Lo que el Congreso de la UPEC nos dejó
YUSIMÍ RODRÍGUEZ LÓPEZ | La Habana | 21 Jul 2013 - 10:38 am.
La autora, periodista independiente, reflexiona sobre el periodismo y la
prensa nacional.
La Unión de Periodistas de Cuba acaba de celebrar su noveno congreso. Me
alegró que la televisión transmitiera momentos del evento en la Mesa
Redonda y que hubiese artículos dedicados a él en el periódico Granma,
para tener idea del periodismo que se avecina, ese que informa al cubano
de a pie, carente de otras opciones informativas. (Perdón, ahora
contamos además con Telesur, e internet, a 4.50 la hora.)
Las primeras palabras de uno de los participantes en el congreso me
llegaron el domingo, transmitidas durante el noticiero, mientras
almorzaba. Afirmó que el periodismo en nuestro país no podía seguir
siendo oficialista.
Mi madre se entusiasmó. "Viste, me dijo, los tiempos cambian". Me habría
contagiado su entusiasmo, si el periodista no hubiese afirmado que
necesitamos un periodismo acorde con la actualización de nuestro socialismo.
No puedo recordar el nombre de este periodista ni sus palabras
textuales, pero justo ahora tengo ante mí el artículo El Congreso de
quienes nos ven, nos escuchan y leen, del periodista Oscar Sánchez
Serra, publicado en Granma el lunes 15 de julio. El autor cita a José
Alejandro Rodríguez, de Juventud Rebelde, quién definió al periodista
como "un constructor del socialismo".
¿Un periodista es un constructor del socialismo, de un sistema
socioeconómico determinado, o un profesional de la información,
comprometido, en primer lugar, con la verdad?
¿Qué posibilidades tiene el periodismo de nuestro país de no ser
oficialista, cuando los profesionales se definen como constructores del
socialismo?
Tengo claro que cada periodista, cada profesional, tiene derecho a
profesar cualquier ideología (no sé si lo tienen claro nuestros
dirigentes), ¿pero qué confianza podría tener en las informaciones y los
análisis de alguien cuya misión es contribuir a la actualización del
socialismo? Tanta como en un constructor del capitalismo; tanta como en
un periodista cuyo objetivo sea derrocar al Gobierno: ninguna. No puedo
confiar en un periodismo encaminado a algo que no sea la búsqueda de la
verdad, a cualquier precio.
¿Pueden los periodistas cubanos no ser oficialistas cuando el discurso
de clausura de su Congreso fue pronunciado por el miembro del Buró
Político y Primer Vicepresidente del Consejo de Estado y de Ministros,
Miguel Díaz-Canel?
Durante su discurso, según la síntesis realizada por Fidel Rendón
Matienzo para la portada del Granma del lunes 15 de julio, Díaz-Canel
felicitó a la nueva dirección de la UPEC, que tiene la retadora y
necesaria misión de lograr el perfeccionamiento de una prensa acorde con
las actuales exigencias de la sociedad, del pueblo, para así contribuir
al logro de un socialismo próspero y sostenible.
¿Pero cuáles son esas exigencias actuales de la sociedad y del pueblo?
¿Son esas las que en realidad espera que tengan en cuenta los
periodistas, o las del Gobierno y del Partido (¿o estoy siendo
redundante?) para mantenerse en el poder?
Cuando leo las palabras de Oscar Sánchez Serra (he admirado sus
artículos sobre béisbol) afirmando que este fue "un Congreso de la
unidad, entre los periodistas…; y entre la prensa y el Partido, sí,
porque no nos concebimos sin él…", me asusto.
Recuerdo mi época como traductora de la página web del semanario Tribuna
de La Habana, cuando fui miembro de la UPEC, como personal periodístico,
y asistía a las reuniones semanales del periódico, en las que se
informaba a los periodistas sobre los temas que al Partido le interesaba
que fueran tratados en las siguientes ediciones.
Aquello me parecía aberrante, pero ahora le encuentro cierta lógica, si
tenemos en cuenta de que aquel era órgano oficial del Partido en Ciudad
de La Habana. También tiene lógica que suceda en el Granma, órgano
oficial del Partido en el país. ¿Pero el Partido orienta el trabajo de
los periodistas a nivel nacional? Quizás la respuesta esté en el
artículo 5to de nuestra Constitución: "El Partido Comunista de Cuba,
martiano y marxista-leninista, vanguardia organizada de la nación
cubana, es la fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado, que
organiza y orienta los esfuerzos comunes hacia los altos fines de la
construcción del socialismo y el avance hacia la sociedad comunista".
