lunes, 3 de diciembre de 2012

Judy Gross encabeza vigilia frente a oficina de intereses de La Habana en Washington

Alan Gross, Relaciones Cuba-EEUU

Judy Gross encabeza vigilia frente a oficina de intereses de La Habana
en Washington

"Debemos hacer borrón y cuenta nueva. Lo que ha pasado o no entre los
gobiernos de Cuba y Estados Unidos debe quedar atrás", dijo la esposa
del subcontratista estadounidense preso en La Habana

Agencias, Washington DC | 03/12/2012 4:23 pm

La esposa de Alan Gross, Judith, encabezó la tarde del domingo una
vigilia junto a más de medio centenar de personas frente a la sección de
intereses de Cuba en Washington para pedir la liberación del
subcontratista estadounidense preso en La Habana desde hace tres años,
reportó la AFP.

Portando velas blancas y pancartas que decían "Liberen a Alan Gross",
las personas oraron por la excarcelación de Gross, quien cumple 15 años
de prisión por distribuir medios de comunicación satelital, lo cual
según las leyes cubanas es ilegal.

Judith Gross aseguró que la manera de lograr que su esposo vuelva a
Estados Unidos es que Washington y La Habana se sienten a dialogar
olvidando las recriminaciones mutuas del pasado.

"Debemos hacer borrón y cuenta nueva. Lo que ha pasado o no entre los
gobiernos de Cuba y Estados Unidos debe quedar atrás", dijo Judith.

Con la voz quebrada, leyó un correo electrónico que le envió la hija de
la pareja, Nina, momentos antes de la vigilia frente a la sección de
intereses cubanos, que se ubica a unas 20 cuadras al norte de la Casa
Blanca.

"Al presidente (Barack) Obama y al presidente (Raúl) Castro les digo:
necesito a mi papá conmigo", dijo Judith Gross al leer el correo de su hija.

Gross se encontraba en Cuba como subcontratista del gobierno
estadounidense, por eso Washington "tiene el deber de traer a Alan a
casa", agregó Judith, quien ha pedido a Obama enviar a un delegado de
alto nivel para negociar con La Habana la liberación de su esposo.

"No descansaremos hasta que se haga justicia y Alan Gross regrese", dijo
por su parte el legislador Chris Van Hollen, quien se comprometió a
trabajar con el gobierno de Obama para tratar de liberar al
subcontratista de 63 años, que ha perdido más de 45 kilos en prisión y
sufre enfermedades crónicas.

"Liberen a Gross, liberen a Gross", corearon las personas, antes de orar
y entonar canciones frente a la sección de intereses.

El gobierno de Obama insiste en que La Habana debe liberar
inmediatamente y sin condiciones a Gross, caso que admite es el
principal obstáculo en un acercamiento con el gobierno de la Isla, con
el cual no tiene relaciones diplomáticas desde hace medio siglo.

Cansada de no ser escuchada de un lado y otro, Judith presentó junto a
su marido Alan una demanda contra su gobierno, cifrada provisionalmente
en sesenta millones de dólares.

"Mi prioridad es que Alan cruce la puerta de casa. Eso es lo más
importante", explicó en entrevista vía telefónica. Pero 36 meses después
de la detención de su marido, que acabó condenado a 15 años de cárcel,
"sentimos que necesitamos hallar algún tipo de compensación", explicó.

"Le pedimos al presidente (Barack) Obama, ahora que han pasado las
elecciones, que se involucre en esto", añadió.

Ni el gobierno estadounidense ni el cubano han reaccionado públicamente
a la demanda de los Gross, ni tampoco ante los abogados, dice Judith.

"Es algo que toma tiempo", reconoce.

Hace meses que Judith Gross no habla con la secretaria de Estado,
Hillary Clinton, quien ha exigido numerosas veces públicamente la
liberación de Alan.

Visitó a su esposo, de 63 años, por última vez en septiembre pasado. El
trato con ella siempre fue correcto, pero hermético.

Judith Gross no sabe qué contestar sobre si su demanda juega en favor
del régimen de Raúl Castro.

"No sé qué es lo que piensan los cubanos, lo he estado intentando
averiguar desde hace tres años", explica.

"Estoy muy enojada con Cuba por detenerlo y por mandarlo a la cárcel. Se
trata de darle una lección a Estados Unidos", subrayó.

"Debemos hacer borrón y cuenta nueva. Lo que ha pasado o no entre los
gobiernos de Cuba y Estados Unidos debe quedar atrás", dijo Judith al
pedir diálogo entre Washington y La Habana durante la vigilia de este
domingo, cuando decenas de personas portaron velas blancas y pancartas
que decían "Liberen a Alan Gross".

Gross empezó a viajar a La Habana en marzo de 2009 y su esposa asegura
que en el último viaje antes de la detención, el 3 de diciembre de ese
año, ya había planteado abiertamente a su contratista, Development
Alternatives (DAI), que tenía la impresión que lo estaban siguiendo en
la Isla.

El gobierno, y en concreto la agencia de ayuda exterior estadounidense
USAID, "debían tener alguna idea (del peligro) y fueron totalmente
negligentes", explica.

Pero Alan Gross era un especialista en ayuda a países subdesarrollados,
con misiones en una cincuentena de países, reconoce su esposa.

Alan aceptó inmediatamente la misión, contratada por la agencia USAID,
en cuanto supo que se trataba de ayudar con material informático a
grupos judíos en la Isla.

"No es un hombre naif", insiste Judith, sino un entusiasta de la causa
judía en todo el mundo.

Gross había viajado antes a Cuba como turista. "Pensábamos ir algún día
juntos", asegura Judith.

http://www.cubaencuentro.com/cuba/noticias/judy-gross-encabeza-vigilia-frente-a-oficina-de-intereses-de-la-habana-en-washington-281958

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