Los amuletos de Isaura
Jueves, Mayo 24, 2012 | Por Gladys Linares
LA HABANA, Cuba, mayo, www.cubanet.org -Isaura es una de las tantas
cuentapropistas que pregonan su mercancía por las calles, y lo hace con
mucha gracia, nadie como ella para vender amuletos.
Viene desde un pueblecito en Matanzas próximo a la Ocho Vías, donde
recolecta semillas, caracoles y otros materiales con los que ella y su
esposo confeccionan los resguardos.
Dice que hay vistas que tumban cocos, y para contrarrestarlas vende
"patas de conejo". También lleva "ojos de buey" con un número trece
grabado en ellos, para la buena suerte. A una joven que al pasar se
queda mirando le muestra una semilla y un pequeño caracol y le dice:
"Los puedes llevar en tu cartera para atraer dinero. Estos son los que
más vendo, y son baraticos: a peso cada uno." Luego, un hombre le compra
un pañuelo rojo, dice que porque es hijo de Changó.
Cuando los rebeldes bajaron de las lomas, venían cargados de amuletos:
rosarios, crucifijos, collares de santajuana, escapularios. No se
imaginaban los "barbudos" que pronto estos serían tácitamente prohibidos
por el mismo gobierno que ahora ayudaban a tomar el poder, y que quienes
los usaran serían acusados de "diversionismo" o debilidad ideológicos y
otros insultos por el estilo.
Muchos jóvenes que se negaron a dejar de usarlos fueron perseguidos y
encarcelados. Mostrar cualquier indicio de religión o superstición podía
acarrear la pérdida del empleo, o de los estudios.
Jorge Luis fue mi alumno en la escuela primaria. Soñaba con ser
basquetbolista. Se esforzó mucho para entrar en la EIDE, pero cuando
fueron al CDR a hacer la "verificación", salió a relucir que la abuela
tenía una herradura colgada detrás de la puerta, y por eso lo
"plancharon", porque había que ser ateo. Así la extremista presidenta
del Comité acabó con las aspiraciones de Jorge Luis.
Pero a pesar del riesgo y las prohibiciones, muchos seguían usando
amuletos, crucifijos o medallas con imágenes de vírgenes y santos, a
escondidas, en sus casas o entre sus ropas. Las madres, para proteger
del mal de ojo a sus bebés, prendían entre los pañales o en la cuna los
azabaches o los ojitos de Santa Lucía.
Hoy, entre los amuletos más usados están los crucifijos, las semillas en
las carteras, las piedras del cobre, etc. Gran cantidad de cubanos se
atreve a usarlos en público y proclamar sus creencias religiosas y
supersticiones. Un miedo más que nos quitamos. Lástima que vayamos tan
poco a poco y nos queden tantos miedos por vencer.
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jueves, 24 de mayo de 2012
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