Para disidente cubano "España recibirá a veinte hombres que vienen del
infierno"
Darsi Ferrer fue considerado un Preso de Conciencia por Amnistía
Internacional (Efe)
05:37 PM "En este momento le estoy dando de comer a mi niño, perdóneme
si interrumpo…" se excusa Darsi Ferrer, médico y periodista opositor
cubano, ex carcelado el 22 de junio de 2010 luego de casi un año de
condena bajo los cargos de agresión y compra ilícita de material de
construcción. "Pero la verdadera razón de mi presidio --se defiende—fue
ser un opositor confeso a la revolución de los hermanos Castro".
Ferrer tiene la voz trémula, ni siquiera el celular de donde habla, en
su casa de La Habana, le pertenece: "Hoy estoy arruinado, no tengo nada,
estoy enfermo, deprimido, sin hacer nada desde que me liberaron, mi
consuelo mayor es que tengo que seguir luchando por la libertad de once
millones de cubanos que estamos presos en esta Isla bajo un régimen que
nos oprime".
El médico, de 40 años, estuvo en la prisión de Valle Grande, oeste de La
Habana, tras ser detenido el 21 de julio de 2009 acusado de comprar
ilegalmente materiales de construcción -cuya comercialización en el
mercado negro es sancionada-, y de atentar contra un vecino que apoyó la
denuncia.
En medio de las liberaciones anunciadas por el gobierno cubano por
mediación de la Iglesia católica y el gobierno español, en donde una
veintena de presos políticos serán traslados a Madrid, Ferrer asegura
que lo que España recibirá "será a veinte enfermos. A veinte hombres con
traumas que vienen del infierno, a familias destruidas que espero puedan
recomponer sus vida porque las cárceles cubanas fueron diseñadas para
demoler la dignidad humana".
Los recuerdos de presidio siguen atormentado a Ferrer con ímpetu, al
grado de confesar, --que como un columpio-- van y vienen los recuerdos a
todo momento: "Estoy con mis hijos y me voy hasta la cárcel. Estoy
caminando y regreso de nuevo, me lavo la cara y estoy allí, oigo gritos,
siento olores… es espantoso porque las cárceles cubanas son almacenes de
seres humanos".
Ferrer estuvo encerrado en un corredor rectangular, sin privacidad, sin
decoro de la esencia humana.: "Yo estuve en un cuarto de 35 metros de
largo por cinco de ancho. Allí estábamos hacinados cerca de 120 a 150
hombres. Durmiendo en literas de tres pisos, otros desafortunados,
tirados en el suelo, sin ningún tipo de asepsia. Con un calor que nos
ahogaba, eso es lo que escucharán los españoles y espero que el mundo de
todos lo que saldrán el libertad".
Sin luz en el túnel
El testimonio de este opositor luce como una fiel descripción de una
película sobre la era de los Nazi. Campos de concentración en donde
miles de judíos fueron torturados y asesinados en la Segunda Guerra
Mundial. Las escenas de su relato bien podrían ambientarse para una
producción cinematográfica que muchos no deberían dejar de ver.
"En mi pasillo habían tres letrinas para más de cien personas en donde
la fetidez era aterradora. Tres pilas de agua para beber, a las cuales
les cortaban el suministro por varias horas. Te puedes morir de sed, al
menos que algún preso guarde agua, pero eso significaría pelearse, y es
mejor evitarlo", evoca Ferrer, pasando las hojas de la agenda de traumas
en los que se han convertido sus recuerdos.
Tras ser liberado en junio, los doctores que lo atendieron no
diagnosticaron ningún cuadro crónico de su salud, pero hoy se pregunta
el opositor: "¿quién va a borrar de mi mente todo estos sufrimientos? Ni
el mejor médico del mundo puede lograrlo. Yo soy médico, y sé que esto
será eterno", se lamenta.
"Era horrible ver como los celadores se prestan para hacernos sufrir.
Había dos duchas para 120 hombres, nos cortaban el agua. Trafican las
cosas que nos dejan los familiares e incluso son para las prisiones para
así ganar dinero, esos son los hombres que sirven a la revolución".
¿Y la comida? "Hay poca cantidad de alimentos, y más para tanta gente.
En Valle Grande, donde estuve recluido nos daban como almuerzo un plato
de arroz; un pedazo de pollo cada quince días, una sopa, que apenas era
agua con algunos fideos o chícharos (guisantes) o conchas de tomate. No
había nada con condimentos. Los huevos eran cuatro por mes, no hay casi
proteínas".
La detención de Ferrer en 2009 dio la vuelta al mundo, pero fue el
Parlamento Europeo la institución que se pronunció con fuerza rechazando
la política de La Habana contra la disidencia. Para él uno de los
mayores problemas en las prisiones de la isla es el retardo procesal:
"Hay presos que llevan tres años tras las rejas y no han sido enjuiciados".
"El mayor problema de estas cárceles, y espero que mis compañeros de
lucha lo denuncien", dice el opositor, "es el grado de tortura a la que
mucha gente está siendo sometida. En cuartos de dos por dos punto cinco
mentros encierran a cuatro hombres de pie por hasta nueve horas para
hacerles hablar. Además que no hay distinciones entre presos. Yo conviví
con cancerosos, minusválidos, -- va alzando la voz-- hipertensos,
torturados, parasitosos, ciegos, enfermos terminales…" A Ferrer se le
escucha la respiración arenosa y en ese instante se detiene.
Apoyo a sus compañeros
Considerado prisionero de conciencia por Amnistía Internacional (AI), el
opositor ha defendido la decisión de sus "compañeros de lucha" de
abandonar Cuba en las próximas horas rumbo a Madrid. Cree que en la
precaria situación en la que quedarán "no hay para más…rehacer sus vidas
será muy difícil", comenta. "Lo que si espero es que los dejen regresar
en algún momento, que no les embarguen sus propiedad como hacen con
cualquiera que se va, y desde allá luchen por los de aquí".
"¿Recuerda que le dije que estaba dándole de comer a mi hijo?" pregunta
con la palabra quebrada. Toma un respiro y acaba: "Le estoy dando arroz
y huevo hervido porque no tenemos nada más que comer; menos para
vestirme y vestirlo. Él es inocente de todo lo que pasa, pero voy a
seguir con mi lucha hasta el final".
El disidente tiene dos hijos y ha sido detenido varias veces por
diferentes causas, entre ellas organizar marchas silenciosas en un
parque de La Habana cada 10 de diciembre, Día de los Derechos Humanos.
El número de presos políticos cubanos se redujo un 17 % en los últimos
seis meses. En la actualidad, 167 personas cumplen condenas en cárceles
cubanas por motivos políticos, 34 menos que a finales de 2009, según el
último informe de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y
Reconciliación Nacional (CCDHRN), que preside Elizardo Sánchez.
El Gobierno de Raúl Castro se ha comprometido a liberar gradualmente a
52 presos políticos en un plazo máximo de cuatro meses.
Se trata de los disidentes del grupo de los 75 --opositores condenados a
penas de hasta 28 años de prisión en la ola represiva de la Primavera
Negra de 2003--que todavía quedaban en la cárcel.
Twitter: @Franchuterias
Frlopez@eluniversal.com
http://internacional.eluniversal.com/2010/07/12/int_ava_para-disidente-cuban_12A4172453.shtml
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