados,
por eso es que prepara un contingente de civiles y los adiestra
militarmente".
Según el historiador Carlos Henrique Rodríguez Lora, el jefe de acción
en Bayamo, Raúl Martínez Arana, tenía orientado por Fidel Castro volar
los puentes con las dinamitas robadas de las minas de Charco Redondo, y
así tomar el cuartel Carlos Manuel de Céspedes, con ocho soldados que
dormían en la barraca. El también historiador bayamés Aldo Daniel
Naranjo, dijo que después del frustrado asalto al cuartel de Bayamo, el
revolucionario Ñico López disparó desde el busto de Tomás Estrada Palma
contra un jeep del ejército, dándole muerte a Gerónimo Alba, jefe de la
policía.
Durante más de cincuenta años, para los periodistas e historiadores
oficialistas, esta "cacería de torcazas" trasciende como un capítulo de
heroicidad, estigmatizando aquellos soldados inocentes que fueron
sorprendidos y asesinados por los seguidores de Fidel Castro.
Los testimonios sobre aquella masacre se repiten años tras años. En los
días previos al 60 aniversario del asalto al Cuartel Moncada,
historiadores y sobrevivientes dejan su impronta en una serie
televisada, al final de cada edición del Noticiero de la Televisión
Cubana. Uno de ellos, que combatió cerca de Fidel, Guillermo Elizalde,
dijo que "el Moncada fue correcto, no había otra cosa que hacer".
Antes de la insurrección del Moncada, hecho donde murieron 62 ciudadanos
de uno y otro bandos, no se puede hablar de Fidel Castro al frente de un
proyecto político y social convincente. Su mérito es haber mutado de
pandillero a "revolucionario".
Pero las generaciones venideras de periodistas e historiadores también
tendrán que enumerar los fusilamientos por "traición a la patria",
sedición o escarmiento. El tirano de "fina ironía" carga sobre sus
hombros, entre muchos otros crímenes, el de más de 70 mil muertos en el
estrecho de la Florida y 3 mil en misiones internacionalistas.
odelinalfonso@yahoo.com
Source: "El genocida que cazaba torcazas | Cubanet" -
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