12-07-2010.
Jorge Alberto Liriano Linares
Despacho de Hablemos Press
(www.miscelaneasdecuba.net).- Camagüey. La literatura de segunda guerra
mundial está llena de páginas espeluznante que narran las atrocidades
cometidas por los cuerpos de represión fascista en los campos de
concentración creados por Hitler.
Horrendos crímenes quedaron grabados para siempre en las conciencias de
la humanidad, como una demostración extremas de crueldad genocida.
En la actualidad cientos de cárceles y campamentos de trabajos forzosos
funcionan a semejanza de aquellos campos de concentración, con sus
cámaras de tormentos y experimentos infrahumanos.
Una prueba fehaciente de ello es la prisión régimen especial Kilo 8,
ubicada en el centro oriental de la isla, donde prisioneros condenados a
cadena perpetua son víctimas de tratos crueles y torturas sicológicas
inhumanas y degradantes.
Sometidos a pasar hambre, sufrir desnutrición, muchos de los reo
frecuentan ulceras gastro intestinales, producida por la escasa y pésima
alimentación, las muertes en extrañas circunstancias son habituales en
esta cárcel.
Seis de cada 10 reclusos parecen de enfermedades mentales. Las auto
agresiones, he intento de suicidios están a la orden del día, por lo que
es común encontrarte prisioneros que se han mutilado las dos manos, los
dedos, los pie, y hasta los ojos en la desesperación por la hostilidad
cruel del citado encierro.
En esta cárcel bautizada como la prisión del terror, cientos de reclusos
son sometidos a trabajo forzado en una industria de materiales de
construcción donde son empleados en diversas labores de acarreos de
materiales, sin garantizarles la alimentación requerida, ni medios de
protección idóneos.
Expuestos a la constante contaminación del cemento y la piedra, la gran
mayoría sufre de afecciones en la piel y los pulmones, producto al
discriminatorio vínculo con productos tóxicos al organismo humano.
Desnudos y descalzos los reos enfrenta la dura faena diarias de hasta 10
horas con los pie llagados y supurantes por la falta de calzado,
expoliado bajo el abrazante sol, muchos desfallecen y caen extenuados a
semejanza de los esclavos que construyeron las pirámides de Egipto, a la
gran muralla China, tan recordado por la historia por los inhumanos
tratos recibidos.
Las fábricas asesinas sobrepasan sus planes de producción, explotando al
máximo las capacidades físicas de los prisioneros, una mano de obra
barata, remuneradas con bajos salarios, cargados de descuentos
alimentarios y de vestuarios que nunca reciben.
Muchos entregan su sudor de gratis por el miedo de ser reprimidos y
castigados en las celdas de castigos, altos funcionarios del MINIT y
trabajadores civiles actúan como capataces o mayorales, que reciben los
estímulos y dividendos en divisa, generados por la producción sin
detenerse a pensar las condiciones en que laboran los presos, y como son
explotados y esclavizados inhumanamente en este campo de concentración
del siglo XXI concebido como prisión por el régimen cubano donde los
presos no son visto, ni tratados como seres humanos y mucho menos tienen
derechos.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=28816
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