lunes, 10 de septiembre de 2012

Washington y el dilema de Alan Gross

Washington y el dilema de Alan Gross

A pesar de que el gobierno cubano mantiene injustamente preso al
estadounidense Alan Gross, en vez de presionar a La Habana, EE.UU. sigue
suavizando su política con la isla, destaca el Wall Street Journal.
martinoticias.com
septiembre 10, 2012

A pesar de que Estados Unidos ha pedido varias veces a La Habana la
"liberación inmediata" del contratista civil estadounidense Alan Gross,
las autoridades cubanas no se han sentido presionadas porque Washington
ha seguido "suavizando" sus sanciones a Cuba, dice el diario The Wall
Street Journal.

Un artículo del periódico señala que meses antes de que Gross fuera
arrestado en diciembre de 2009 y condenado a 15 años de prisión por
tratar de ayudar a la comunidad judía cubana a conectarse a Internet, el
gobierno estadounidense eliminó restricciones a los viajes a Cuba como
parte de una "nueva política".

Lo que resulta incomprensible, apunta, es que después de eso, Washington
haya seguido dando pasos en esa misma dirección. "Inicialmente –dice-
usó mecanismos diplomáticos para tratar de negociar la libertad de
Gross, incluida una visita de alto nivel a La Habana en enero de 2011
de la entonces vicesecretaria de Estado adjunta para el Hemisferio
Occidental, Roberta Jacobson".

Tras subrayar que "nada sucedió", el Journal apunta que el sentido común
sugería que a este punto el gobierno del presidente Barack Obama debía
haber "endurecido su postura dejando claro que habría repercusiones si
Gross no era puesto en libertad. Pero en lugar de eso, a la semana
siguiente dio inicio a una nueva ronda de relajamiento de sanciones".

Esta vez, añade, las concesiones a La Habana, no tenían nada que ver con
el anticipado objetivo humanitario de permitir a los cubanoamericanos
visitar y ayudar a sus familiares. En su lugar, "Washington accedió a
establecer viajes frívolos bajo el lema de alentar visitas pueblo-pueblo".

Pero en virtud de este programa, turistas estadounidenses, acompañados
de guías del gobierno cubano, visitan ministerios, fábricas de cigarros
confiscadas, participan en festivales de arte censurados y en otros
eventos "pulidos por la maquinaria de propaganda de los Castro. De
noche, mojitos y bailes de salsa, incluidos", subraya.

Luego siguió el mensaje de Washington de que "todo está bien", dice, al
concederle visa a la hija del "dictador cubano Raúl Castro, Mariela,
para que diera una gira promocional por Estados Unidos".

Se explica, precisa, por qué la familia de Gross lleva a cabo ahora
protestas semanales frente a la Sección de Intereses de Cuba en
Washington, y dos senadores que históricamente alentaron relaciones de
negocio con el régimen de Castro, el demócrata Dick Durbin, y el
republicano Jerry Moran, dijeron en junio que suspendían tales gestiones.

En julio, EE.UU. pospuso por tiempo indefinido sus conversaciones
anuales sobre migración con la isla, agrega, pero el Departamento de
Comercio está permitiendo embarques de comida, otros artículos
humanitarios, y también televisores con pantallas de 32 pulgadas
directamente a Cuba desde el puerto de Miami.

"Una cosa es perfectamente clara –concluye--: más que demandas retóricas
de que debe ser ´inmediatamente liberado´, Alan Gross necesita un apoyo
más fuerte y exigente".

http://www.martinoticias.com/content/eeuu_cuba_gross/14507.html

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