Publicado el 07-14-2010
¿Qué pasará con los presos que se quedan en Cuba?
Preguntan sus familiares
Por Carlos Batista
Agencia AFP
LA HABANA.-- Los presos políticos cubanos que descartaron emigrar a
España, de 52 que el Gobierno de Cuba decidió liberar, desconocen las
condiciones de su excarcelación y de su vida futura en la isla, lo que
aumenta la angustia de sus familiares.
Alejandrina García, esposa de Diosdado González, condenado a 20 años,
dijo a la AFP que su esposo permanecerá en Cuba "luchando por los
derechos humanos y corriendo el riesgo de ser encarcelado otra vez por
sus actividades".
Según la Iglesia Católica, hasta ahora 20 de esos 52 aceptaron viajar a
España, país que anuncio su disposición de acogerlos a todos con sus
familiares, pero entre los 32 restantes algunos tienen dudas y cerca de
una veintena ha dicho a sus familiares que no emigrarán.
Muchos familiares tratan de estimular la salida migratoria, tanto para
reponer la salud de los excarcelados, como para tratar de eliminar la
angustia acumulada en siete años por la separación, en las difíciles
condiciones económicas que vive la isla.
"Estamos cautelosos al igual que los otros que como nosotros hemos
decidido quedarnos, pues no sabemos como será la cosa, como funcionará",
dijo a la AFP Elsa Morejón, esposa del médico Oscar Elías Biscet,
condenado a 25 años.
Los excarcelados ahora, tras el inédito diálogo entre el presidente Raúl
Castro y el cardenal Jaime Ortega, apoyado por España, son el resto que
quedaba en prisión de los 75 disidentes condenados en 2003 a penas de
seis a 28 años.
De ellos, 22 fueron excarcelados entre 2004 y 2010 bajo licencia
extrapenal por motivos de salud, y uno por cumplimiento de condena, el
de seis años.
Uno de ellos, el economista Oscar Espinosa Chepe, dijo a la AFP que en
su carta de liberación se advierte la posibilidad de regreso a prisión,
y que las oportunidades laborales que le ofrecieron -construcción y
agricultura- las rechazó debido a sus 69 años.
"La licencia extrapenal es un limbo", dijo Martha Beatriz Roque, la
única mujer del grupo de los 75, pues como Chepe carece de derecho a
salir del país o moverse a otras provincias, y votar en elecciones,
aunque como el resto los ciudadanos tiene asistencia médica gratuita y
alimentos subsidiados.
Ambos, como también Héctor Palacios, retornaron a la actividad política
opositora, y los tres denuncian vigilancia y control de las autoridades.
De los 52 presos, según fuentes de la disidencia, la mitad presenta
problemas de salud, por lo que al resto las autoridades deben aplicarle
otros motivos para excarcelarlos.
El Gobierno cubano considera a los disidentes como "mercenarios" al
servicio de Estados Unidos y la reinserción social de los excarcelados
resulta difícil, tanto por los que los rechazan, como por aquellos que
no quieren verse implicados con ellos.
La mayoría no tiene vínculos laborales con el Estado, propietario de
casi toda la economía nacional, y viven de ayudas familiares o de otros
disidentes, elemento blandido por autoridades para afirmar que son
"asalariados" de Washington.
La excarcelación masiva anterior, en 1998 tras la visita del Papa Juan
Pablo II, se realizó mediante un indulto presidencial, que benefició a
unos 300 reos, la tercera parte de ellos políticos, los cuales buscaron
un lugar en la sociedad o emigraron.
"Biscet sólo conoce que será liberado por el comunicado del Arzobispado
que publicó (el diario oficial) Granma, pero nadie le ha dicho nada",
agregó Morejón.
Los primeros siete en emigrar con sus familiares, manifestaron su
preocupación en un comunicado a su llegada a Madrid: "tenemos la
esperanza de que los que quedan en Cuba gocen de la misma libertad que
nosotros".
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