El cardenal y mi salida de Cuba
Hoy más que nunca toma vigencia entender, al revés, lo que expresa el
cardenal Jaime Ortega y Alamino.
Normando Hernández González, especial para matinoticias.
mayo 01, 2012
En enero de 2011, publiqué en diariodecuba.com un comentario titulado
¿Cómo entender al Cardenal? En el mismo analizaba como el máximo
representante de la iglesia católica cubana cogía el Pulpito de la
iglesia para servir de vocero del gobierno totalitario imperante en
Cuba, para promocionar las supuestas reformas que habían emprendido los
hermanos Castro. Asimismo el cardenal responsabilizaba al pueblo si las
"reformas" fracasaban.
En el artículo de marras recomendaba, para poder entender al cardenal,
un juego infantil que me enseñó mi hijita; llamado "El mundo al revés".
El juego consiste en interpretar de forma contraria todo lo que decimos.
Hoy más que nunca toma vigencia entender, al revés, lo que expresa el
cardenal Jaime Ortega y Alamino.
Decir en el foro Iglesia y Comunidad: un diálogo sobre el rol de la
Iglesia Católica en Cuba, auspiciado por el Centro de Estudios
Latinoamericanos David Rockefeller, de la Universidad Harvard, en
Cambridge, Massachusetts, que el grupo de los 13 opositores,
pertenecientes al Partido Republicano de Cuba (PRC), que tomaron la
Basílica Menor de la Iglesia de Nuestra Señora de la Caridad, en Centro
Habana, el 13 de marzo "no fueron sacados a la fuerza", además de ser
una ofensa a la inteligencia humana ya que solo la palabra desalojo
lleva implícita en sí la violencia; hay que interpretarlo de forma
contraria y creer lo que aseguró, Emilio Torres Pérez, uno de los
ocupantes: "Fuimos sacados brutalmente del templo".
Por otro lado utilizar la terminología de los liberticidas que mandan en
Cuba y expresar que todos los ocupantes pacíficos de la iglesia "eran
antiguos delincuentes" tenemos que interpretarlo como los héroes de hoy
que serán mártires mañana si nos guiamos por el cardenal Ortega. Decir:
"había toda una gente allí sin nivel cultural" hay que dilucidar que los
ocupantes son expertos en lucha de La acción noviolenta, discípulos de
las enseñanzas de Martin Luther King Jr., Mahatma Gandhi, Gene Sharp.
Asimismo asegurar: "algunos con trastornos sicológicos" tenemos que
definirlo como que son unas de las personas más cuerdas que existen hoy
dentro de Cuba. Además, las palabras del cardenal dirigidas a estos
cubanos son una falta de respeto a la dignidad humana y sus criterios
completamente contrarios a la doctrina de Nuestro Señor Jesucristo que,
en sus últimos momentos de su paso por la tierra, colgado en la Cruz
llegó a encontrar bueno a uno de los dos delincuentes entre los que
estaba crucificado.
Pero la cobardía del cardenal Ortega no tiene límites. Revelar una
supuesta conversación que sostuvo con el Obispo Agustín Román, que no
puede defenderse porque recientemente falleció, es de muy baja catadura
moral. Afirma el Sr. Ortega: "Román, me llamó aparte y me dijo: 'En tus
discursos, en tus homilías, tú hablas de reconciliación. No menciones
esa palabra en Miami'", recordó Ortega. "Me costó quitarla pero él
conocía mejor el terreno que yo. Pero es terrible que un obispo, que
nosotros tengamos que callar esa palabra que es nuestra, que es propia
del cristianismo". Ahora habría que preguntarle al cardenal si
reconciliación para él significa solidarizarse con el victimario y darle
la espalda a la víctima. Si reconciliación es despreciar a "antiguos
delincuentes" denigrar a las personas "sin nivel cultural" o darle la
espalda a los que tienen "trastornos psicológicos". Quizás
reconciliación para el cardenal es alinearse, ser cómplice y vocero de
los que tienen, no solo las manos, sino hasta las entrañas manchadas de
sangre en Cuba.
Sobre nuestro destierro el cardenal afirmó que las Damas de Blanco
estuvieron de acuerdo con el exilio forzado. ¡Ya sabemos como entender
las afirmaciones del cardenal!
En mi caso muy particular cuando el cardenal me llamó a la prisión para
informarme que sería puesto en libertad si aceptaba ser trasladado a
España junto a mi familia le dije que sí y le di las gracias por su
gestión. No me dejaron despedirme de mi padre, hermana y sobrinos. Me
encontré en el aeropuerto con mi esposa e hija y en nuestro pasaporte
estamparon SALIDA DEFINITIVA. Ahora no me arrepiento del paso que di,
pero sí en haber confiado en un cardenal vocero del totalitarismo cubano.
Normando Hernández fue uno de los periodistas independientes detenidos
durante la Primavera Negra del 2003 en Cuba. Fue condenado a 25 años de
cárcel. El 13 de julio del 2010 salió para Madrid por la mediación de la
Iglesia Católica. Reside en Washington D.C.
http://www.martinoticias.com/content/cardenal_ortega_alamino_normando_hernandez_/10810.html
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