Sindicatos, CTC
El muy democrático movimiento sindical cubano
Ya sabemos quién será "electo" en 2014
Eugenio Yáñez, Miami | 30/05/2013 10:04 am
Una de las maravillas de la centralización extrema en el totalitarismo
es la abolición de las sorpresas. A pesar del secretismo de la
información, podemos saber muchas cosas con simplemente observar algunos
detalles, si es que somos capaces de leer la prensa oficial, lo que no
resulta nada agradable.
Los idiotas de siempre hablan del respeto del régimen a la voluntad "del
pueblo", pero eso sólo vale para quienes pretendan hacerle el juego a la
dictadura o creerse todo lo que le digan, porque el simple uso de un
elemental coeficiente de inteligencia demuestra que si algo no le
interesa a la dictadura es "el pueblo", y que la mayor de las estafas se
resume en esa frase de Fidel Castro que decía: "el poder del pueblo, ese
sí es poder".
Un perfecto ejemplo de lo señalado en los párrafos anteriores es el
movimiento sindical cubano controlado por el partido comunista, que
quita y pone "líderes obreros" de acuerdo a la voluntad de la
gerontocracia en el poder, y lo que realmente puedan opinar los
trabajadores, muchas veces sindicalizados a la cañona, no cuenta para nada.
Días atrás supimos por la prensa oficial que el secretario general del
Partido Comunista de Cuba en la provincia de Artemisa, a propuesta del
Buró Político, había sido liberado de su cargo, reconociéndosele su
trabajo. Lo mismo sucedió con el de la provincia de Matanzas. Los
"expertos" de la prensa supuestamente especializada en el tema cubano,
de inmediato comenzaron a hablar de "destituciones", y a punto
estuvieron de proclamar el inicio de una nueva cacería de brujas: de eso
viven los "expertos" sin experiencia, claro está.
En pocos días llegaron las noticias que explicaban por qué fue que esos
dos secretarios provinciales del partido habían sido sacados de sus
funciones: el de Matanzas pasó a formar parte del Secretariado del
Partido Comunista, la máxima instancia de dirección del aparato
partidista. Quienes digan que la máxima instancia es el Buró Político
deben observar que hablo de máxima instancia de dirección partidista, no
de máxima instancia de dirección del país.
Y el otro supuestamente "destituido" secretario general del Partido
Comunista en Artemisa había sido designado "presidente de la comisión
organizadora" del XX Congreso de la CTC. Eso significa que ese señor,
Ulises Guilarte de Nacimiento, será el próximo Secretario General de la
Central de Trabajadores de Cuba, sin que tenga la más mínima importancia
o trascendencia lo que puedan considerar los más de cuatro millones de
trabajadores sindicalizados en Cuba.
¿Cómo se llevó a cabo este tan democrático proceso?
Meses atrás, la CTC, Central de Trabajadores de Cuba, "liberó" de sus
funciones al gris Salvador Valdés Mesa como Secretario General de la
CTC, por haber sido "electo" Vicepresidente del Consejo de Estado.
Teniendo en cuenta los resultados de su trabajo en la CTC, su
"popularidad" y su "carisma", es de creer que la designación de Valdés
como Vicepresidente del Consejo de Estado se basó esencialmente en que
es de la raza negra, y era imprescindible mejorar la imagen de
composición racial en los aparatos de dirección del régimen.
Era vital "promover" a Valdés Mesa antes de la reunión de chequeo del
órgano de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra, donde el gobierno de
Cuba debería someterse a examen, y el régimen quería anunciar en ese
cónclave que tenía un vicepresidente encargado de velar por los
problemas raciales en Cuba, por lo que el paso de Valdés Mesa desde la
CTC al Consejo de Estado se realizó a la carrera.
Como sustituta de Salvador Valdés quedó de momento Carmen Rosa López
Rodríguez, quien hasta entonces ocupaba el cargo de segunda secretaria
de la CTC y es miembro del Consejo de Estado. La propuesta fue aprobada
por unanimidad en el Consejo Nacional de la CTC. Evidentemente, ese
cargo le quedaba demasiado grande a la señora, teniendo en cuenta que su
mayor nivel de dirección anterior había sido el municipal, y su
experiencia en el Consejo de Estado se limitaba a levantar la mano
cuando se pedía que se aprobara algo, pero su designación era temporal,
hasta que el Partido tuviera tiempo de tirar los caracoles de la
"democracia sindical".
Llegado el momento, el Buró Político convocó un pleno del Partido en la
provincia de Artemisa, donde el Mediocre Mayor y segundo secretario del
Partido, el anciano José Ramón Machado Ventura, propuso la "liberación"
del secretario general provincial en Artemisa, Ulises Guilarte de
Nacimiento, quien debería asumir nuevas responsabilidades. Al mismo
tiempo, se "propuso" un nuevo secretario general del Partido provincial,
que hasta entonces ocupaba un cargo en el aparato nacional de esa
organización, y no tenía nada que ver con Artemisa. Ambas propuestas
fueron aprobadas por unanimidad.
Pocos días después, el Mediocre Mayor presidió un pleno del Consejo
Nacional de la CTC, en el que Salvador Valdés Mesa, ahora ya
Vicepresidente del Consejo de Estado, "propuso" al Consejo de la CTC que
Guilarte de Nacimiento ocupara el cargo de Presidente de la Comisión
Organizadora del XX Congreso, y que Carmen Rosa López Rodríguez fuera la
Vicepresidenta de esa comisión. Las propuestas fueron aprobadas por
unanimidad. La maniobra del partido significa que, menos que ocurra un
cataclismo mayor o una invasión de extra-terrestres, Guilarte será
"electo" en el congreso del 2014 como secretario general de la CTC, y
López como segunda secretaria.
Los dirigentes de la comisión organizadora quedaron encargados de
imponer a los trabajadores la discusión del Anteproyecto de Ley de
Código de Trabajo, cuyo cronograma se desfasó en parte por la ineptitud
de Salvador Valdés Mesa, y del documento base del Congreso, que dice lo
que desea el partido para el trabajo sindical.
Sin embargo, al menos en "popularidad" de los dirigentes se avanzó algo,
pues Valdés Mesa tenía menos aprobación que Ulises Guilarte: en las
"elecciones" de 2013, donde muchos candidatos recibieron más del 90 % de
los votos, el ahora Vicepresidente había logrado un 84,5 %, mientras el
flamante presidente de la comisión organizadora alcanzó un 85,5 %.
Sin lugar a dudas, en la Cuba de los Castro el carácter absolutamente
democrático del movimiento sindical es evidente.
http://www.cubaencuentro.com/cuba/articulos/el-muy-democratico-movimiento-sindical-cubano-284429
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