miércoles, 19 de diciembre de 2012

Dónde estás que no te veo

Dónde estás que no te veo
[19-12-2012]
Aimée Cabrera
Corresponsal de Misceláneas de Cuba

(www.miscelaneasdecuba.net).- La desorganización, el cambio de datos
hechos de forma manual por el digital, la irresponsabilidad de
dirigentes administrativos, la corrupción en los departamentos de
personal y en fin, "el acabose" han traído otro momento de maltrato
laboral: la pérdida de los expedientes laborales.

Así, quienes han dado más de la mitad de sus vidas o buena parte de
ellas al desarrollo de un país, que cada vez está más sumido en la
miseria para el pueblo, y ya están cansados de ser explotados y deciden
comenzar sus trámites para jubilarse, se encuentran con que sus
expedientes no aparecen, o desaparecieron las constancias de que
laboraron en un centro por un período determinado de tiempo.

"Es lo más desagradable que me ha pasado después de casi 40 años de
trabajo. Imagínate yo trabajé en distintos lugares pero ahora tengo que
buscarme testigos, cuando tengo hasta fotos de actividades en ese
centro; dónde encontrar los testigos, la mayoría se jubiló, se murió o
se fue del país, me siento como si me hubieran dado latigazos, trabajé
por gusto, peor que una esclava, porque la esclava sabía su condición"-
opina a punto de llorar por la impotencia una trabajadora intachable que
tendrá que seguir trabajando para recuperar ese tiempo, ahora desaparecido.

Otros corren peor suerte como un trabajador que después de casi un
decenio en una empresa decide trasladarse y cuando va a personal le
dicen así como lo más normal que no aparece el expediente. "¿Cómo que no
aparece', y qué culpa tengo yo de eso, no hay sindicato, ni lugar donde
me puedan ayudar, estoy solo, me siento maltratado, nunca me
consideraron, de qué sirve que vayas a trabajar todos los días y cumplas
con lo establecido, para qué cotizar el sindicato, hacer una guardia
obrera, ir a la Plaza el 1ro de Mayo, ahora entiendo por qué se va tanta
gente de este infierno"- resume un obrero afectado.

Los casos similares a estos son cientos de miles en toda Cuba. Mientras
tanto, los responsables de que esto ocurra se quitan y ponen máscaras de
doble y triple moral, dando vivas a la Revolución y chantajeando más que
exigiendo a sus trabajadores. Trabajar de manera estatal se convierte en
un castigo macabro cuando llega el momento de trasladarse o de acogerse
al derecho del descanso en la vejez.

La Revolución que criticó las lacras republicanas calla estos hechos que
no son analizados a los niveles correspondientes, dándosele prioridad a
cuestiones de índole política, para los funcionarios estatales y
dirigentes políticos, el trabajador es alguien más que hay que manipular
hasta la médula, y si no le gusta, que se vaya.

http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=38031

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