No puedo negar, sin embargo, que nuestra prensa es hoy algo distinta a
la de quince o veinte años atrás. Incluso el periodista independiente
Reinaldo Escobar reconoció, cuando lo entrevisté en febrero de este año,
avances como la Sesión Cartas a la Dirección en el Granma. Aunque
posteriormente me relató que una carta enviada por él a dicha sesión
jamás fue publicada ni respondida.
Vi a la doctora Zenaida Costales en televisión, cuando habló de aquel
pintor de brocha gorda que se mostraba tan orgulloso de su trabajo luego
de haber pintado una cenefa en la Calzada de Diez de Octubre, y se
refirió a la necesidad de contar las historias del pueblo. Tuve ganas de
aplaudirla. Esas son también las historias que quiero leer, las que me
gustaría escribir. Pero me pregunto si la doctora y el resto de los
periodistas, agrupados en la UPEC, estarían dispuestos a reflejar la
realidad de esa señora con ambas piernas amputadas, que entrevisté a
finales del 2012, para Havana Times.
Supongo que sí, porque a pesar de que su pensión no le alcanza y una
muchacha la lleva con su silla de ruedas a La Habana Vieja varias veces
en la semana a ver qué pueden darle los turistas (nunca usó la palabra
mendigar), afirmó que este Gobierno se preocupa por la gente.
La pregunta en realidad es si la doctora Costales y el resto de los
periodistas reflejarían la historia de ese otro impedido físico que me
vio luego en la calle Mercaderes y quiso contarme su versión de los
hechos, o la de ese otro inválido que vi en la calle Obispo cuando se lo
llevaba un policía, por pedir dinero, justo el día en que se celebraban
las elecciones de los diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular.
Cuando escuché a aquel periodista decir que no podían seguir siendo
oficialistas, llegué a imaginar que en algún momento leería en nuestra
prensa cuestionamientos sobre la falta de libertad de prensa y de
expresión en nuestro país; que algún periodista cuestionaría la falta de
derecho de los cubanos a asociarse en un partido diferente al Partido.
Ahora, sé que eso no va a suceder.
En su discurso de clausura, Díaz-Canel dijo que "estamos en un mundo
lleno de mitos e hipocresía, en el que se habla de democracia, libertad
de prensa, y nada de eso tiene sentido en un mundo de hegemonismo, de
espionaje, de amenazas de guerra, de hambre, de analfabetismo". En otras
palabras, es necesario establecer el hegemonismo sobre los medios de
comunicación, para salvarnos del otro hegemonismo, y de paso del
espionaje y todas las otras amenazas.
Cuando leo que los periodistas son constructores del socialismo, me
pregunto si serán periodistas o propagandistas del socialismo; si
estarán simplemente admitiendo de una vez y por todas que son voceros
del Partido, del sistema. Ni siquiera los estoy criticando; para
hacerlo, tendríamos que comenzar por cuestionar una Constitución que
condiciona las libertades de expresión y de prensa a los fines del
socialismo. Algunos podrían decirme que la libertad de prensa es una
falacia, que no existe en ninguna parte del mundo; que a los ciudadanos
solo se les hace pensar que hay libertad de expresión y de prensa. Puede
ser. Aquí por lo menos hay sinceridad en ese aspecto y la Constitución
lo deja claro.
Pero en realidad, todos los planteamientos de los periodistas fueron
coherentes; tal vez el problema está en el nombre de la organización que
los agrupa. No debería llamarse Unión de Periodistas de Cuba, porque no
agrupa a todos los periodistas de este país, decididamente no agrupa a
todos los que intentan informar sobre la realidad de este país; sino
Unión de Periodistas (oficialistas, o no disidentes) de Cuba. No me
atreveré a sugerir Unión de Periodistas Pro Socialismo de Cuba, porque
para muchos socialistas, lo que ha habido y lo que se pretende
actualizar en nuestro país, no es socialismo.
¿Qué me dejó el Congreso de la UPEC? Nada. Si tuve algún vestigio de
esperanza en el periodismo que se hace desde los medios oficiales de
este país, el Congreso la barrió. Lo más triste es que sé que en el
futuro podrán aparecer algunos artículos que algunos lectores
encontrarán atrevidos, y los harán creer que el periodismo cubano, el
que conocen, evoluciona, que las cosas cambian. Pero lo que tengo claro
es que en el fondo, nada va a cambiar.
Source: "Lo que el Congreso de la UPEC nos dejó | Diario de Cuba" -
http://www.diariodecuba.com/cultura/1374395900_4316.html
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