El 2016, un año inolvidable para Cuba: Obama visita la isla y muere el
dictador
NORA GÁMEZ TORRES
ngameztorres@elnuevoherald.com
La muerte de Fidel Castro, marcó el final de un año verdaderamente
histórico para Cuba.
Tras años de falsos rumores, el ex gobernante cubano falleció el viernes
25 de noviembre, justo a las 10:29 de la noche, según informó su hermano
Raúl Castro en un comunicado leído en la televisión estatal. Tenía 90
años. Lo que siguió después demostró el particular gusto de los
gobiernos autoritarios por los funerales de estado.
Nueve días de duelo (sin música ni alcohol); actos multitudinarios en
las dos ciudades más importantes del país; imágenes de mujeres llorando
y jóvenes gritando "Yo soy Fidel"; un recorrido de las cenizas por toda
la isla (con las correspondientes movilizaciones para ver pasar la
caravana); y las inéditas imágenes de su esposa y cinco hijos entregando
la urna con sus cenizas a Raúl, quien se despidió de su hermano con unas
palmaditas en la caja.
¿El hogar del reposo final de las cenizas de Fidel Castro? Un
controversial monolito que debía parecer un grano de maíz (en alusión a
una frase de José Martí que alaba la modestia) pero que ha despertado el
escarnio y las críticas por su torpe diseño.
Si la muerte de Castro y sus funerales fueron sucesos extraordinarios,
todo el año pareció tener un tinte de irrealidad, con varios eventos
sensacionales pasando uno tras otro.
Desde 1928 un presidente estadounidense no pisaba suelo cubano. Barack
Obama llegó a la isla el 20 de marzo y dejó una impresión indeleble
entre sus habitantes.
Obama habló directamente a los cubanos y en un discurso presenciado por
el gobernante Raúl Castro, le instó a no temerle "a las diferentes voces
del pueblo cubano y a su capacidad de hablar, de reunirse y de votar por
sus líderes", palabras que muchos dudaban que escucharían en el
transcurso de sus vidas. En una conferencia de prensa que dieron ambos,
Castro negó, molesto, la existencia de presos políticos en Cuba: "Dame
la lista ahora mismo de los presos políticos para soltarlos, dime los
nombres y si hay esos prisioneros políticos, antes de que llegue la
noche van a estar sueltos", le contestó visiblemente descolocado a un
reportero cubanoamericano.
Como si esto fuera poco, en la misma semana, los Rolling Stones, el
legendario grupo británico de rock, una vez prohibido en la isla,
ofreció un concierto en La Habana al que se calcula asistió un millón de
personas.
Y luego continuó el desfile que se inició desde el 17 de diciembre de
2014: de presidentes y primeros ministros (Canadá, Japón, Portugal,
Irán, Vietnam); de celebridades de Hollywood (el equipo de Fast and
Furious, ¡Madonna! y Karl Lagerfeld con su polémico desfile de Channel
por el Prado habanero); y de estadounidenses (casi medio millón
visitaron la isla, también facilitados por el regreso de las aerolíneas
estadounidenses y los cruceros).
Raúl Castro fue recibido con honores en Francia en enero y en diciembre
se anotó otro importante tanto con la firma del nuevo acuerdo bilateral
de cooperación y diálogo político con la Unión Europea, lo que eliminó
una piedra en el zapato del gobierno cubano –la Posición Común–, todo
ello sin hacer cambios en el sistema político de la isla.
Pero todos esos eventos glamorosos y victorias diplomáticas no pudieron
impedir que la economía del país siguiera cayendo en picada y el éxodo
de cubanos continuara aumentando.
El anticipado VII Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC) en abril
decepcionó, al no aprobar medidas para profundizar y extender la reforma
económica emprendida por Raúl Castro, y planificar la legalización de
las pequeñas y medianas empresas cubanas para el 2030 como fecha tope.
Quedó claro también que el gobernante, si bien dejará su cargo como
presidente en el 2018 y creó pequeños espacios para el relevo
generacional, pretende mantenerse al frente del PCC para supervisar la
transición – si su salud se lo permite.
En el segundo semestre del año, la falta de liquidez, el recorte de los
envíos de petróleo de Venezuela y el inicio de los pagos de la deuda
refinanciada con los países del Club de París, provocaron la imposición
de recortes en el uso del combustible y la electricidad así como el cese
de pagos a proveedores. También aumentó la escasez de alimentos –entre
otros factores por el aumento de la demanda del turismo– y de medicinas.
Según la CEPAL, que utiliza cifras oficiales cubanas, la economía apenas
creció un 0.4 por ciento de un dos por ciento pronosticado a principios
de años. Pero expertos consideran que en realidad el Producto Interno
Bruto este año entró en números rojos, con cero crecimiento o incluso
negativo.
Sin embargo y pese a los ruegos de la Casa Blanca, el gobierno de Castro
no dio luz verde a muchos de los negocios de compañías estadounidenses
que querían establecerse en la isla, en un apuesta por obtener más
concesiones de la actual Administración, que hizo de Cuba una pieza
central en el legado del Presidente. Como casi todo el mundo, no
contaron con la sorpresa que trajo noviembre.
Ante este panorama y con interrogantes sobre el futuro de la ley de
Ajuste Cubano en un entorno de nuevas relaciones, 50,842 cubanos
arribaron sin visa a los Estados Unidos—hasta agosto del año fiscal
2016—, según cifras oficiales compiladas por el Nuevo Herald.
Las imágenes más dramáticas provinieron de los miles de cubanos que
quedaron varados en distintos países –casi 8000 en Costa Rica, 4000 en
Panamá y 2000 en Colombia– en la larga ruta terrestre que comienza en
Ecuador y termina en la frontera mexicana con Estados Unidos. La
situación provocó crisis humanitarias y diplomáticas, así como las
críticas de los gobiernos centroamericanos a la política migratoria de
Estados Unidos.
EEUU no cambió su política migratoria hacia Cuba y contribuyó
monetariamente a la manutención y la evacuación de los inmigrantes
cubanos en algunos de estos países, pero discretamente instó a los
gobiernos latinoamericanos a implementar con más fuerza los controles
migratorios y deportar a los cubanos.
El deshielo tampoco ha podido frenar la represión a los opositores y
activistas por los derechos humanos, muchos de los cuales mostraron
públicamente su frustración con la política de Obama. El opositor
Guillermo Fariñas se declaró en huelga de hambre por más de 50 días para
perdirle al gobierno que cesara el acoso y la represión contra los
disidentes e iniciara un diálogo político. Hasta noviembre del 2016, la
Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional
contabilizó 9,484 detenciones arbitrarias por motivos políticos, la
cifra más alta en los últimos siete años.
Tras la muerte de Castro, las medidas de seguridad aumentaron y el
artista Danilo Maldonado, "El Sexto" fue arrestado por pintar un
graffiti con el texto "Se Fue" y publicar un video en las redes sociales
en el que se burlaba del ex gobernante. Al cierre del 2016, Maldonado
continuaba en prisión.
La elección de Donald Trump –que ha prometido negociar un mejor
"acuerdo" o revertir todo lo que ha hecho Obama– y la muerte de Castro
arrojaron aún más incertidumbre para el fin de año.
El 2017 promete ser también un año crucial para Cuba.
Nora Gámez Torres: @ngameztorres
Source: Los acontecimientos más relevantes en Cuba durante el 2016 | El
Nuevo Herald -
http://www.elnuevoherald.com/noticias/mundo/america-latina/cuba-es/article122832859.html
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