martes, 18 de diciembre de 2012

La corrupta aldea del cacique Leal

La corrupta aldea del cacique Leal
Martes, 18 de Diciembre de 2012 02:43
Escrito por Osmar Laffita

Cuba actualidad, Capdevila, La Habana, (PD) Llama la atención que en el
mes de octubre, cuando la Contraloría General de la Republica aplicaba
la comprobación del control interno a más de 200 empresas en todo el
país, estallara el escándalo de corrupción en la empresa Habaguanex, que
fue precedido por hechos de similar naturaleza ocurridos en la Empresa
Puerto Carenas.

Ambas empresas están subordinadas a la Oficina del Historiador de la
Ciudad dirigida por Eusebio Leal Spengler.

La fiscalización de la Contraloría General de la República culminó el 30
de noviembre y a mes y medio de que estallara el escándalo en la aldea
del cacique Leal, las autoridades mantienen un sepulcral silencio sobre
estos hechos.

A la prensa oficial le tienen prohibido referirse a hechos de corrupción
en que estén implicados funcionarios del gobierno. Tal silencio es lo
que ha propiciado que lo sucedido en Habaguanex sea tema obligado de
conversación entre los moradores de los diferentes barrios de la capital
en cualquier lugar que se encuentren.

Estos rumores, al no haber información oficial, se condimentan con las
más insólitas versiones. Pero lo que no se puede calificar como infundio
es que directivos, gerentes, especialistas y trabajadores de las
empresas Puerto Carena y Habaguanex han sido separados de sus cargos y
remitidos a sus casas porque se les acusa de graves hechos cometidos por
ellos, tales como desvío de recursos y enriquecimiento ilícito.

La primera réplica del fuerte terremoto provocado por hechos de
corrupción que sacudió la aldea del cacique Leal se registro en la
"Maltera" ubicada en la Plaza Vieja, en la que gerentes y trabajadores
están presos o han sido sacados del establecimiento.

La otra réplica se localizó en el "Planetarium". El gerente y varios
empleados, al ver que el poco dinero recaudado por las entradas de las
funciones diarias no reportaban la ganancia extra a la que creían tenían
derecho, tan pronto cerraban, convertían en una discoteca los salones de
la institución. Tal actividad ilegal les propició grandes ganancias de
dinero que se distribuían entre los implicados. Recientemente, varios
fueron expulsados del centro y los responsables directos están presos.

Otra onda destructiva se localizo en la cervecera "La Factoría", aledaña
a la Maltera de la Plaza Vieja. Su gerente, nombrado Raúl, en su
desmedido afán de enriquecerse, gracias a los descontroles y el exceso
de confianza bien recompensado con abultados fajos de dinero, en la
práctica actuaba como el verdadero dueño del establecimiento que dirigía.

Sus actividades ilegales llegaron al extremo de extremo de cultivar y
comercializar mariguana, traficar con divisas y compra y venta de
mariscos. Con las ganancias mal habidas se construyo una casa de tres
plantas, con piscina, y tenía cuatro automóviles.

El descontrol reinante, asociado con la compra del silencio a
funcionarios venales que se generalizo en la Empresa Habaguanex, fue lo
que aprovecharon para beneficio propio un significativo número de
gerentes, funcionarios y empleados sin escrúpulos. En estos momentos
están separados de sus cargos, enviados para sus casas en espera de que
terminen las investigaciones.

Accionaban como vulgares delincuentes, como verdaderas mafias. Sus
tropelías se mantenían en secreto, eran conocidas solo por un estrecho
círculo que les posibilito apropiarse de manera escandalosa de millones
de dólares.

Por estas acciones delictivas, una de las primeras cabezas en caer fue
la de Manolito, el segundo al mando de la empresa Habaguanex, que en
estos momentos está preso en espera de juicio.

Como era de esperarse, las ondas expansivas de este terremoto causaron
grandes rajaduras en la empresa Habaguanex. Esto precipitó la
sustitución de su directora, la anciana Mersi Weiss. Ella, junto al hoy
defenestrado Milián, que fungió por más de 20 años como director de la
Empresa Constructora Puerto Carenas, por la lealtad demostrada, se
ganaron la confianza y el derecho de ser de los pocos elegidos que
formaron parte del exclusivo séquito que rodea al cacique del Casco
Histórico de la Habana Vieja, Eusebio Leal.

La señora Weiss, quizás por su avanzada edad, por el momento ha tenido
mejor suerte que Milián, quien hace más de tres meses permanece recluido
en espera de juicio en el Centro de Detención del Ministerio del
Interior de 100 y Aldabó. La ex directora de Habaguanex esta en su casa,
bajo las estrictas normas del famoso "Plan Pijama", en espera de que las
autoridades competentes decidan cual será su destino definitivo.

En el tiempo que dirigió la empresa, la señora Weiss cobró fama por su
despotismo, autosuficiencia, el maltrato a sus subalternos, al extremo
que cuando visitaba los establecimientos, muchos de su empleados
temblaban al verla, lo que llevó a que dentro de la aldea del cacique
Leal la llamaran "Doña Bárbara"´

El gobierno tomó la decisión de que transitoriamente la presidencia de
Habaguanex la asumiera el que fungía como gerente de la expresa de taxis
y renta de autos Fénix, perteneciente a la Oficina del Historiador de la
Ciudad. Como vicepresidenta designaron a una funcionaria que estaba
responsabilizada con los recursos humanos en el Ministerio de Trabajo y
Seguridad Social.

Para Cuba actualidad: ramsetgandi@yahoo.com

http://primaveradigital.org/primavera/component/content/article/117-politica/6043-la-corrupta-aldea-del-cacique-leal.html

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