La excarcelación divide a la disidencia
Los opositores discrepan entre los que ven la liberación como una
"deportación" y quienes consideran que abre una "oportunidad" para el
cambio en la isla
MAURICIO VICENT - La Habana - 14/07/2010
La salida hacia España de los primeros presos de conciencia excarcelados
por el Gobierno de Raúl Castro ha sido recibida por la disidencia con
regocijo, pero también con escepticismo y división de opiniones sobre el
alcance de la medida. Anoche, otros dos prisioneros acompañados por una
quincena de familiares partieron hacia Madrid, con lo que ya son nueve
los excarcelados. Según la Iglesia, en los próximos días podrían salir
otros 11, pero todavía hay numerosos interrogantes: ¿Qué pasará con los
que no quieren abandonar la isla? ¿Qué ocurrirá con el resto de los
presos políticos (más de un centenar, según organizaciones opositoras)?
Y la cuestión más relevante: ¿El indulto abre una nueva etapa, o se
trata de una operación para ganar tiempo, como creen algunos?
- El esposo de la líder de las Damas de Blanco no quiere abandonar la isla
- "Es una liberación de rehenes secuestrados", dice Oswaldo Payá
La disidencia está desconcertada y dividida sobre estos temas. Algunas
voces, como las de los ex presos del Grupo del los 75 Óscar Espinosa
Chepe y Héctor Palacios, o el opositor moderado Manuel Cuesta Morúa,
dicen que se abre una "oportunidad" para Cuba y que sería irresponsable
desaprovecharla. Piden por ello a EE UU y la Unión Europea mover ficha
para alentar nuevos pasos del régimen. Los más escépticos, como el
democristiano Oswaldo Payá o el activista de los derechos humanos
Elizardo Sánchez, afirman que las excarcelaciones son en realidad
"deportaciones" y que se trata solo de una "maniobra" del Gobierno para
lavar su mala imagen y "comprar tiempo".
Desde que en mayo comenzó la mediación de la Iglesia ante el Gobierno de
Raúl Castro, se establecieron dos bandos bien diferenciados, que en
general se corresponden con las diferentes opiniones del exilio y de los
actores del conflicto. Unos apoyan abiertamente el diálogo y la gestión
de la jerarquía católica, por imperfecta que sea. Aquí se incluyen las
Damas de Blanco, cuyo objetivo principal es la excarcelación de sus
familiares en prisión. Los que defienden la línea más dura ven con
recelo la mediación de la Iglesia y del canciller español, Miguel Ángel
Moratinos, y consideran un insulto cambiar "celdas por exilio" y "dar
oxígeno" al régimen.
Según Payá, "se les da a escoger entre la prisión y el destierro", por
lo que no hay "respeto a su dignidad ni a sus sentimientos". "Se parece
a lo que es: una liberación de rehenes secuestrados", afirma el
opositor, radicalmente opuesto a que la Unión Europea cambie su Posición
Común. "La Posición Común dice que los cubanos deben tener derechos para
que las relaciones de la UE con Cuba sean plenas. ¿Quiere Moratinos
defender intereses empresariales o quiere vernos como personas
merecedoras de respeto y dignidad? Que no nos trate así", dice Payá, y
agrega: "Yo no defiendo la Posición Común, es la Posición Común la que
defiende nuestros derechos".
El dilema es el de siempre, presión o diálogo. Y ante tal disyuntiva,
Espinosa Chepe no lo duda: "Además de la importancia humana que tendrá
la liberación total de los prisioneros de conciencia de los 75, la
solución de este problema crea condiciones para seguir avanzando hacia
las reformas radicales que urgentemente necesita el país". A su juicio,
se trata de "un importante primer paso", y ahora el diálogo con la
Iglesia debe continuar y extenderse a toda la sociedad cubana. El
Gobierno cubano debería "continuar" con "la liberación de los
prisioneros políticos pacíficos", y EE UU y Europa dar pasos audaces
para cambiar las relaciones con Cuba.
"Ahora se está eliminando un gran obstáculo (...), los grupos
inmovilistas dentro y fuera del Gobierno han recibido un duro golpe, y
sus posibilidades de revertir el proceso de reconciliación nacional se
han reducido considerablemente", considera Chepe. Palacios y Cuesta
Morúa, pese a representar diversas tendencias, piensan como él, y
señalan que aunque el Gobierno acabara defraudando las expectativas, hay
que intentarlo.
Nadie sabe qué pasará finalmente con los presos del Grupo de los 75 que
no quieren abandonar la isla, como Héctor Maseda, el esposo de Laura
Pollán, líder de las Damas de Blanco. La Iglesia y el Gobierno español,
y también los familiares de los presos plantados, confían en que, al
final, cuando hayan salido hacia España la mayoría de los opositores en
prisión, el Gobierno liberará al resto. Sobre los demás presos
políticos, que son 115 según Elizardo Sánchez, Raúl Castro estaría
dispuesto a excarcelar a los que no han sido condenados por piratería,
sabotaje, terrorismo o hechos violentos; así lo ha dicho Moratinos. Pero
habrá que esperar para averiguarlo. Solo el tiempo y los hechos dirán
quién tiene la razón.
Castro vaticina una guerra nuclear
Con camisa de cuadros bajo la chaqueta de un chándal, voz pausada y algo
débil, pero animado y sentado tras una mesa llena de documentos, el ex
presidente de Cuba, Fidel Castro, reapareció el lunes por la noche en
televisión. Lo hizo en el programa Mesa redonda para "valorar los
peligrosos acontecimientos que tienen lugar en Oriente Medio". Castro,
que cumplirá 84 años en agosto, analizó el conflicto de las dos Coreas y
luego vaticinó una guerra nuclear tras un ataque de EE UU a Irán. El
programa duró una hora y 16 minutos y no se dieron detalles sobre si se
emitió en directo o en diferido. Ni una palabra de Castro sobre la
situación en Cuba, sobre su estado de salud ni sobre la liberación de
los presos.
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